Accademia del Piacere, interesante conjunto vocal e instrumental especializado en el estudio e interpretación de la música del Renacimiento y el Barroco, dirigida por Fahmi Alqhai, que también toca la viola da gamba, ofreció un concierto bajo el título «El siglo de Oro. De Sevilla a Toledo», en el que se interpretaron partituras de Francisco Peraza, Cristóbal de Morales, Alonso Mudarra, Alonso Lobo y Francisco Correa de Arauxo entre otros, que compusieron parte de su obra bajo el manto protector de las catedrales de Sevilla y Toledo a finales del siglo XVI.

Sobre el escenario situado en la puerta de los Reyes se fueron alternando las piezas instrumentales y vocales con la sutileza propia de estas músicas renacentistas.

Hay que decir que las voces, muy bien empastadas, en el contexto solemne y profundo de la catedral, aportaron una brillantez sobresaliente al concierto, que en cierto modo, contrastaba con las partes más monótonas de lo puramente instrumental, si bien hay que destacar la vihuela de Solinís, que brilló con luz propia, y el virtuosismo del que hizo gala Fahmi Alqhai en un solo acompañado del órgano.

En su conjunto, esta música con la que nos hizo disfrutar Accademia del Piacere es de contenido humano, con sus afectos y emociones, y muy adaptada, por sus proporciones, al hombre de hoy; además posee un poder de atracción por su inmediatez y su minimalismo muy adecuados para una sociedad con prisas.

Es un acierto que se programen repertorios de esta índole, como el interpretado por Accademia del Piacere, que recuperan y divulgan el monumental patrimonio musical de la música antigua, y es de agradecer que, en esta ocasión, se hayan dado la mano las catedrales de Sevilla y Toledo por lo que tienen en común respecto a la música y los maestros de capilla y músicos eminentes que compartieron.

Sería de agradecer que el público aguantara un poco sus ganas de aplaudir y que no exprese su pasión a destiempo, pues en esta ocasión, cuando se hizo un leve silencio, los devotos de las palmas se pusieron a hacerlas sonar como «descosidos» en mitad de la maravillosa pieza final, «Lamentabatur Jacob», plena de sensibilidad.

El Festival de Música El Greco sigue exitoso su curso y a la vista tenemos grandes eventos, como los próximos del 18 de abril, con La Grande Chapelle, dirigida por Albert Recasens, o el del 9 de mayo con Nereydas, bajo la batuta de Javier Ulises Illán, concierto este último que servirá para dar la bienvenida a la famosa «matraca» de la catedral, que va a ver la luz de nuevo tras cien años de olvido.

¡Ojalá esta iniciativa perdure!, que las instituciones se sigan implicando y que la música no sea más una cuestión del empeño personal de cuatro quijotes.

La música es patrimonio, y muy bello, por cierto, como nos lo ha demostrado Accademia del Piacere con su concierto, y no se la debe dejar a merced del viento de la indiferencia. Por ello, hay que felicitar públicamente a la Fundación el Greco 2014, y a quienes colaboran y recogen su testigo, por su labor para que este patrimonio inmaterial pueda continuar al alcance de todas las personas.

Escrito por DIEGO DE PALAFOX / TOLEDO / Abc.es

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