El Romanticismo, su visión de la música barroca, hizo que partituras escritas para grupos pequeños de instrumentos se transformaran en obras para formaciones multitudinarias.
Así, esa visión grandilocuente dio, a través del disco, grabaciones como las de Las Cuatro Estaciones de Vivaldi con la Filarmónica de Berlín y Karajan o las Pasiones de Bach con Karl Richter y la Orquesta Bach de Munich.
Todas ellas coherentes con la época, pero hoy poco interesantes y nada actuales.
Esa visión romántica duró hasta los años sesenta del siglo pasado, cuando el interés hacia la interpretación con criterios históricos sustituyó el efectismo sonoro anterior.
Hoy en día sería impensable ofrecer obras de Vivaldi, Purcell, Bach con el tutti sinfónico orquestal. Las grandes formaciones que incluyen el Barroco en sus programaciones, lo interpretan all´antico, con plantilla reducida.
Cosa curiosa es El Mesías de Haendel, que se resiste a esa moda íntima para seguir con versiones con centenares de voces participando en ellas, fomentando incluso las interpretaciones participativas por parte del público.
El pasado lunes, Studium Aureum abandonó esa línea para presentar un Mesías íntimo, al estilo purista. Y el resultado no pudo ser más satisfactorio. Pura delicia.
El coro, Studium cor de cambra, reforzado con algunos miembros de Musicantes, salió victorioso de la propuesta. Todas sus partes, que no son pocas, fueron magníficas. Incluso el famoso Aleluya sonó a nuevo.
Los solistas, Marcela Iguanzo (soprano), Waltraud Mucher (mezzo), Antoni Aragón (tenor) y Damián del Castillo (bajo), aportaron un muy buen decir en los recitativos y arias, que cantaron sin estridencias y muy en la línea de un Haendel de tú a tú.
La orquesta (formada por unos veinte instrumentistas), sonó a barroca, a ancient music. Su manera de ver la partitura se acercaba a la original.
Muy bien el continuo.
Carles Ponsetí, muy seguro como director, aportó a todo el conjunto una visión auténtica de la partitura genial.
Daba alas a sus músicos y les dejaba libertad, pero haciendo que el sonido siguiera su curso, sin desviarse de esa línea antigua pero moderna.
Un Mesias, en definitiva, para recordar.
Fuente DiarioDeMallorca.es
Sarabande <3