Vivaldi y Venecia.
Se ha escrito interminablemente sobre esta dualidad, sobre esta correlación.
No existe el uno sin el otro.
No puede entenderse el settecento veneciano sin la música del prete rosso.
Y tampoco la Historia de la Música Universal.
Sin la llegada al mundo, un 4 de marzo de 1678, de Antonio Vivaldi quizás todo hubiese seguido otro camino, otro devenir.
El siglo XVIII es para Venecia una agonía dorada.
Festejos envueltos en una pompa barroca, casi irreal, que adormece a sus habitantes como un bálsamo en mitad de la laguna véneta. Bailes, dorados, arte y baute.
Misterios y calles estrechas, apenas para que una persona pueda transitar por ellas.
Aguas que van y vienen, limpiando la ciudad de secretos y trayendo otros nuevos. Corrupción, enfermedad y miseria son la otra cara de la máscara.
Los venecianos participan de la convivencia de lo real con lo ficticio.
El gobierno abandona sus quehaceres y la ciudad se tambalea.
La Serenisima no quiere ver su inminente decadencia, y es por ello que se atrinchera tras paredes de raso, cimentada en viejas glorias, confiando en que el Tiempo respete su condición noble y antigua.
Pero no será así.
En 1797, Napoleón invade Venecia, a grito de seré un Atila para el estado veneciano.
Con ella caían también siglos de esplendor y poder.
Antonio Vivaldi (1678-1741) es el paradigma de músico-compositor, docente y empresario del momento.
Hijo de violinista, y nacido en medio de esta vorágine que era la Venecia settecentista, aprendió de tal manera el arte del violín que algunas crónicas dicen de él que es imposible que alguien haya tocado o tocará de tal manera.
La mente de Vivaldi no descansa, es un innovador nato.
Su condición sacerdotal le hace blanco de innumerables críticas, especialmente en lo tocante a su puesto como docente de violín y maestro de coro en el Ospedale della Pietá, una organización de beneficencia que cuidaba de mantener alejadas de la prostitución y la corrupción veneciana a las niñas huérfanas.
Con su presencia, la orquesta del Ospedale ganó fama internacional, a juzgar por los comentarios que los asombrados viajeros y los propios venecianos nos han dejado.
Vivaldi aprovechó entonces para componer teniendo a su disposición un abanico enorme de instrumentos, lo cual le ofrecía una paleta de interminables opciones tímbricas.
El alto nivel técnico de las internas del Ospedale le permitía por otro lado escribir obras brillantes.
Al igual que en el caso de Arcangelo Corelli, Vivaldi elevó el lenguaje violinístico a niveles nunca antes explorados. Su fama se extiende por toda Europa.
Pero el capricho de la audiencia veneciana, como la propia ciudad y las aguas de la laguna, cambiaba a merced de las modas.
Hacia 1740 la música del prete rosso comienza a perder fuelle.
Es considerada antigua.
Vivaldi morirá lejos de Venecia, aquejado por su misma decadencia.
Épocas de espejos y fastos que acaban a la orilla cenicienta del Gran Canal.
Venecia y Vivaldi. Vivaldi y Venecia.
Serenisima explora varios de los géneros cultivados por el maestro veneciano.
Desde el concierto para cuerdas hasta el trío sonata, pasando por el concierto para instrumento solista, la cantata o el Aria de ópera.
Todo ello nos hablará de este siglo de luces y sombras en la Ciudad de los Canales.
PROGRAMA
Antonio Lucio Vivaldi [1678-1741]
Concierto en Do mayor para cuerdas y bajo continuo RV110
Concierto en do menor para dos violínes, cuerdas y bajo continuo RV509
Concierto en mi menor para cuerdas y bajo continuo RV134
Cessate, omai cessate. Cantata para soprano, cuerdas y bajo continuo RV684
Concierto en Fa mayor para cuerdas y bajo continuo RV138
Concierto en sol menor para cuerdas y bajo continuo RV157
La Follía. Trío sonata en re menor RV63
Juditha Triumphans devica Holofernes barbade, oratorio RV644
Matrona inimica. Aria
Quem vides prope, aspecto. Recitativo
Quamvis ferro, et ense gravis. Aria
Estefanía Perdomo Nogales, soprano
Adrián Linares Reyes, violín barroco
Juan Carlos Gómez Ríos, violín barroco
Víctor Gil Gazapo, viola barroca
Diego Pérez González, violonchelo barroco
Carlos Oramas Cabrera, tiorba y guitarra barroca
Raquel García Cabrera, clave
INFORMACIÓN
Lugar: Casa de Colón de Las Palmas de Gran Canaria el 13 de julio a las 20.00 horas, y en la Real Academia Canaria de Bellas Artes (RACBA) de Santa Cruz de Tenerife el 17 de julio a las 20.00 horas, así como el día 18 dentro del XII Festival de Música de Cámara de la Orotava, a las 20.30 horas en la Iglesia de San Agustín del municipio.
Os dejamos un vídeo de El Afecto Ilustrado