José Marín (1618 – 1699) fue un compositor y cantante español del Barroco.
Cantó como tenor en la capilla real de Felipe IV desde diciembre de 1644 a junio de 1649.
Después de viajar a Roma para ordenarse y a las Indias, volvió a España en 1654.
Fue cantante en el Real Monasterio de la Encarnación en Madrid.
Compuso el llamado Cancionero de Marín, constituido por 51 Tonos Humanos basados en temas populares.
Su vida fue muy turbulenta, pues estuvo implicado en actos delictivos de robo y homicidio.
Se sabe que fue detenido junto a Juan Bautista Diamante (1625-1687), bien conocido dramaturgo de la época.
Marín y Diamante fueron torturados, y al músico le pusieron pesados grilletes en la cárcel, siendo condenado a diversas penas, secularizado y desterrado por diez años.
Algunos textos de la época son clarificadores de la situación del músico:
– Este sacerdote es encarcelado por robo en 1654 pero protagoniza un espectacular intento de fuga, según consta en los «Avisos» de Jerónimo de Barrionuevo:
CXXV, » Madrid 1 de noviembre de 1654:
«Marin se quiso salir de la cárcel, por haberle el platero monedero falso culpado en que le llevó el hurto para que lo deshiciese.
Lunes 30 del pasado, lo intentó a medianoche por las necesarias y corral, con escalas y garabatos.
Esperábale su madre, en la calle con una criada cargada de armas, y ella de doblones. Salieron los porteros y la cogieron en volandas, y dieron con él en un retiro y con todo cuanto llevaba. Todo pasa por acá desta suerte.»
– Por intentar escapar es condenado a destierro pero a los 2 años andaba ya de vuelta por Madrid, donde perpreta otro robo con homicidio junto con otro clérigo acusado también de homicidio, el dramaturgo J. B. Diamante.
Marín y Diamante son encarcelados y torturados.
Al músico le ponen pesados grilletes, siendo condenado a diversas penas.
Los mismos “avisos” son clarificadores de la situación del músico:
CXLVII, Madrid y Junio 28 de 1656:
«Ya están presos los que hicieron el hurto de Don Pedro de Aponte. Son tres capitanes de caballos y dos clérigos; el uno se llama Jusepe Marin, músico de la Encarnación, el mejor que hay en Madrid, el que mató a D. Tomás de Labaña y se fué a Roma, donde se ordenó».
CLVII, Madrid y septiembre 20 de 1656:
«Dieron tormento a Marin, músico de la Encarnación, por el hurto de D.Pedro de Aponte. Sufrió cuatro vueltas y dos garrotes en los muslos, y tuvo tieso, y a Diamante de hoya mañana espérase le darán. El mundo está de suerte que, si no es robando, no se puede vivir, y sólo lo pagan los ladroncillos y rateros, que los peces grandes rompen la red y salen y entran cuando se les antoja, sin que para ellos haya puerta ni bolsa que no esté patente».
«Anoche dieron tormento a Diamante, clérigo, el guapo y crudo de la Puerta de Sol. Negó como Marin, habiéndole dado otras cuatro vueltas y dos garrotes a los muslos. Hoy han ido a visitarle todos los temerarios, y a D.Francisco de Mendoza le han condenado en diez años de galera al remo, sin sueldo, y a D. José de Villanueva en otros diez al Peñón… Dícese echarán los clérigos a galeras y a bien escapar, de los reinos, que Marin tiene tres o cúatro muertes, y entre ellas la de D.Tomás de Labaña, y Diamante más».
CLVII. Madrid, 27 de Septiembre de 1656:
«Sentenciaron a Marin el músico en suspensión de órdenes y destierro por diez años; y si lo quebrantare, a un castillo cerrado de Africa, donde vaya a entretener y enseñar a cantar a la mora Arlaja. Conoció de él D.Pedro de Velasco, juez de la Capilla, y se cree que hará el Vicario lo mismo de Diamante, si bien se le han arrimado no sé qué muertes no muy bien hechas de sopetón, como llaman los crudos».
«A todos los presos del hurto de Aponte, condenados en diferentes penas de galeras, presidios y dinero, les han soltado libremente, y a Marin le tienen en una torre, de la cárcel de Corte, en el chapitel, en lo más estrecho, que apenas cabe un hombre, con unos grillos de cuarenta libras, y una cadena de cuatro arrobas, enjaulado como pájaro, para que con la dulce voz que tiene pueda entretenerse cantando; y se dice que, a buen librar, le enviarán a galeras perpetuas, si no le dan algún garrote, por la muerte de D.Tomás de Labaña y otros muchos delitos que tiene hechos».
CLXXXV. Madrid, y junio 2 de 1657:
«Han preso en Valladolid a Juan Gómez, clérigo valentísimo, hombre de muchas fuerzas, que fué el que hurtó aquí el copón de San Marcos del Santísimo Sacramento, famoso ladrón, y con él al licenciado Agiiero, hombre insigne también en el arte de la garduña. Dejólos culpados el platero que quemaron los días pasados por monedero falso. Han ido por ellos, y en sabiéndolo Marín el músico, que estaba desterrado y andaba aquí encubierto, se ha acogido,-porque no canten mejor que él en el potro, y por su causa no le venga algún aprieto de garganta».
Posteriormente se arrepintió de su vida aventurera, siéndole restituidas las licencias eclesiásticas. Se dice que a partir de entonces fue un hombre de vida ejemplar hasta su muerte.
Cuando Marín fallece, la Gaceta de Madrid del 17 de marzo de 1699 publica: «Murió Don Joseph Marin, de edad de ochenta años, conocido dentro y fuera de España por su rara habilidad en la composición y execución de la música.»
Los grandes musicos son personas como los demas en su vida privada.
Es apasionate la vida de los musicos, de este perìodo. Genial, gracias Música Antigua, por embellezar la música con estos relatos de sus vidas.
Bernardo Souto, da um da série «Mau caráter, mas genial»… :3
Es que a lo mejor la música nos le daba suficiente para comer y tenían que rapiñar, como sus gobernantes
Interesante vida y obra.