Música Maestro!!!!
Basta con darle al “play” para conseguir que nuestra realidad, se vista de pronto con la calma más serena, o con la más satisfactoria energía.
Ritmo, tonalidades, cadencias, silencios y voces armónicas sumergidas en las melodías más estimulantes.
Es un paraíso para nuestras ansiedades del día, un refugio para nuestros problemas y una sala privada donde nuestros sentidos disfrutan y nuestro cerebro se activa.
¿Por qué nos gusta la música?
¿Por qué nos seduce?
¿Por qué nos recomiendan por ejemplo acercar las composiciones musicales de los clásicos a los bebés, que aún están en el interior de sus madres?
¿Es quizá la receta de la felicidad?
Placer cerebral
A todo el mundo le gusta la música.
Existen tantos géneros, formas, variantes y expresiones musicales, que es imposible encontrar una sola persona en este planeta que no se haya deleitado alguna vez con alguna pieza.
Es algo universal.
Y como dimensión característica a nuestra raza, debe existir sin duda alguna explicación científica.
Según el Instituto Neurológico de Montreal nuestro cerebro dispone de unas regiones implicadas directamente con el placer de escuchar música.
Y esas regiones, esas estructuras, son las mismas que cuando disfrutamos al comer, beber… y practicar sexo.
Se trata de un sistema de recompensa, situado en el llamado núcleo accumbes, uno de los núcleos basales, implicado también en el movimiento.
El placer que nos aporta escuchar música, se debe también a un secreción de un neurotransmisor: la serotonina, implicado también en todas esas funciones esenciales para las personas.
Todo esto nos hace pensar que, la música, es una dimensión básica para nosotros, al igual que es el alimentarnos o practicar sexo. Otro dato curioso que nos ha revelado este estudio, es que la dopamina se libera en un momento preciso de la canción o la melodía, un instante “culmen” que parece tener toda pieza musical y que, por alguna razón nos es significativa.
Sería pues ese “escalofrío” de placer que sentimos en un instante dado al escucha música, una sensación que se produce en las mismas regiones neuronales que cuando por ejemplo, el adicto a la cocaína, recibe esa dosis de “euforia” exógena y letal.
Realmente sobrecogedor.
¿Cuánto pagarías por una canción?
La revista “Science” nos sorprendió hace poco con una investigación igual de sorprendente.
Se explicaba que un grupo de científicos habían logrado predecir cuánto estaríamos dispuestos a pagar por una melodía que acabáramos de escuchar.
¿Pero cómo? te preguntarás.
Midiendo la actividad de esa estructura neuronal antes referenciada: el núcleo accumbens.
A mayor actividad, mayor placer y mayor necesidad por volverla a escuchar.
Para medir su grado de respuesta ante la música, se realiza una resonancia magnética funcional.
Cuanto más gusta la melodía, más activo está el núcleo accumbens.
Esta estructura no es la que nos aporta placer, es la que integra todos los estímulos de las otras regiones cerebrales cargándose de electricidad, para estimular a su vez al cerebro con el fin de que segregue dopamina, siendo ella la verdadera hada del placer.
Midiendo el nivel de actividad del núcleo accumbens a través de una resonancia magnética, puede saberse cuánto nos ha impactado una pieza musical en concreto.
Así pues, tal y como puedes ver la música es algo indispensable en nuestra vida, es esa droga beneficiosa que nos alivia y que nos ofrece felicidad.
Sin importar edad, género, etnia o clase social.
¿Y a ti, cuánto placer te transmite la música?
fuente Adictos. mobi
Descubren qué hace que una canción proporcione placer a quien la escucha
Investigadores del Instituto Max Planck, en Alemania, ha analizado 80.000 acordes de 745 canciones para saber qué hace a una canción más agradable y han comprobado que el placer musical proviene de la combinación correcta de incertidumbre y sorpresa, según relatan en la revista Current Biology.
«Es fascinante que los humanos puedan obtener placer de una pieza musical simplemente por cómo se ordenan los sonidos con el tiempo, destaca Vincent Cheung, del Instituto Max Planck de Ciencias Cognitivas y Cerebrales Humanas. Las canciones que encontramos agradables son probablemente aquellas que logran un buen equilibrio entre saber lo que sucederá después y sorprendernos con algo que no esperábamos. Comprender cómo la música activa nuestro sistema de placer en el cerebro podría explicar por qué escuchar música podría ayudar nos sentimos mejor cuando nos sentimos tristes».
Cheung y sus colegas, acompañados por Stefan Koelsch, de la Universidad de Bergen (Noruega), utilizaron un modelo de aprendizaje automático para cuantificar matemáticamente la incertidumbre y la sorpresa de 80.000 acordes en las canciones pop de Billboard para descartar otras asociaciones con las canciones que los oyentes podrían haber tenido, los investigadores los despojaron de otros elementos, como letras y melodías, manteniendo solo las progresiones de los acordes.
La evidencia mostró que cuando los individuos estaban relativamente seguros acerca de qué acorde esperar después, les resultaba agradable cuando era sorprendidos. Por otro lado, cuando las personas no estaban seguras de qué esperar a continuación, les resultaba agradable cuando los acordes posteriores no eran sorprendentes.
«Aunque los compositores lo saben intuitivamente, el proceso detrás de cómo la expectativa en la música provoca placer aún era desconocido, explica Koelsch. Una razón importante fue porque la mayoría de los estudios en el pasado solo observaron los efectos de la sorpresa en el placer, pero no la incertidumbre de las predicciones de los oyentes».
Los estudios de imágenes cerebrales que utilizan imágenes de resonancia magnética funcional encontraron que la experiencia del placer musical se reflejó en tres regiones cerebrales: la amígdala, el hipocampo y la corteza auditiva, regiones del cerebro que juegan un papel en el procesamiento de las emociones, el aprendizaje y la memoria, y el procesamiento del sonido, respectivamente.
En contraste, la actividad en el núcleo accumbens, un área del cerebro que procesa las expectativas de recompensa y que anteriormente se creía que desempeñaba un papel en el placer musical, solo reflejaba incertidumbre.
«En resumen –escriben los investigadores–, mostramos que el placer musical depende de la interacción dinámica entre los estados de expectativa prospectiva y retrospectiva.
Nuestra capacidad fundamental para predecir es, por lo tanto, un mecanismo importante a través del cual las secuencias de sonido abstractas adquieren significado afectivo y transformarse en un fenómeno cultural universal que llamamos música».
Con base en los nuevos hallazgos, los investigadores dicen que la investigación cerebral futura podría considerar los roles combinados de incertidumbre y sorpresa en la apreciación de los humanos por otras formas de arte como la danza y el cine.
Los hallazgos también podrían ponerse a trabajar para mejorar los algoritmos de generación de música artificial, ayudar a los compositores a escribir música o incluso predecir tendencias musicales.
Su próximo paso es observar cómo fluye la información a través de diferentes partes del cerebro con el tiempo.
Quieren saber por qué y cómo es que las personas que escuchan música a veces se les pone la piel de gallina.
«Creemos que existe un gran potencial en la combinación de modelos computacionales e imágenes cerebrales para comprender mejor no solo por qué disfrutamos de la música, sino también lo que significa ser humanos», concluye Cheung.
La importancia de la música en nuestras vidas
Es el anestésico favorito de media población.
En casa, en la calle con los auriculares, de viaje, en las eternas esperas, cuando todo va bien y cuando todo va regular.
La música tiene diferentes beneficios para nuestras vidas.
Los niños quizá sean quienes más las noten, pero a los adultos no hay quien les prive de un concierto en directo
Diferentes estudios a lo largo del tiempo han demostrado que escuchar música tiene diferentes beneficios para nuestra salud. Son capaces de cambiarnos el estado de ánimo si estamos tristes, de reducir el estrés y de hacernos sentir mejor.
La música nos rodea y nos acompaña a todas partes en nuestros dispositivos móviles, en la televisión, en el cine y cómo no en los conciertos de nuestros artistas o grupos favoritos. Si las salas están llenas, si la gente grita las letras de las canciones, salta, baila y disfruta, es porque la música tiene efectos positivos en nosotros.
Y aunque no lo sepamos, también en niños y personas de avanzada edad. A estas últimas, algo aparentemente tan nimio como escuchar música puede aliviarles el dolor o les puede servir para ejercitar el oído para evitar la pérdida de audición.
A todos lados con la música
Escuchamos melodías a todas horas y todos los lugares.
Lo hacemos acompañados de nuestro teléfono, en el que configuramos una lista de reproducción idónea para nuestro tiempo de paseo, de viaje o hacer deporte.
Lo hacemos en el coche, con los cedés de nuestros grupos favoritos.
Lo hacemos en las colas, cuando toca esperar, en el autobús o en el tren.
Lo hacemos cuando nos vamos de fiesta a cualquier tugurio.
Cualquier excusa es buena para escuchar el último sencillo de la banda de turno o pararse a tratar de comprender la letra de un tema que hasta el momento nos había pasado inadvertido.
Con nuestros cascos molones, con los auriculares que mejor se adaptan a nuestro estilo y que nos garantizan un sonido y una experiencia confortable.
Los hay de muchos tipos, estilos, colores y para según la ocasión (llamar por teléfono, hacer deporte, ver la televisión, para gamers y, lógicamente, para escuchar música).
Asistir a un concierto, el culmen de todo apasionado
El propósito de todo artista al sacar un trabajo a la venta es, además de que le guste a sus seguidores y vender en la medida de lo posible el mayor número de copias, que asistas a sus conciertos.
La música ha cambiado de tal forma que las ventas físicas se han desplomado desde que comenzó el siglo y las digitales no dan para vivir.
Así que los artistas lo hacen ahora de los espectáculos y bolos en los que sean contratados y sobre un escenario, como debe curtirse cualquier cantante.
Uno de los centros neurálgicos de todo artista es la capital, donde al año se realizan cientos de conciertos en Madrid.
Para el incondicional de la banda, asistir a un concierto es el apogeo.
La música en los niños
Pero volviendo al inicio, de buen seguro que recuerdas de tu niñez un buen puñado de canciones.
Seguramente lo hagas con cariño.
Y lo que no conocías es que a los niños la música les mejora la capacidad de la memoria, de atención y de concentración.
Es algo que se podría incluso extrapolar a los mayores, pues nos aprendemos las letras de principio a fin.
También consigue estimular la inteligencia de los más pequeños de la casa y mejorar la habilidad de resolver problemas.
La música es una perfecta manera de expresarse y a su vez un método perfecto de aprendizaje, ya que incluso mejoran su vocabulario gracias a las letras de las canciones.
Incluso despierta en ellos las ganas de conocer el significado de términos que desconocían.
Asociar una actividad en concreto con la música también es síntoma de establecer rutinas, algo que a la larga siempre es positivo.
Así que si quieres que un niño sea más sociable y disfrute de las ventajas que ofrece la música, ya sea por medio de unos altavoces o unos auriculares, no dudes en llevártelo a un concierto de alguien que le guste.
Su reacción te sorprenderá.
A mi la música me trae siempre consuelo. Muchas veces las cosas no salen como uno lo espera y el espíritu se viene abajo, pero al escuchar música de repente sé que hay que seguir esforzándose, que vale la pena hacerlo.
Musicamos y compartimos!! Buen dia
Verdad que si Diego Ríos López-Vázquez
Muy hermoso este comentario, totalmente veráz. ¡¡Agradecimientos y Felicidades!!
la música para mi es todo. saben para mi la música es como la ciencia no tiene limites y esta en todo,imaginan-se combinar un estilo de música con otro seria algo nuevo y único. y hora combinar varios estilos de música creando infinitas o millones de combinaciones que el mundo aun no ha visto.
Excelente matéria !!!