Cuentan que podría haber sido uno de los caprichos de Madame de Montespan, una de las favoritas del monarca -quien llegaba a recorrer hasta 60 km a caballo para gozar de los favores de sus damas- lo que terminaría de impulsar a Luis XIV a hacerse cargo personalmente del mecenazgo de la joven prodigio parisina.

Pero lo cierto es que podemos creer que el Rey Sol, el amante y patrocinador de artes y artistas, no debió albergar dudas cuando el organista, masón y bien relacionado Claude Jacquet presentó a Elisabeth, su pequeña hija de cinco años, en una de las veladas en Versalles, donde todos pudieron admirar la belleza de su voz y las maravillas y el talento de la precoz niña al clavicémbalo.

Elisabeth Jacquet fue descendiente de una larga tradición musical: abuelo y tío eran afamados constructores de órganos.

Durante el floreciente período del barroco francés, la música vivió un auténtico momento de esplendor.

Élisabeth Jacquet de La Guerre fue uno de los nombres propios de aquellos tiempos.

No sólo fue una gran intérprete de clavecín, sino que también dedicó su vida profesional a la composición.

Como decíamos anteriormente, au talento llegaría a deslumbrar a personajes de la talla del rey Sol.

La niña prodigio

Élisabeth Jacquet de La Guerre nació en de Saint-Louis-en-l’Île, en París, el 17 de marzo de 1665.

Élisabeth vivió la música desde pequeña pues nació en el seno de una familia de músicos.

Su padre, Claude Jacquet era un conocido e influyente organista.

Élisabeth tuvo cuatro hermanos que también se dedicarían a la música.

Desde bien pequeña, destacó como niña prodigio.

A los cinco años ya llamó la atención de Luis XIV cuando ofreció al monarca un concierto de clave.

Tan impresionado quedó el rey Sol, que la conocida como “Pequeña maravilla” permaneció unos años en la corte de Versalles al servicio de Madame de Montespan.

La fama y la tragedia

Élisabeth se casó en 1684 con Marin de La Guerre, un organista con el que se trasladó a vivir a París.

Su vida transcurrió entonces tranquila dando conciertos, trabajando como profesora y componiendo.

En 1687 publicó su Premier Livre de Pièces de Ariette.

Su matrimonio duró escasos 6 años.

En 1700 se divorció de Marin.

Poco tiempo después, Élisabeth sufrió la desaparición de sus padres y de su hijo, quien también había destacado como niño prodigio con el clave.

Hasta 1707 Élisabeth permaneció en un triste silencio profesional.

Entonces empezó de nuevo si vida al lado de la música, esta vez investigando las nuevas formas italianas de la sonata y la cantata.

En 1715 publicaba su última gran obra, Cantates françoises.

Desde entonces hasta su muerte el 27 de junio de 1729, Élisabeth Jacquet de La Guerre fue retirándose paulatinamente de la vida pública.

Concierto

La violinista española Lina Tur Bonet y la norteamericana arpsicordista Kenneth Weiss presentarán un concierto con sonatas de Elizabeth Jacquet de la Guerre y Antonio Vivaldi.

La violinista Lina Tur Bonet enseña en el Conservatorio Superior de Zaragoza y en el Conservatorio Superior Katarina Gurska de Madrid.

Ha participado en numerosos Festivales internacionales y se dedica especialmente a la música de Johanne Sebastian Bach cuyas Pasiones y Cantatas ha interpretado en el Concertgebouw Amsterdam y en los más importantes teatros de América Latina.

Ha tocado en: Vienna Konzerthaus y Musikverein Vienna, en el Potsdam Music Festival, el Ludwigsburg Festspiele, en el Philharmonie de Saint Petersburg y en el Palau de Barcelona. Ha liderado el Clemencic Consort, Il Complesso Barocco, Concerto Köln, el Bach Consort Wien, el Munich Hofkapelle.

Toca regularmente con varias ensembles entre ellas Les Musiciens du Louvre, Les Arts Florissants, Mahler Chamber Orchestra y la Orchestra Mozart Bologna bajo la dirección de Claudio Abbado, Daniel Harding y John Eliot Gardiner, entre otros.

2 comentarios en «Una de las primeras grandes mujeres compositoras conocidas en la Historia»

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