En 1974, Jordi Savall y Montserrat Figueras, junto con Lorenzo Alpert y Hopkinson Smith fundaron en Basilea el grupo Hespèrion XX, un conjunto de música antigua que pretendía recuperar y difundir el rico y fascinante repertorio musical anterior al siglo XIX a partir de nuevas premisas: los criterios históricos y los instrumentos originales.
Su nombre, Hespèrion, significa «originario de Hesperia», que en griego antiguo era la denominación de las dos penínsulas más occidentales de Europa: la ibérica y la italiana.
También era el nombre que recibía el planeta Venus cuando aparecía por Occidente.
Hespèrion XX, a partir del año 2000, cambia la denominación a Hespèrion XXI.
Hespèrion XXI es hoy día una referencia ineludible para comprender la evolución de la música en el periodo comprendido entre la Edad Media y el Barroco.
Su labor de recuperación de obras, partituras, instrumentos y documentos inéditos tiene un doble valor incalculable: por un lado el riguroso trabajo de investigación aporta nuevos datos e interpretaciones sobre los conocimientos históricos de una época, y por otro, la exquisita calidad de las interpretaciones pone al alcance del público la posibilidad de disfrutar con naturalidad de la delicadeza estética y espiritual propia de las obras de aquel tiempo.
Desde el principio, Hespèrion XXI tomó un rumbo artístico claro e innovador que acabaría creando escuela en el panorama mundial de la música antigua, ya que concebía y concibe la música antigua como instrumento de experimentación musical, y con ella busca la máxima belleza y la expresividad en las interpretaciones.
Todo intérprete de música antigua tiene un compromiso con el espíritu original de cada obra y tiene que aprender a conectar con ella a través del estudio del autor, de los instrumentos de la época, de la obra en sí y de sus circunstancias concretas.
Pero como artesano de la música, también está obligado a tomar decisiones sobre lo que está interpretando: de su talento, de su creatividad y de su capacidad de transmitir emociones depende su capacidad para conectar el pasado con el presente, la cultura con su divulgación.
SAVALL
Nunca se reconocerá bastante la exhaustiva labor del musicólogo español, maestro, violagambista y director de orquesta especializado en música antigua, Jordi Savall i Bernadet.
En España apenas le hacemos caso, y quizá sea de los músicos vivos más importantes de nuestro país.
Lo que pasa es que se especializó en asuntos de poco marketing, en música antigua, y además es violagambista.
Que Savall se dedique incansablemente a investigar, interpretar y grabar música antigua con la dedicación con que lo hace, no tiene precio.
Además de músico excelente y recuperador incansable de memoria histórica artística, es un hombre con dotes y paciencia para la didáctica, capaz de comunicar con claridad sus conocimientos para que el mundo no los olvide.
Pocos saben que es el español con más premios musicales en el mundo.
Pero es sabido que, en ocasiones, nos cuesta valorar lo que tenemos en casa.
Da a conocer al mundo desde hace más de cincuenta años maravillas musicales abandonadas en la oscuridad de la indiferencia y el olvido.
Dedicado a la investigación de esas músicas antiguas, las lee y las interpreta con su viola de gamba, o como director.
Sus actividades como concertista, pedagogo, investigador y creador de nuevos proyectos, tanto musicales como culturales, lo sitúan entre los principales artífices del fenómeno de revalorización de la música antigua.
Música de Antonio Martín y Coll
Antonio Martín y Coll (Reus, Tarragona, ca. 1660 – Madrid ca. 1734) fue un fraile franciscano, organista, compositor y coleccionista español de música barroca.
Martín y Coll, muy joven, ingresó en el monasterio de San Diego de Alcalá de Henares donde llegaría a ser organista.
Estudió música y órgano con Andrés Lorente y fue amigo del organista Josep Elies.
Desde 1707 hasta su muerte, fue organista en el monasterio de San Francisco el Grande, en Madrid.
Probablemente falleció allí entre 1733 y 1735.
Su fama en la actualidad proviene de los cuatro volúmenes de la llamada Flores de música, una recopilación, realizada entre 1706 y 1709, de cientos de piezas para teclado, casi todas ellas anónimas, que se conserva manuscrito en la Biblioteca Nacional de Madrid.
Dado que las obras ya eran célebres en la época de la recopilación, es posible que el público de entonces sí haya conocido al compositor.
FOLIAS DE ESPAÑA – de Antonio Martín y Coll
Jordi Savall, viola da gamba
Rolf Lislevand, vihuela
Arianna Savall, arpa
Pedro Estevan, percusión
Adela Gonzalez-Campa, castañuelas
Los expertos de la actualidad han logrado atribuir gran cantidad de estas obras a la autoría de Arcangelo Corelli, Georg Friedrich Händel, Girolamo Frescobaldi, Denis Gaultier, Aguilera de Heredia, Juan Bautista Cabanilles y Antonio de Cabezón.
El quinto volumen de las Flores de música, intitulado “Ramillete oloroso: suabes flores de música para órgano”, contiene sobre todo música para ese instrumento.
Se cree que, en general, las obras de este volumen son composiciones del propio Martín y Coll.
Dos de ellas son variaciones sobre La folía, una composición larga Diferencias sobre las folías y una más breve, Folías.
Si bien fue sobre todo organista, Martín y Coll también publicó un par de tratados de música: Arte de canto llano, y breve resumen de sus principales reglas, para cantores de choro, Madrid: Viuda de Juan García Infançon, 1714 (con reedición ampliada en 1719) y Breve suma de todas las reglas de canto llano y su explicación. Madrid: [s.n.], 1734.
Quisiera me mandasen la canción de
Jueves Santo Viernes Santo día de grade pasión cuando le crucificaron a Cristo nuestro Señor.
Treinta mil hombres pasaron todos en un excuadron Sam Martin con su dolor partió el manto de color la mitad para el Romero la mitad para el Señor