El manuscrito de Old Hall es una pieza clave para conocer y entender la música inglesa en la Baja Edad Media que componían los predecesores inmediatos y los contemporáneos de John Dunstable, cuya figura se asocia con un puente musical entre el Medievo y el Renacimiento.
The Old Hall Manuscript, en su idioma original, ha sido fechado entre 1415 y 1421 y en sus 112 páginas conserva 148 piezas de la época, muchas de ellas atribuidas a autores de las décadas precedentes, de ahí su importancia como testimonio artístico.
Lo notable del documento es que incluye gran número de nombres de los compositores de las obras que contiene.
De esta forma, aparte de una atribuida al propio Dunstable, aparecen dos escritas por un tal “Roy Henry”, que se especula que pueden ser o Enrique IV o Enrique V de la casa de Lancaster, otras muchas firmadas por Leonel Power y luego piezas de figuras menores, como Aleyn, Bittering, Burell, Chirbury, Cooke y Damett, entre otros.
La pieza más reciente identificada es un motete nupcial de Bittering que probablemente fue compuesto para la boda de Enrique V y Catalina de Valois que tuvo lugar el 2 de junio de 1420.
Sobre el origen del manuscrito, una teoría defiende que fue recopilado para el duque de Clarence y que tras su muerte en batalla en 1421 pasó a formar parte de la capilla real del todavía niño Enrique VI.
De acuerdo con esta tesis, la mayoría de los añadidos al original se habrían debido a piezas incluidas por los maestros de capilla durante la década de 1420.
El Old Hall Manuscript presenta la música interpretada en la misa ordenada como en el culto (Kyrie, Gloria, Credo, Sanctus, Agnus Dei).
Dado que el legajo ha llegado hasta nosotros sin aproximadamente una cuarta parte de sus hojas del principio, no contiene ningún Kyrie, que se supone que quedaron en el trozo perdido del documento.
El conjunto se inicia con versiones de Gloria in excelsis Deo seguidos de Antífonas de loa a la Virgen, de Credos, Sanctus y Agnus Dei, y finaliza con una serie de motetes isorítmicos, es decir, aquellos en que la velocidad de los distintos movimientos de la pieza y de las diversas voces que intervienen están reguladas por proporciones matemáticas.
El compositor más presente en el manuscrito es Leonel Power de quien solamente se sabe que murió en Canterbury en 1445.
Todas sus creaciones, alrededor de cincuenta, son religiosas, bien motetes, bien partes de la misa.
Su talento es variado e inclasificable, pues tanto incluye disonancia en algunas de sus obras como anticipa formas del siglo XV, al intentar que las tres voces suenen en iguales en importancia y funcionalidad.
Las más antiguas misas cíclicas, aquellas en que los distintos movimientos comparten un tema musical común generalmente cantus firmus, son obra de Power, de Dunstable y de sus contemporáneos, que de alguna forma se fueron convirtiendo en antecedentes de la música religiosa del Renacimiento.