Bach y Vivaldi murieron el mismo día con sólo nueve años de diferencia, vivieron la misma época y fueron dos de los grandes nombres propios de la música del Barroco.
En realidad ésta no pasa de ser una mera coincidencia que nos sirve como pretexto para escribir este artículo, y así recordar a estos dos maravillosos compositores que, aunque fueron casi coetáneos (sólo siete años le llevaba el italiano al alemán), nunca llegaron a conocerse personalmente.
Ambos han pasado a la posteridad, a la historia de la música y gran parte de sus obras determinaron el rumbo de la historia de la música.
Vivaldi murió en 1741 en Viena y Bach el mismo día, pero nueve años más tarde, en Leipzig, a más de 500 kilómetros de distancia, pero ambos en el centro de Europa.
Antonio Vivaldi nació el 4 de marzo de 1678 en Venecia y fue bautizado provisionalmente en su casa y oficialmente en la iglesia de San Giovanni in Bragora, que aún se erige en la espléndida ciudad de los canales.
El bebé recibió el bautismo en su casa «per pericolo di morte«, según una breve noticia que ofrece detalles sobre su nacimiento.
Durante toda su vida padeció asma, una afección incurable que él mismo describió como una «strettezza di petto» (estrechez de pecho).
A pesar de esta limitación física fue ordenado sacerdote, se convirtió en un virtuoso del violín y en el principal animador musical del Ospedale della Pietà, para niños huérfanos o abandonados.
Las cuatro estaciones, cuatro conciertos para violín y orquesta que evocan las distintas estaciones del año, son sus composiciones más célebres.
En El verano, por ejemplo, describe la violencia de una tormenta veraniega.
Vivaldi falleció a los 63 años de edad mientras se encontraba en Viena y en el contexto de la cruenta Guerra de Sucesión Austríaca.
Murió empobrecido y de una inflamación interna durante la noche del 27 al 28 de julio de 1741.
Johann Sebastian Bach nació en Eisenach, en el corazón de Alemania, a finales de marzo de 1685, en el seno de una gran familia de músicos.
Su padre, Johann Ambrosius Bach, fue trompetista de la corte y director de los músicos locales.
Todos sus tíos también eran músicos profesionales.
El futuro genio llegó al mundo en una casa que ya no existe, pero que estaba situada al lado de la actual Bachhaus Eisenach, un magnífico museo que cada año atrae a miles de visitantes, casi tantos como la Beethoven-Haus en Bonn.
Bach sufrió la pérdida de su madre en 1694 y la de su padre menos de un año después.
Desde 1700, cuando viajó a Luneburgo, se desempeñó como cantor, violinista y organista.
Ciudades importantes a lo largo de su carrera fueron Weimar, Arnstadt, Mühlhausen, Köthen, donde compuso sus mejores obras, como los Conciertos de Brandenburgo, y Leipzig, donde pasó los últimos 27 años de su vida como cantor en la Thomasschule, un edificio que quedó completo destruido durante los bombardeos de 1944.
Bach murió el 28 de julio de 1750, a los 65 años de edad, aquejado de una progresiva ceguera que le mantuvo encerrado en una habitación oscura.
Las causas de su muerte han sido relacionadas con las defectuosas operaciones de cataratas que sufrió y con una posterior infección que lo remató.
VIVALDI
Antonio Lucio Vivaldi nació en Venecia el 4 de marzo de 1678 y murió en Viena en 1741.
Su aportación a la música de concierto fue invaluable, e influyó en las composiciones de otros grandes músicos como Händel y el mismo Bach.
Pese a ello, su obra fue ignorada durante mucho tiempo, hasta que a principios del siglo XX el interés por la música del periodo barroco fue reavivado.
Su obra más representativa es la serie integrada por cuatro conciertos titulada Las Cuatro Estaciones, en las que una orquesta acompaña a un violín a lo largo de cuatro piezas inspiradas en cada estación del año.
Vivaldi era pelirrojo, por lo que recibió el apodo il prete rosso (El cura Rojo), puesto que también fue sacerdote católico.
Además, pese a que desde niño recibió instrucción en violín, el que se convirtió en su instrumento principal, Vivaldi también destacó como autor de grandes óperas.
Johann Sebastian Bach
A más de un cuarto de siglo de su fallecimiento, la música de Johann Sebastian Bach no sólo no envejece, sino que sigue influyendo en los compositores actuales.
Fue un genio que gozó del aplauso en vida, pero cuya obra fue sepultada en el olvido al poco tiempo de morir, hasta el punto de que los hijos, también músicos, se hicieron más famosos que el padre.
Bach nació el 21 de marzo de 1685 en Eisenach.
Como ha ocurrido con muchas otras mentes geniales, Bach no fue apreciado como grande en su época.
Fue hasta que en 1829 el compositor y director de orquesta Mendelssohn dirigió uno de sus conciertos cuando la obra de Bach comenzó a ser reconocida.
La religión fue uno de sus temas predilectos.
Bach compuso una pieza basada en cada uno de los evangelios de la Biblia, así como composiciones para acompañar misas y otros temas de corte religioso.
La obra de Bach se compone de más de mil piezas…, muchas de ellas fueron por encargo.
Bach consideraba que su éxito se debía a su disciplina y arduo trabajo, más que a su talento.
Al final de su vida Bach perdió la vista, debido en parte a su grave miopía y a toda una vida dedicada al trabajo de composición sin más luz que la de un candil encendido.
Las piezas Variaciones de Goldberg y El clave bien temperado fueron compuestas cuando Bach ya era completamente ciego.
Millones de personas han escuchado a J. S. Bach, Miles de conciertos y cientos de CDs presentan su música inigualable.
Pero en su época, Bach era prácticamente un desconocido, al menos fuera de las villas alemanas en las que vivía y trabajaba sin hacer ruido.
Bach nunca se sintió atraído por el estrellato, la fama o la fortuna.
Este genio incuestionable era agradablemente modesto.
Dijo a un estudiante: “simplemente practica con diligencia y todo irá muy bien; tienes cinco dedos en cada mano tan sanos como los míos”.
Una vez, cuando alabaron su maravillosa habilidad como organista, Bach demostró su característica humildad e ingenio respondiendo: “no hay nada maravilloso en ello; sólo se trata de golpear las notas adecuadas en el momento adecuado y el instrumento hace el resto”.
El final de Vivaldi y Bach
Vivaldi, autor de unas 770 obras, entre las cuales se cuentan 477 conciertos y 46 óperas, se encontró solo, enfermo, sin dinero y deprimido al final de sus días.
La enfermedad y, sobre todo, su estado anímico acabaron con él, ingresado en un hospital benéfico de Viena, el 28 de julio de 1741.
El mismo día, pero nueve años más tarde, en 1750, falleció Johann Sebastian Bach, como consecuencia de una apoplejía tras una intervención quirúrgica en un ojo que resultó un completo desastre.
Ellos dos y Haendel mis favoritos.