Al cumplirse 400 años de haber sido publicada la primera parte de «El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha», Jordi Savall y algunos de sus viejos compañeros de «Hespèrion XXI» y «La Capella Reyal de Catalunya», agrupaciones fundadas por él, acometieron la tarea de recoger la amplia muestra de romances que aparece en el Quijote.

Los escritos por el propio Cervantes fueron musicalizados utilizando obras de la época cuyo carácter se adecuaba al texto.

También encontramos romances cuya letra y música fueron concebidos en la época del Quijote, obras que estaban en el repertorio popular, la mayoría de ellas solo aludidas en la inmortal novela.

No podían faltar piezas instrumentales que nos sitúan en el contexto de las andanzas del ingenioso hidalgo y su fiel escudero.

Para presentar los romances y músicas del Quijote casi en su totalidad fue necesario hacer recreaciones de determinadas obras a partir de lo poco que se conserva de ellas.

El resultado final es bello y conmovedor.

Escuchando estos discos no podemos menos que imaginarnos espectadores y hasta actores quijotescos….

Cuando don Quijote y Sancho llegan al Toboso, «media noche era por filo, poco más a menos…

Estaba el pueblo en un sosegado silencio, porque todos sus vecinos dormían y reposaban a pierna tendida, como suele decirse…

No se oía en todo el lugar sino ladridos de perros, que atronaban los oídos de don Quijote y turbaban el corazón de Sancho.

De cuando en cuando rebuznaba un jumento, gruñían puercos, mayaban gatos, cuyas voces, de diferentes sonidos, se aumentaban con el silencio de la noche…

«Vagando los dos por el pueblo sin dar con los imposibles palacios de Dulcinea, les salió al paso un labrador «que habría madrugado antes del día a ir a su labranza» y venía «cantando aquel romance que dicen: Mala la hubistes, franceses,/en esa de Roncesvalles».

Para don Quijote es un agüero favorable; para Sancho, «así pudiera cantar el romance de Calaínos, que todo fuera uno para sucedernos bien o mal en nuestro negocio»

Como ahí, el Quijote está lleno de músicas, sonidos y silencios, y como ahí los unos se resuelven a menudo en los otros, y todos son cosas que les suceden a los personajes y que llegan a constituir el meollo mismo de la trama.

Perdidos otra vez, en el «extraño silencio» de otra noche, caballero y escudero «acertaron a entrar entre unos árboles altos, cuyas hojas, movidas del blando viento, hacían un temeroso y manso ruido, de manera que la soledad, el sitio, la escuridad, el ruido del agua con el susurro de las hojas, todo causaba horror y espanto, y más cuando vieron que ni los golpes cesaban ni el viento dormía ni la mañana llegaba».

Es el comienzo del memorable episodio de los batanes que amedrentan el corazón de don Quijote: un episodio cuyos protagonistas últimos son los mazos de un ingeniohidráulico «que con sus alternativos golpes aquel estruendo formaban».

Por el contrario, el protagonismo puede corresponder al silencio.

«Fuéronse a comer, y la comida fue tal como don Diego había dicho en el camino que la solía dar a sus convidados: limpia, abundante y sabrosa; pero de lo que más se contentó don Quijote fue del maravilloso silencio que en toda la casa había, que semejaba un monasterio de cartujos».

Maravilloso, vale decir, admirable e insólito, es el adjetivo preferido en el Quijote para el silencio.

En el barullo de la vida, el novelista y su héroe descansan con perceptible gozo en la ínsula del silencio: don Quijote, para quedarse a solas con sus ensueños; Cervantes, acaso «con la cabeza inclinada sobre el pecho, a guisa de hombre pensativo», para que las palabras no le comprometan mientras echa sobre el mundo una mirada socarrona.

De entre el silencio surge muchas veces la música que «compone los ánimos descompuestos y alivia los trabajos que nacen del espíritu».

Por todas partes se canta en el Quijote.

Canta romances el labrador del Toboso y seguidillas el zagal que va a asentar plaza en la infantería:

A la guerra me lleva
mi necesidad;
si tuviera dineros,
no fuera, en verdad.

Cantan los pastores de verdad, «templando su rabel … con muy buena gracia», y cantan más aun, y «versos no de rústicos ganaderos, sino de discretos cortesanos», los pastores de mentirijillas.

Don Quijote se precia «de cantar algunas estancias del Ariosto», pero también sus propios poemas, «arrimado a un tronco de una haya», como en las églogas de Virgilio, o tal vez «de un alcornoque (que Cide Hamete Benengeli no distingue el árbol que era), al son de sus mismos suspiros»; y hay que ver con cuánta destreza procede con la vihuela: «Templola … y habiendo recorrido los trastes … y afinádola lo mejor que supo, escupió y remondose el pecho, y luego, con una voz ronquilla aunque entonada, cantó el siguiente romance, que él mismo aquel día había compuesto: Suelen las fuerzas de amor / sacar de quicio a las almas…»

En la acción del Quijote, la música es siempre un ingrediente, no un decorado postizo.

Tan en su lugar está en las bodas de Camacho la «danza de artificio y de las que llaman habladas», al son de «una gaita zamorana», como los romances escenificados en el retablo de maese Pedro, las infinitas letras y melodías del palacio de los duques o las «chimirías y atabales» que envuelven la entrada de don Quijote en Barcelona.

En rigor, tampoco hay fronteras entre la música de los profesionales y la de quienes no lo son: ambas implican a los personajes, sirven a la intriga y tienden puentes entre la poesía de la ficción y la prosa de la realidad.

En 1591, Salvador Luis, cantor de cámara de Felipe II, armonizó una oda de Cervantes, Dulce esperanza mía, que en el Quijote se pone en boca de un fingido mozo de mulas.

La lírica cervantina no tuvo en su día una fortuna musical ni remotamente comparable a la de un Lopede Vega o un Góngora, pero el Quijote la ha tenido como ninguna otra novela de ninguna otra época.

Un ballet, el Don Quichotte dansé estrenado en París en 1614, abre modestamente la formidable lista de óperas y cantatas, poemas sinfónicos y partituras escénicas de asunto quijotesco, que se extiende de Purcell y Telemann a Mendelssohn, Richard Strauss y Manuel de Falla.

El Quijote ha recibido asimismo continua atención desde todas las perspectivas de la musicología.

La última etapa de ese camino cuatrisecular la han andado más que felizmente Jordi Savall, Montserrat Figueras y La Capella Reial de Catalunya.

Con autoridad, con arte, con absoluto dominio en todos los aspectos, han conseguido una grabación que sólo puede calificarse de exquisita.

Más allá de la arqueología, pero siempre con una pauta de la máxima exigencia, han reconstruido el universo musical del Quijote con tanta eficacia en la evocación inmediata como capacidad de sugerencia para el oyente.

Una empresa como la suya síque está a la altura de Cervantes y del cuarto centenario del Ingenioso hidalgo.

Intérpretes

Jesús Fuente, Francisco Rojas & Josep Piera, recitantes
Montserrat Figueras, soprano
Begoña Olavide, psalterio
Andrew Lawrence-King, arpa
Xavier Díaz-Latorre, vihuela, guitarra
Arianna Savall, arpa doppia

Hespèrion XXI
La Capella Reial de Catalunya
Jordi Savall, dirección
Contenido

Don Quijote de la Mancha: Música y romances:

Disco I:
Primera Parte:

I. Yo soy la Locura, capítulo I:
1. Fanfarra (instrumental) (Anónimo, CMP 106)
2. Recitado: En un lugar de la Marcha…
3. La Folia: Je suis la folie (Du Bailly)

II. Primeras Andanzas, capítulo II
4. Cuatro diferencias sobre las vacas (Luys de Narváez)
5. Romance de Moriana: Con pavor recordó… (Anónimo/ Luys Milán)
6. Recitado: “Estaban en la puerta dos mujeres…”
7. Romance viejo de Lancelote : Nunca fuera caballero… (Anónimo/ Sefardi)

III. Primeros entuertos, capítulos IV y V
8. Recitado: “A la vista de unos mercaderes…”
9. Recitado: “Un mozo de mulas…”
10. Sospiraste, Valdovinos
11. Recitado: “Ese labrador procuró…”
12. Romance de Abindarráez: Al campo sale

IV. Arde la Biblioteca, capítulos V-VI
13. Diferencias sobre las guárdame las Vacas ((Luys de Narváez) )
14. Romance de Don Beltrán: Los doce Pares…
15. Recitado: “Por tomar muchos juntos…”
16. Adoramus te Domine (órgano) (CMM 4) (Anonyme)
Oh, sacratissima Trinitat (Tirant lo Blanc – Joanot Martorell)

V. Por los Montes y Selvas, capítulo XI
17. Recitado: “Cenaron Don Quijote y Sancho…”
18. Antonio : Canción para Olalla (Gabriel / Miguel de Cervantes)

VI. Allí sosegados y a la Sombra, capítulo XXVII
19. Recitado: “Estaban, pues, el cura y el barbero allí…»
20. Canción Pastoril: ¿Quién menoscaba? (Sant Juan / Cervantes)
21. Recitado: “La hora, el tiempo, la soledad…»
22. Soneto: «Santa Amistad que con ligeras…» (F. Peñalosa / Cervantes)

VII. Una Voz Canta y Encanta, capítulo XLII, XLIII:
23. Recitado: “Como ya la noche iba…”
24. Canción: Marinero soy de amor (Anónimo Sefardí) / Miguel de Cervantes)

Segunda Parte:
I. Llegada al Toboso, capítulo IX:
25. Recitado: «Media noche era por filo…»
26. Romance del Conde Claros: Media Noche… (Francisco Salinas)

Disco II:

I. Llegada al Toboso, capítulo IX (continuación):
1. Pavana I (arpa)
2. Recitado: «Estando los dos en estas pláticas…»
3. Romance de Guarinos: «Mala la hubiste…» (Anónimo)
4. Recitado: Sí oigo —respondió Sancho…»
5. Romance de Calainos: «Ya cabalga…» (Anónimo / Valderrábano)

II. Romances Vivos, capítulos XXIII-XXVI
6. Recitado: «Las cuatro de la tarde serían…»
7. Romance del Llanto de Belerma por Durandarte
Sobre el corazón difunto
8. Romanesca I (arpa) (Alonso de Mudarra)
9. Romance de Don Gayferos: Si d’Amor…(Anónimo)

III. Las Cuitas de Dueña Dolorida, capítulo XXXVIII
10. Recitado: «Detrás de los tristes músicos…»
11. Villancico: De la dulce mi enemiga (Gabriel / Cervantes)
12. Recitado: «Y de este mismo jaez…»
13. Seguidillas en eco: De tu vista celoso

IV. Altisidora, capítulos XLIV-XLVI
14. Recitado: «Don Quijote mató las velas…»
15. Romance de Altisidora: Oh tú que estás…Anónimo
16. Recitado: «Llegadas las once horas de la noche…»
17. Romance: Suelen las fuerzas del amor (A. Ribera / Cervantes)
Capítulo LVII
18. Gallarda
Recitado: «Ya le paresció a don Quijote…»
19. Lamento de Altisidora: «Escucha, mal caballero…» (Anónimo XVII) / Cervantes

V. En la Entrada de Barcelona, capítulos LXI-LXII:
20. Conde Claros (Alonso Mudarra)
21. El Villano (instrumental, Anónimo / Martín y Coll)
22. Recitado: «Llegó la noche…»
23. Un sarao de la Chacona (Joan Arañés)

VI. En la Arcadia, capítulos LXVII-LXIX
24. Recitado: «Era la noche algo escura…»
25. Canción: «Amor, cuando yo pienso…» (V. de Henestrosa / Cervantes)
26. Recitado: «En esto comenzó a salir…»
27. Canción: En tanto que en si vuelve… (Guerrero / Cervantes)

VII. Morir Cuerdo y Vivir Loco, capítulo LXXIV
28. Circundederum me (órgano)
29. Requiem; Lacrimosa dies illa (Anónimo)
30. Epitafio: «Yace aquí el hidalgo fuerte»
31. Requiem: Pie Jesu Domine (Cristobal de Morales)

Un comentario en «Savall y Cervantes, dos genios unidos por la música»
  1. Atento y cordial saludo. Quiero compartir con Ustedes mi programa DON QUIJOTE Y LA MÚSICA, que se emite por la emisora de la Universidad Nacional de Colombia, un.radio, los días lunes de 2 a 3 pm, por la 98.5 en Bogotá, y en la web http://unradio.unal.edu.co/nc/detalle/cat/don-quijote/article/don-quijote-visitado-y-re-visitado.html
    De igual manera, averiguar dónde puedo adquirir los CD que aquí se anuncian, son realmente maravillosos, un gran acopio de la música en la época de Cervantes, que con seguridad se escuchaba también en América, esa América a la que él quizo venir.

    Cuenten con este amigo y colaborador.

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