Raquel Martorell Dorta (Santa Cruz de Tenerife, 1985) tiene claro que el aprendizaje nunca acaba y también que, de alguna manera, éste puede ser entendido como un viaje que se guía por la curiosidad a la búsqueda de nuevas experiencias.
Esta flautista tinerfeña, salida del Conservatorio Superior de Música de Canarias, decidió continuar especializándose en Francia y en Holanda, país este último donde desde hace seis años se sirve de la flauta barroca para expresar su arte.
A punto de concluir sus vacaciones en la Isla, DiariodeAvisos.com la entrevistó.
-¿Qué llevó a una tinerfeña a continuar desarrollando su aprendizaje, su carrera en Holanda?
“Primero estuve en Francia, en París, continuando mi formación en flauta moderna y piccolo, y luego me vine a Holanda para hacer la especialidad de flauta barroca.
Esto último respondió a la curiosidad más que a otra cosa.
Cada periodo tiene un instrumento específico, y yo me sentí atraída por la flauta barroca.
En Holanda hay una gran tradición de intérpretes, pero también en el resto de Europa cada día que pasa existe mayor interés.
Como aquí en España, con gente como Jordi Savall, que ha sido y es uno de los grandes divulgadores de la música antigua”.
-¿Qué características, qué matices halla en la flauta barroca que la impulsaron a decantarse por ella?
“Por encima de todo, su sonido, más cálido que en un instrumento moderno.
Las formaciones barrocas eran más reducidas que las actuales y su sonoridad resultaba más suave.
Es la diferencia, en mi caso, que hay entre una flauta de madera y una de metal.
También me resulta interesante el que debas estudiar muchos textos y tratados de la época para acercarte al modo en el que entendían la música quienes vivieron en ese tiempo”.
-¿A qué cree que se debe la aceptación que vive hoy ese periodo musical, con minorías de seguidores que son cada vez más amplias?
“Todo es cíclico. Hubo una época donde se potenciaban las grandes orquestas, las formaciones que sonaran mucho. Y ahora no es que la gente se haya cansado, pero sí que a lo mejor se interesa por un tipo de música, y una forma de interpretarla, diferente. El barroco se ha tocado desde siempre, pero no hace tanto que se persigue ser lo más fiel posible a la idea del compositor, aunque no podremos saber con exactitud cómo se interpretaba en esos años. Justo por eso, buscar la mayor fidelidad en la música barroca es apasionante”.
-¿Qué autores están en su repertorio? ¿Cuáles son sus preferidos?
“El primer nombre que surge al hablar de música barroca es Johann Sebastian Bach. Si no abordas su obra te pierdes una parte esencial del barroco. ¡Pero hay tantos! Para flauta puedo citar, por ejemplo, a Lully y a Boismortier, en Francia; en Alemania, además de Bach, se me ocurren Telemann o Quantz, o Vivaldi en Italia. Últimamente toco mucho obras de Carl Philipp Emanuel Bach y de Platti”.
-¿Es imprescindible salir de las Islas para seguir avanzando en una formación tan específica como la que usted ha escogido?
“Para la música, y para todo, viajar es beneficioso. Te aporta muchas cosas en todos los sentidos. Aquí hay gente muy buena y también tenemos a la Orquesta Sinfónica de Tenerife, que me sirvió de gran ayuda… Pero sí, yo se lo recomiendo a todo el mundo. Llevo seis años fuera y no dejo de sorprenderme. No dejas de aprender y además te valoran por lo que haces. Debes esforzarte mucho, intentar tocar cada día mejor y, lo más importante, has de tener muchísima ilusión”.
-¿Cambia mucho la perspectiva entre preparar un concierto como solista a hacerlo formando parte de una orquesta?
“Este año, por ejemplo, toqué como solista con la Sweelinck Barok Orkest la Suite orquestal número 2 de Bach. Es una experiencia maravillosa donde has de tener las cosas muy claras para defender tu idea ante el director y el resto de músicos. Integrar la orquesta es otro tipo de trabajo, en el que tienes que saber ensamblarte con los otros instrumentistas. Yo disfruto de ambas experiencias, al fin y al cabo, sigo haciendo lo que más me gusta”.
-¿Entre sus proyectos tiene previsto actuar en las Islas?
“Me encantaría tocar aquí, porque esta es mi tierra y sería fantástico presentarme ante mi gente. Pero no es fácil. Formo parte de varios ensembles, con músicos nacidos en Rusia, Inglaterra, Holanda… Son gente que de mil amores vendría a Tenerife, pero eso tiene un coste y disponer de esos recursos económicos hoy resulta muy complicado. Ideas no faltan, lo que se necesita son personas dispuestas a desarrollar estos proyectos”.
Entrevista realizada por SANTIAGO TOSTE | Santa Cruz de Tenerife para DiariodeAvisos.com