Desde muy joven, Jordi Savall se inclinó por la música.

Especialmente por la belleza del sonido del violonchelo.

Inició como autodidacta y se inscribió en el conservatorio para continuar sus estudios. Pero ese no fue su único acercamiento al arte.

Cuando era niño integró un coro cuyo repertorio era el canto gregoriano. Ya en sus primeros años, Savall estaba muy vinculado con este lenguaje, al que denomina universal.

En su adolescencia, el joven Jordi tocaba guitarra, percusión y armónica.

Era un aficionado a la música de Elvis Presley y había formado un grupo de jazz con sus amigos.

Sin embargo, pudo más su pasión por el violonchelo. La misma que, junto al descubrimiento de un repertorio antiguo, lo llevó hasta su musa y esposa: Montserrat Figueras.

Hoy, el maestro Savall es considerado el más grande exponente de la música ‘antigua’ y uno de los más respetados ejecutantes de la viola de gamba, un instrumento silenciado por mucho tiempo.

Y no solo eso, sino que también redescubrió muchas composiciones de los siglos XV en adelante, que pretende enseñarnos cómo fue la historia a través de su propio arte “para poder encontrar soluciones, porque vivimos en un momento muy malo”.

Su hoja de vida es impresionante.

Savall tiene una serie de premios y distinciones que van desde el Cesar del cine francés (1992), por la banda sonora de Todas las mañanas del mundo hasta el Premio Musical Leónie Sonning, que le entregaron a mediados de este año.

En toda su carrera, que inició en 1970, ha grabado más de 170 álbumes.

Pero su labor no queda ahí.

A través de su arte, Savall también busca llevar un mensaje de paz y entendimiento entre culturas.

Así, en el 2008 fue nombrado “Embajador de la Unión Europea para el diálogo intercultural”.

Ese mismo año, la UNESCO nombró al maestro y a su esposa Montserrat Figueras como “Artistas por la paz”.

Savall visita por primera vez el Perú gracias a la Sociedad Filarmónica de Lima.

El último viernes tuve el honor de reunirme con él para entrevistarlo.

Esta fue una conversación que trató de todo un poco: desde su repertorio hasta la música actual, pasando por política y, como debe ser, por la vida.

Cuéntenos más sobre su pasión por la música ‘antigua’

Cuando iba al conservatorio, la orquesta estaba ensayando el Réquiem de Mozart.

Me quedé tan tocado e impresionado por su belleza que dije “si la música te da eso, yo quiero ser músico”.

Ahí había un cuarteto de cuerda que acompañaba al coro; de ese grupo me fascinó el violonchelo.

Compré uno y empecé a tocar.

Tenía 15 años.

¿No tenía inclinación por otra especialidad?

En aquella época tocaba la guitarra, la percusión, la armónica, era un fan de Elvis Presley. Jajajá. Tenía además un grupo con el que hacíamos jazz.

Me gustaba la música, como todo adolescente, pero con el violonchelo empecé como autodidacta.

Iba a una tienda en Barcelona que tenía mucha música y compraba todo lo que tenían para violonchelo.

Por casualidad, encontré composiciones originales para viola de gamba de Bach, de Marin Marais y de Diego Ortiz que estaban arregladas para violonchelo. Aunque estas piezas no estaban en los planes de estudio del conservatorio, siempre formaban.

Yo debía alternar estudios y trabajo porque mi familia era muy humilde, pero al cabo de 9 años, cuando terminé mis estudios, tocaba música de diversos compositores.

Luego, fui a hacer un curso de música en Santiago de Compostela donde encontré al maestro Rafael Puyana, un clavecinista colombiano. Ahí, toqué mucha música barroca.

Un día él me dijo: “¿Por qué tocas esta música en violonchelo si es para viola de gamba?”. A lo que yo respondí, “sí claro, pero no la conozco… no sé qué es la viola de gamba”. Así que apunté “Buscar viola de gamba” y llegué a Barcelona.

Aquel mismo día me llamaron de un grupo de música antigua en donde cantaba Montserrat Figueras, ella estudiaba violonchelo en el mismo conservatorio. Me conocía, me había escuchado.

El director de este grupo buscaba a un “buen joven que cultive y toque bien la viola de gamba”.

Montserrat le dijo “yo conozco a uno que toca muy bien a Bach en chelo” y fue así: yo había puesto en mi agenda “buscar viola de gamba” y así empezó todo.

Ahí conocí a Montserrat e hicimos música.

Ese tiempo era 1965. Tenía 24 años.

Si la viola de gamba es un instrumento tan rico, ¿por qué fue silenciada durante tanto tiempo?

Fue porque el gusto de finales del siglo XVIII, con la música concertante y las orquestas, en el barroco tardío, favoreció más a la ópera y a los grandes grupos.

Entonces, la música de cámara se concentró en los mismos instrumentos de la familia de la orquesta: violín, viola y violonchelo. La viola de gamba es muy individualista.

Es un instrumento solo, que se utilizaba para hacer una aria.

Incluso en la época de Bach: la viola de gamba en una Pasión no tocaba a cada rato, sino en un momento.

Por ejemplo, en La Pasión según San Juan, la viola de gamba toca una sola aria, pero es la aria en donde Jesús se muere.

Esta era la especialidad, era una música más de lamento, más poética, que cuando se expandió de manera brillante, la viola de gamba ya no tenía la misma fuerza que tenía un violín o un violonchelo.

Como todas las épocas en la historia de la música, el período de su especialidad también ha sido muy prolífico en cuanto a composiciones, ¿cuáles son los criterios de valoración para interpretar o agregar una obra a su repertorio?

Con la música es como con las personas: cuando ves a una persona sientes si tienes algo en común o no, si tienes una simpatía, si ves que hay un sentimiento de proximidad o no.

Yo creo que todo músico tiene una cultura, un bagaje. Cuando yo escucho las músicas o las estudio, veo enseguida cuáles son más cercanas o más bellas según mi criterio.

Como músico solo puedo interpretar bien lo que a mí me gusta, si una pieza por más interesante que sea no me gusta, no la puedo interpretar bien.

Y para eso se necesita una amplia preparación…

Claro, el estudio te permite entrar en una cultura.

A partir de ahí, si encuentras 100 villancicos tú escoges los que más te gusten, los que te parezcan más interesantes y esto es en función de muchas cosas: de la calidad de la música, de cómo están hechos…

Se ha compuesto tanta música y no todas tienen ese toque genial. Hay muchas músicas antiguas que son simplemente “de circunstancias”.

Una de las funciones principales del músico director al hacer un programa es saber encontrar las pequeñas joyas, los tesoros, las músicas que son excepcionales.

Y a veces debe ponerlas, tal vez, con otras que no sean tan excepcionales, pero que en el contexto sirven para hacer un ritmo y darle un balance. Para que pueda explicar una historia.

También, a veces encuentras una obra no muy interesante, pero que utilizada como base de improvisación puede transformarse en una pieza.

En la música muchas veces nos ha quedado los esquemas básicos, nos olvidamos que en aquella época improvisaban y entonces sobre este esquema se puede conseguir una obra maravillosa como las folias, los canarios, las chaconas y todas esas músicas que servían de base de improvisación.

Hablando de improvisación, a veces se cree que esto es más propio de la música popular…

En la música, hasta el dodecafonismo la improvisación era una base fundamental del ejecutante.

Los grandes maestros desde Frescobaldi, Cabezón, Bach, Händel, Marin Marais, Corelli, todos eran grandes virtuosos e improvisadores.

Es a partir de aquel momento en que se codifica la música en el sistema dodecafónico que se considera que todo está previsto.

A excepción del órgano, con este instrumento siempre se ha improvisado, siempre se ha hecho preludios y fugas porque es una tradición clásica.

Con la música antigua estamos recuperando la improvisación.

En el concierto que haremos en Lima hay piezas que se improvisan y hay improvisaciones totales.

¿Y cómo realizan la improvisación?, ¿cómo hacen para sonar como la época?

Bueno, no pretendemos sonar como en la época.

Lo que pretendemos es usar el lenguaje de los instrumentos y utilizar los estilos.

Pero lo que pasó en la época no lo sabemos.

Es imposible.

Lo que es importante es la autenticidad.

Que lo que hagamos sea vivido.

Que sea fruto de una mezcla entre el conocimiento y la emoción, y esto quiere decir que en el momento en que improvisas, uses todo el bagaje que tienes, pero ya asimilado.

Es decir, no usas tu conocimiento en aquel momento.

Solo te sirve de base.

Es como el lenguaje, hemos aprendido, pero no tenemos las palabras del diccionario metidas en la cabeza, sino que a medida que escuchas vas encontrando las palabras sobre lo que quieres explicar.

Con la música pasa lo mismo: tú te pones a improvisar y escuchando al otro tienes una idea y le respondes.

Así se crea un diálogo y un momento en que pasa algo totalmente único. No se repetirá.

Aunque claro, a veces cuando se forma una idea muy bonita la memoria la guarda.

Nos pasa, es un proceso normal. En algunos momentos las figuras que han quedado muy bien las aplicas en otro esquema.

Uno tiene tendencia a memorizar las cosas.

Esa es una de las características de la música que trasciende

Claro, es una de las cualidades fundamentales, por eso es tan importante la emoción porque es la que nos hace conservar la memoria.

Hablando de trascendencia, ¿por qué muchas veces ha habido compositores subestimados después de su muerte… e incluso ahora?

Yo creo que en cada época ha sucedido un fenómeno tan particular y es que con la música hemos tenido un hándicap muy fuerte: cuando hubo Renacimiento los creadores del Siglo XV descubrieron impresionados la riqueza cultural de la Grecia Antigua.

Las esculturas, la arquitectura, los textos de Homero.

Esto creó una inspiración que produjo el renacimiento inspirado en todo este mundo. Ellos se dieron cuenta que hace 2 mil años había habido una cultura increíble y habían constatado que con el arte no había progreso.

Con la música no pasó eso. No quedaba una melodía anotada, no había ni una música de la Grecia Antigua que pudiera inspirar, por ello se continuó pensando que con la música siempre había un progreso.

Cuando lees Las vidas de Haydn, Mozart y Metastasio, de Stendhal, él dice “ahora se ha llegado a un nivel de composición verdaderamente bueno, no como hacían antes los alemanes que componían obras tan complicadas de contrapunto que no se entendían”.

¿Entonces es parte de una tendencia humana a querer olvidar el pasado?

Yo creo que es una tendencia humana, pero sobre todo es el hecho de que con la música realmente se pensó que cada compositor era mejor que el anterior.

Todo esto cambió en 1829, cuando un joven compositor y director llamado Félix Mendelssohn Bartholdy dirigió por primera vez la Pasión Según San Mateo, de Bach, en Berlín.

La gente quedó sorprendida de que una obra antigua fuera tan bella y tan moderna. Aquí empezó el renacimiento verdadero de la música. Y ese renacimiento lo estamos viviendo ahora.

Y este Renacimiento consiste en no olvidar el pasado…

Y en pensar que la música es siempre un fenómeno vivo. Podemos hablar de partituras antiguas, pero no de música antigua.

Esa es la diferencia.

Las partituras son un cifrado que nos da acceso, pero al momento que empezamos a cantar, la música es de nuestra época. Este es el gran misterio de la música.

Esto significa que la música nunca muere

Nunca muere. Mientras haya seres humanos, nunca muere.

Jordi Savall dedicó su más reciente premio a Montserrat Figueras (Música antigua).

El programa para el concierto de Lima incluye piezas de Baltasar Martínez Compañón, del Códice “Trujillo del Perú”.

Al escuchar parte de esta música notamos que no son piezas cien por ciento autóctonas sino se percibe ya una influencia española… ¿qué nos puede decir sobre este códice?

Yo he estado interpretando piezas de este códice: alguna cachua, algunas piezas características que tienen un ritmo muy típico de los andes.

Lo que pasa es que siempre debemos tener en cuenta que la música es un proceso de asignación de culturas diversas. Y especialmente en el siglo XVI, XVII, todas esas épocas.

Tenemos que recordar que el fenómeno musical era propio de cada cultura. Después, entre en el encuentro del mundo hispano y el mundo nativo… y el africano porque vinieron muchos africanos como esclavos, se creó el mundo mestizo.

En estos cuatro mundos: de la antigua España, África, indianos y mestizos se creó unas influencias de una riqueza increíble.

Entonces, eso es lo que encontramos en el códice…

Es lo que está ahí.

Cada momento marcado representa una conjunción de cosas que es difícil de saber exactamente, pero tiene relación común.

Fíjese que muy a menudo los españoles pensamos que llevamos la música al Nuevo Mundo, pero casi nadie se acuerda que la música del Nuevo Mundo también fue a España, que no es un viaje de ida, sino de ida y vuelta.

La descripción de la chacona la conoces por Lope de Vega “esta indiana amulatada que nos viene de las Indias”.

Y siempre se ha pensado que la chacona era una danza cortesana, pero vino de las Indias y después la corte la asimiló y domesticó.

¿En esa confluencia de mundos también hay un punto común en el origen de la música?, ¿hay una raíz común?

Cada música tiene su raíz en el pueblo; cada cultura tiene rasgos únicos.

La música es la que define el alma de esta cultura.

El punto común es que este arte siempre se comunica si necesidad de utilizar lenguajes, es decir, usa uno que es universal, pero marcado por cada diferencia cultural.

Lo que es bonito es que tú puedes escuchar una música peruana, mexicana, italiana, española y cada una conservará su carácter, su forma, pero la podemos entender.

Las entendemos incluso conservando su carácter más genuino.

La persona más extraña a esta cultura puede percibir toda la belleza de esta música, porque la música es para compartir siempre, porque la música habla directamente al corazón.

¿Esa es la finalidad de la música?

La finalidad de la música es que podamos ser humanos 100 por ciento, sin la música no seríamos humanos.

La música es la que nos hace ser más sensibles, nos hace sentir juntos y compartir.

No obstante muchas veces se ha usado la música para fines negativos…

La música, como todas las cosas, también se ha utilizado para fines negativos.

Las canciones de cruzadas, que son bellísimas se utilizaban para matar moros.

Las canciones de militares, los cantos patrióticos servían para masacrar al vecino. Pero ese el misterio de la música.

¿Y la música puede ser fundamental también para la crítica social o política tal vez?

También, la música puede ser un vector para unir un pensamiento, porque tiene un poder social importantísimo.

Las canciones de protesta han sido fundamentales. Y lo vemos en todo el mundo de la música, con los Beatles, por ejemplo.

La música ha tenido una función importante en el 68. Por eso, continúa siendo un vector importante de toma de conciencia. Pero también nos puede ayudar más a entender la historia.

En los proyectos que hacemos con Alia Vox sobre Mare Nostrum, Juana de Arco, sobre Jerusalem y que haremos sobre la paz, todos esos son proyectos que ayudan a entender qué pasó.

Es muy importante saber qué ha pasado en la historia para encontrar soluciones, porque vivimos en un momento muy malo, el mundo está loco.

¿Qué está pasando? Mucho se dice que se ha perdido la capacidad de asombro.

No. Se ha perdido la capacidad ética.

Se ha perdido la relación humana entre las personas.

Porque el mundo económico se ha desconectado de la sociedad.

En el siglo XIX, las personas ricas tenían aún un sentimiento ético de responsabilidad en relación a su país, a su sociedad y contribuían construyendo hospitales, estaciones de tren, carreteras, ayudando a las escuelas.

Hoy en día, el mundo económico es un mundo aparte que piensa solamente en ganar dinero como sea.

Esto genera una situación en que cada vez los ricos son más ricos y los pobres son más pobres… y esto es un suicidio colectivo.

Y se ha perdido también la insensibilidad al arte…

El arte ya no está asociado a una forma de culturización de la masa porque se ha bajado mucho el nivel de la cultura.

En Estados Unidos lo que ves en la televisión es de un nivel tan bajo que la verdadera cultura está en un ámbito demasiado elitista.

Y habría que subirla, que la calidad de la cultura llegue a todos.

Pero esto implica otra idea: porque hoy en día se cree que todo tiene que ser rentable.

La cultura no puede ser rentable. Es como la salud, no puede ser rentable.

Si tienes que hacer un hospital este debe funcionar y si alguien no puede pagar no significa que no tenga derecho la salud.

Hemos perdido el concepto de solidaridad en que el conjunto de las personas que viven en un país tienen que contribuir a que este funcione.

Y lo que sucede hoy es obsceno, porque ves que el uno por ciento de la sociedad posee lo que necesitaría el 99 por ciento.

Vargas Llosa dice en su último ensayo que en estos tiempos se está banalizando la cultura, ¿usted cree que es así?

Sí, está banalizado, en el sentido de cómo escuchamos la música.

Pero lo más grave no es esto, lo más grave es que se ha perdido el sentido de responsabilidad en la vida social.

Ya no hay políticos responsables, ya no hay gerentes responsables.

Los políticos van por la corrupción; las empresas, por hacer dinero a costa de lo que sea. Es que el mundo está loco.

En este momento son los bancos los que reciben las ayudas y es el pueblo el que sufre.

Echan de casa a las familias porque no pueden pagar las hipotecas. Vamos a llegar al punto en que la sociedad va a explotar, sobre todo en Europa que estamos viviendo una crisis tremenda.

¿Cómo solucionamos ese problema?, ¿el arte puede ayudar?

Claro, el arte puede ayudar porque el arte implica educación.

El arte es importantísimo, pero si no tienes qué comer, si no tienes una casa en donde vivir, donde pagar el estudio de tus hijos, ¿de qué sirve el arte?

El arte sirve cuando tienes la vida que puede funcionar. Hay unos mínimos. Hablar de arte a una persona que no tiene clase ni trabajo, ¿de qué le va a servir?

La sociedad tiene que garantizar estos mínimos y en estos está la cultura.

O sea, también es responsabilidad del estado

Así es, pero el estado somos todos. Y el que tiene más, que contribuya más.

Y el que tiene menos, que reciba ayuda. Este es el principio ético de la sociedad.

Cuanto más distancia hay entre un pobre y un rico, más enferma está la sociedad.

Y hoy todas las sociedades están muy enfermas.

¿Cómo percibe la música actual?

Yo creo que la música está evolucionando gracias a que se está conociendo el patrimonio antiguo.

Muchos compositores están repensando la función de este arte, que siempre ha tenido una evolución demasiado destructiva.

Durante muchos años se pensaba que si no rompías con el pasado no eras buen compositor. Hoy en día estamos reconsiderando esto.

Puedes ser un magnifico compositor utilizando medios clásicos.

Todos los recursos, como sucede en la literatura.

Podría darme una definición personal de la palabra “música”

Vivir es muy difícil cuando no hay paz en torno a nosotros, cuando hay violencia en este mundo.

Pero es imposible vivir sin paz en el corazón y la música junto con el amor es lo único que puede crearla.

POR PABLO MACALUPÚ-CUMPÉN | camelloparlante.com

7 comentarios en «Entrevista a Jordi Savall: puse en mi agenda “buscar viola de gamba”, y así empezó todo»

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