Para alguien como Jordi Savall (Igualada, 1941), que ha dedicado a insuflar nueva vida a partituras olvidadas, es desalentador ver cómo en España se sigue menospreciando la cultura.
Lo dejó muy claro a través de la carta con la que renunció al Premio Nacional de Música e insistió en ello recientemente con motivo de la presentación de su próxima actuación en Barcelona, mañana domingo en el Palau de la Música, con La Pasión según San Mateo, de Johann Sebastian Bach.
«En nuestro país nunca se ha valorado el patrimonio musical como en Alemania», se lamentaba el violagambista de fama internacional, fundador junto a la que fuera su esposa -la soprano Montserrat Figueras (1942-2011)-, de los conjuntos Hespèrion XXI, La Capella Reial de Catalunya y Le Concert des Nations.
Con ellos abarca un amplio repertorio que va desde la música medieval hasta la clásica.
«Quizá nosotros no tengamos un Bach pero sí a grandes maestros musicales que merecen ser reconocidos y escuchados con más frecuencia.
Pero para que eso ocurra hace falta tener conciencia del valor de nuestro patrimonio y para eso se necesita tener un proyecto y que exista una voluntad para llevarlo a cabo», dice.
AUTODIDACTA
Savall fue uno de los impulsores de la interpretación con instrumentos originales.
Tras estudiar violonchelo en el Conservatorio de Barcelona, revalorizó un instrumento olvidado como la viola de gamba que aprendió a tocar de forma autodidacta.
Con este instrumento empezó a ser conocido tras el éxito de la banda sonora de Tous les matins du monde (1991), donde interpretaba obras de Marin Marais y Sainte-Colombe, músicos del siglo XVII alrededor de los cuales giraba la película.
Posteriormente ha asentado su carrera combinando sus recitales de viola de gamba, sus conciertos al frente de las formaciones que dirige y sus grabaciones con Alia Vox, su propio sello.
Ha editado una singular y premiada colección de disco-libros donde profundiza en la conexión entre las obras interpretadas y el momento histórico al que pertenecen.
La Dinastía Borgia, Cristobal Colón, Don Quijote y lugares como los Balcanes y Bizancio forman parte de esta colección donde composiciones de palacio conviven con melodías populares, estudiadas e interpretadas con idéntico respeto y pasión por Savall.
Siempre le ha gustado recordar las palabras de Voltaire: «Sin los sentidos no hay memoria, y sin memoria no hay pensamiento».
Como ha opinado en numerosas ocasiones, «sin memoria y sin pensamiento no hay justicia ni civilización.
Y la música que es la más espiritual de todas las artes; en realidad, es el arte de la memoria por excelencia: solo existe cuando un cantante o un instrumentista la hace vivir, y entonces, al verse nuestros sentidos embargados por la emoción y la belleza de un canto o la vitalidad sorprendente de una danza, ocurre que gracias a la memoria los fijamos en nuestro pensamiento.
Unos momentos intensos y a la vez fugaces que nos llenan el corazón de paz y alegría o de dulzura y nostalgia, y que conservaremos preciosamente en lo más profundo de nuestra memoria».
Savall ha sido distinguido con numerosos galardones a lo largo de su dilatada carrera, entre ellos el prestigioso Léonie Sonning en el 2012, considerado el Nobel de la música.
Sin embargo, para este maestro que imparte clases en la Esmuc, el mejor premio de todos sería asentar unas bases sólidas para asegurar el futuro tanto de jóvenes músicos como de prometedores artistas.
Para Savall, que ofrece 150 conciertos al año en los mejores auditorios del mundo y conoce al detalle las políticas culturales de otras latitudes, la situación en España es preocupante.
«Las artes siempre han tenido mecenas. Antes eran los reyes, los nobles, la burguesía.
Hoy se necesita la ayuda de las instituciones y también de quienes tengan gran poder económico y quieran apoyar el país a través de la cultura. Hasta finales del siglo XIX las grandes fortunas apoyaron el arte.
Lástima que hoy prefieran los paraísos fiscales», señaló hace una semana.
Sabe que mientras no exista una Ley de Mecenazgo, como reclamó en la carta enviada al ministro Wert el pasado octubre, prosperar será difícil.
Escrito por MARTA CERVERA / BARCELONA / Elperiodico.com
Qué jeta
Si eso ocurre en España en México menos
En Brasil es lo mismo
Totalmente. Es como si diera vergüenza disfrutar y conservar nuestro maravilloso legado musical
¿De que país habla?