La música ha servido para muchos fines. Uno de ellos ha sido y es, sin duda, el de transmitir un mensaje, así como de dotar a la vida de significado.

Hay algo espiritual en la música, algo que nos eleva más allá de lo terrenal y permite a todo ser humano alcanzar un estado de paz.

La música es el arte más puro, más sofisticado. Por tales razones la religión siempre se ha servido de ella para manifestarse y llegar a un mayor número de público.

Música y religión, una unión casi ancestral.

Ambas expresan, a su modo, la percepción que todo ser humano posee (o cree que posee) de la realidad.

La música nos dota de sentimientos y emociones.

En la cultura occidental, europea y cristiana siempre ha estado presente por ese poder hipnótico, esa faceta ‘quasi’ evangelizadora.

Repasando la historia de la música uno se percata de cómo a través de sonidos primeramente monódicos y de una fuerte presencia vocal se relataban pasajes bíblicos o se destacaban virtudes y valores cristianos gracias a las diversas composiciones que se realizaban para tal fin.

La música se tornó sagrada por su capacidad de conectar al individuo con Dios, de unirle con su esencia.

Compositores ilustres crearon auténticas obras maestras para liturgias o para rendirse ante lo divino.

La música ‘sacra’ fue y sigue siendo parte vital dentro del patrimonio musical universal. Sin este género difícil sería comprender a genios como Johann Sebastian Bach, Georg Friedich Haendel, Tomaso Albinoni o Johannes Brahms, por citar solo algunos ilustres.

la cita

Del 22 al 27 de julio se celebrará el XV Ciclo de Música Sacra que se celebra en el Desierto de las Palmas, ese rincón que alumbra cada día misteriosamente su vitalidad espiritual para hacer que este lugar sea algo más que un simple paraje natural, un sitio donde poder encontrarse uno consigo mismo.

Solo el Monasterio y lo que se representa y lo que en él se ha vivido y se vive, hace que este paraje sea distinto.

En el Desierto uno puede palpar los sentidos, notar la presencia de lo divino, escuchar ese silencio denso que, finalmente se convierte en una soledad sonora.

Los conciertos de música sacra del Desierto de las Palmas se iniciaron en 1999 como una actividad cultural que expresa la vitalidad de la comunidad religiosa del monasterio.

Poco a poco, lo que en un principio comenzó como algo modesto se ha erigido en una de las citas más emblemáticas del curso musical provincial, una convocatoria abierta a los profesionales de este arte mayor que cada año aumenta el nivel de exigencia y, por ende, ampliando su prestigio.

La Fundación Desierto de Las Palmas y la Asociación de Amigos del Monasterio, junto con el patrocinio del Ayuntamiento de Benicàssim y CulturArts, son los salvaguardas de este certamen que difunde, de algún modo, esa “espiritualidad carmelitana”.

En esta edición tan especial, la décimoquinta, los organizadores se han sumergido en su propia historia para alcanzar un grado mayor de intimidad y profundidad.

Bajo el título de ‘Hora de Laudes’ se pretende hacer un recorrido de la mano y bajo la guía de la palabra experta de Teresa de Jesús, una mujer que es, como ellos mismos afirman, “a la vez figura egregia, igualmente excepcional, tanto de la literatura española, como del elenco de los santos de la Iglesia.

Figura, por cierto, que lejos de desdibujarse y perder relieve con el paso del tiempo, lo va ganando como a acredita la edición de sus escritos”.

Así pues, este año el ciclo estará dedicado a la escritora y santa que el próximo año celebrará su quinto centenario.

el programa

Música Divina será el conjunto encargado de inaugurar este XV Ciclo el día 22, a las 20.00 horas. Rosanna y Gisela Morales Navarro (sopranos), Jaume Gimeno (arpa), Juan Antonio Ros (violoncello), Juan Carlos Mingarro (violín), Santiago Mollar (oboe) y Maribel y Marien Ribes (rapsodas) forman esta agrupación que han seleccionado para la ocasión algunas piezas que pudieran simbolizar las distintas etapas que se enmarcan entre el nacimiento y la muerte.

“Maestros de todas las artes han mantenido, en sus creaciones a través del tiempo, este mismo empeño: la transmisión intuitiva de aquello que podríamos llamar el sentido de la vida”, destacan.

Su programa, que prevé un emocionante recorrido, comprende obras de Gabriel Fauré, Pietro Mascagni, el vila-realense Rafael Beltrán, Joseph Pradas, Antonio Vivaldi, Camille Saint-Saëns, Andrew Lloyd Webber, Ariel Ramírez, Johann Sebastian Bach, Giovanni Batista Pergolesi, José Mª Cano y Riz Ortolani.

La segunda actuación prevista se celebrará el 23 de julio y tendrá como protagonistas al trompetista Vicent Campos y al organista Ignasi Jordà.

Ambos interpretarán el ‘Concierto para trompeta en Sib mayor’, de Albinoni; las ‘Gallardes de Primer To’, de Joan Baptista Cabanilles; el ‘Concierto para trompeta en Re mayor’, de Giuseppe Torelli; la ‘Sonata en Sib mayor’, de Henry Purcell; el ‘Preludio y Fuga en Do mayor’, de Bach y la ‘Suite en Re mayor’, de Haendel.

El 24, el tenor Diego Blázquez y el laudista Felipe Sánchez Mascuñano ofrecerán ‘La Virgen gótica’, que comprende las ‘Cantigas de Santa María’ (s. XII) y el ‘Llibre Vermell de Montserrat’ (s. XIV) –ambas dedicadas en su totalidad a la Virgen María–, además de parte de las obras del Códice de Las Huelgas.

Esas tres colecciones que España atesora son fundamentales para comprender el devenir musical de la Europa Medieval y muestran cómo al advocación mariana ha sido una fuente constante de inspiración para la creación de variadas y hermosísimas melodías que presentarán en forma de recital en el que el virtuosismo es parte esencial.

Completarán el programa con una obra de Dufay (el autor más famoso de principios del XV) y con un curioso romance de Fray Ambrosio Montesino con música de su coetáneo Juan del Enzina.

el colofón

Como consecuencia de diferentes experiencias musicales dentro del campo de la música antigua apareció este mismo año 2014 Falsis Fratribus, un grupo de criterio historicista formado por Xavi Boïls (corneta), David García (sacabuche alto y tenor), Manuel Quesada (sacabuche tenor), Xavi Banegas (sacabuche bajo) e Ignasi Jordà (órgano).

Bajo el lema ‘Nada te turbe, nada te espante’ acercarán la música de Cabezón, Guerrero, Da Palestrina, Bovicelli, Jusquin des Prez, Morales, H. Isaac, Susato, Gervaise, Th. Morley, Correa d’Arauxo y Cabanilles.

Su concierto será el día 26.

Para finalizar, el domingo, 27 de julio, L’Estança Harmònica ofrecerá un programa que abarca aproximadamente un siglo de música: la segunda mitad del siglo XVI y la primera del XVI –con obras de Dario Castello, Arcangelo Corelli, Haendel, Giovanni Antonio Pandolfi Mealli, Tarquinio Merula y Telemann–, aunque habrá una excepción notable: el estreno de una obra contemporánea que está escrita en el idioma musical (melódico, harmónico y rítmico) de la primera mitad del siglo XVI.

Es el ‘Salve Regina’ de Flavio Ferri-Benedetti, escrita expresamente para la formación.

Escrito por Sara Llopis

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