Si el XVI fue el siglo del laúd en Inglaterra, no pocos expertos definen en XVII como el siglo de la viola. Ya el capitán Tobias Hume en 1605 profetizaba en sus Musicall Humours que “Gambo Violl shall with ease yeelde full various and as devicefull Musicke as the Lute”. Es decir que la viola llegaría a ser tan versátil y fértil en sonido como el laúd. Parece ser que este vaticinio no le sentó muy bien al maestro laudista John Dowland, pero no he conseguido confirmar este particular.

Y de todos los tipos de viola que poblaron la época, destaca la denominada lira viola (en inglés lyra-viol o harp-viol), un instrumento más ligero que otros de la misma familia, que además admitía una afinación variable o scordatura. Constaba de un puente redondeado que facilitaba el interpretar acordes.

El músico e investigador Fernando Marín establece la probable ascendencia de este instrumento en la lira da braccio y la lira da gamba italianas.

La introducción de la lira viola en las Islas Británicas es atribuida al músico boloñés Alfonso Ferragoso, que además de ser amigo de William Byrd estuvo al servicio de la reina Isabel desde 1562, aunque posteriormente cayó en desgracia acusado de asesinato. Pero esa es otra historia que merecería un post aparte.

El caso es que abundaron en la época los libros de música para este instrumento, entre los que destacan First Part of Ayes (1605) y Captaine Hume’s Poeticall Musicke (1607), del citado capitán Hume, y First Book of Ayres (1610) y Second Book of Ayres (1612) de William Corkine.

También aparecen manuales para tocar la lira viola, siendo los más renombrados el de John Playford, Musick’s Recreation on the Lyra Viol (1652), el de Christopher Simpson, The Division-Violist (1659), y el de Benjamin Hely, The Compleat Violist (1699).

Diversas eran las formas que adquiría la música de viola: interpretándose como un instrumento en solitario, en conjunto con otra violas o instrumentos distintos,  o acompañando al canto, un formato muy de moda durante toda la primera mitad del siglo XVII.

Una particularidad de la música escrita para grupos de liras violas es la “relación igualitaria entre las partes”, como subraya John Cunningham en un artículo de Viola da Gamba Society Journal. Se refiere a que cada parte de los dúos o tríos suelen ser relativamente completos desde el punto de vista armónico y rítmico. De esta forma, música escrita para conjuntos de este instrumento pueden habernos llegado como solos.

El profesor Fernando Marín es uno de los más renombrados expertos españoles en este particular instrumento y en el vídeo siguiente interpreta Shall a smile de William Corkine junto a la soprano Nadine Balbeisi. La cuerda frotada de la viola combinada con la voz humana crea una textura sonora dulce y envolvente, a la vez entrañable y seductora.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *