No es uno de los modelos de viola da gamba más conocidos y tampoco parece que tuviese una difusión excesiva, por lo menos a juicio de los documentos sobre el tema que solamente sitúan su popularidad en la Inglaterra del siglo XVII.

Pero lo cierto es que la lira viola, o lyra-viol en anglosajón, es un instrumento que genera un gran número de referencias en los escritos sobre la música barroca británica.

Sobre la viola da gamba en las islas, solamente recordar que aunque era un cordófono utilizado ya en la corte de Enrique VIII a principios del siglo XVI, su popularidad no llega hasta el siglo siguiente en que comienza a sustituir al laúd como instrumento de acompañamiento a la voz – los conocidos y bellos ayres monódicos que devuelven el protagonismo a la poesía frente a la polifonía contrapuntística anterior-; algo que vaticina el militar violero Tobias Hume cuando afirma rotundo que la viola “shall with ease yeelde full various and as devicefull Musicke as the Lute”, es decir, que será capaz de hacer una música tan variada y conseguida como la que hace el laúd, que era el instrumento estrella del Renacimiento en toda Europa.

¿Cuál era la viola lira dentro de la gran familia de violas da gamba?

La lyra-viol o harp viol isabelina desciende, de acuerdo con la especialista Nathalie Dolmetsch, de un instrumento italiano de doce cuerdas y puente muy bajo llamado lira da gamba, utilizado para acompañar a la voz individual.

Y parece ser que fue el compositor Alfonso Ferrabosco el que trajo este cordófono a las Islas Británicas cuando llegó hacia 1560 para trabajar como músico cortesano.

 La lira viola era de menor tamaño que la bajo, que tiene entre 60 y 71 cm, y mayor que la tenor, cuya longitud está entre los 47,5 y los 53 cm, lo que a juicio de Dolmetsch la sitúa entre los 55,5 y los 60 cm.

Con un puente bastante plano que permite tocar acordes, a diferencia de las otras podía recibir distintas afinaciones, algo que se conoce como scordatura.

 Existe un gran repertorio inglés para lira viola donde destacan las obras First Part of Ayres (1605) y Poeticall Musicke (1607) del capitán Tobias Hume, y los dos libros de ayres de 1610 y 1612 de William Corkine.

También se escribieron más adelante para el instrumento el manual John Playford’s Musick’s Recreation on the Lyra Viol (1652), la obra de Christopher Simpson The Division-Violist (1659) y The Compleat Violist (1699) de Benjamin Hely.

También hay música para el instrumento escrita por músicos de la época como John Coprario, Simon Ives, John Jenkins, William Lawes y Christopher Simpson.

 Pero es sin duda el Manchester Lyra-Viol Manuscript la obra de referencia sobre el tema, aunque solamente sea porque es el más extenso compendio que ha llegado hasta nosotros.

Esta obra, también conocida como Manchester Gamba Book, data de 1660 y contiene 246 piezas para lira viola en solitario en tablatura con 22 afinaciones distintas.

Es un gran cajón de sastre, en cuanto al origen de los temas, que incluye obras originales, arreglos de baladas populares, arreglos de piezas para laúd, música popular, danzas y otras piezas.

 La mayoría de la música para lira viola de la época está escrita en la denominada tablatura francesa para laúd, que reproducía las seis cuerdas del instrumento indicando con letras en que traste debía ir el dedo en cada caso: a tocar la cuerda al aire, b el dedo en el primer traste, c en el segundo, d en el tercero…

 En el vídeo que sigue Fernando Marín y Nadine Balbeisi interpretan una pieza del segundo libro de ayres de William Corkine, un maravilloso proyecto discográfico que nos descubre todo el esplendor de la música para viola inglesa del diecisiete.

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