DANIEL QUIRÓS | Vela con mucha diligencia en el servicio de Dios y piensa de ordinario a qué viniste y por qué dejaste el mundo.

¿No fue, por ventura, con deseo de vivir para Dios y ser hombre espiritual?

Con estas líneas comienza Tomás de Kempis el vigesimoquinto capítulo de su “De Imitatione Christi”.

Unas palabras que antecedieron al pensamiento teresiano que inunda las calles abulenses y que se encuentró tan presente en el magnífico Festival Internacional de Música Abvlensis, que ha llegado a su octava edición con más fuerza que nunca.

Si el día anterior el convento de San Francisco, ahora auditorio municipal, homenajeó al maestro Tomás Luis de Victoria por el 408 aniversario de su fallecimiento, en esta ocasión la desconocida Iglesia de San Andrés -una joya del Románico, del siglo XII- celebraba con un programa intimista y espiritual el aniversario de la muerte de San Agustín de Hipona hace 1589 años.

Quizás fuese una suerte de coincidencia, o quizás no, pero el espectáculo vivido en este pequeño paraíso abulense será uno de los mejores recuerdos espirituales de los asistentes -nunca se sabe si algo así puede cambiar una vida a la manera agustiniana-.

Respecto a la parte musical, el contratenor valenciano José Hernández Pastor parece ser el primero de, esperemos, muchos cantantes que se atrevan a enfrentarse cara a cara con el público presentando un programa gregoriano “puro” tan arriesgado como éste.

Posiblemente nunca antes se haya ideado nada parecido en España y por ello el asombro entre los oyentes fue mayúsculo.

El inicio, con las luces apagadas, a excepción de una tenue iluminación del altar, marcaría el guion de lo que vendría después.

Primero se escuchó una voz que salía, cual Lázaro resucitado, de una puerta lateral y se perdía en la oscuridad hasta situarse a los pies del templo.

En tanto, un maravilloso “Voce mea” indicaba en un latín muy cuidado que la voz no temiera la ardua tarea que tenía que acometer.

A ello, le siguieron dos Introito en los modos I y VIII que llevaron al cantante hasta el ambón.

Allí, como si de una liturgia hispánica se tratase, los asistentes viajaron al pasado y se reencontraron con el verdadero lado espiritual que era necesario para degustar en su totalidad este espectáculo escénico -sencillo pero escénico-.

La “Lectio Isaiae Prophetae” bien hizo enjugar alguna lágrima entre el público, al igual que el “Videns Dominus” de la comunión, donde se recordó la muerte y resurrección de Lázaro desde el púlpito.

Sin duda, este programa, bien puede ser un símil de aquel momento, tan esperado después de siglos oculto para el oído humano por la condición divina y caprichosa del tiempo.

Todo continuó en ascenso hasta la bajada del Espíritu Santo en el “Laudes Festivae” y la Secuencia final en canto mixto, “Veni, Sancte Spiritus”, con la que terminó de edificar una arquitectura musical a la que nada tuvo que envidiar el templo abulense.

Los prolongados y efusivos aplausos –con propina incluida- fueron la mejor forma de pagar un trabajo tan encomiable del contratenor por dar vida al canto gregoriano más primigenio.

Esta idea no puede caer en saco roto y, sin duda, merece ser puesta en práctica en otros momentos como la Natividad o la Pasión.

Para finalizar, no se puede olvidar la compleja labor que hace el Festival Abvlensis por devolver el esplendor musical que esta ciudad amurallada tuvo hace siglos y que, como se está descubriendo, aún no ha olvidado.

Si escribió San Agustín que deseando todos la felicidad, muchos ignoran el modo de llegar a ella, Abvlensis ha encontrado el camino más directo para llegar a ella: la música que llevan año tras año a la eterna ciudad de Ávila.

CONCIERTO “EN ALAS DEL ESPÍRITU”. ABVLENSIS. 28 DE AGOSTO DE 2019

JOSÉ HERNÁNDEZ PASTOR, VOZ A CAPELA

Este cantante, musicólogo y director, cuenta en su haber los premios y distinciones más prestigiosos, como el Premio Nacional de Música 2004 junto a Al Ayre Español, el Diapasón D’Or 2008 junto a La Colombina, “E” de Excepcional de la revista Scherzo, Cinco estrellas de ABC…cuenta con más de 30 grabaciones para las casas más importantes, como EMI classics, Arcana, Alia Vox, junto a directores como Diego Fasolis, Joshua Rifkin, Fabio Bonizzoni, Jacques Ogg, Jordi Savall, López Banzo, Carles Magraner…su grupo, Cantoría Hispánica fue el más programado por el Centro Nacional de Difusión Musical del INAEM para celebrar el IV Centenario de Tomás Luis de Victoria.

Ha cantado en lugares de gran relevancia, como el Konzerthaus de Viena, Concertgebouw de Ámsterdam, Theatre des Champs Elysées de París, Teatro de las Bellas Artes de México D.F:, Festival Cervantino de México, Teatro Real de Madrid, Caixa Forum de Barcelona, Festival de Peñíscola, Quincena Donostiarra, Real Coliseo Carlos III de San Lorenzo de El Escorial, Teatro Arriaga de Bilbao, Festival Internacional de Música Antigua de Daroca, Festival Internacional del Camino de Santiago, Arte Sacro de Madrid, Auditorio de San Lorenzo de El Escorial, Auditorio de Cuenca, Museo Thyssen de Madrid, Festival de Música Antigua de Murcia, Museo Reina Sofía de Madrid, Festival Corpus de Música Antigua de Toledo, Temporada del Auditorio Nacional…últimamente actúa como director invitado en proyectos concretos con agrupaciones estables.

En su labor docente, ha sido invitado a impartir cursos de Técnica e Interpretación por la Universidad de Salamanca, Universidad Complutense, Universidad de Burgos, Universidad de Málaga, Universidad de Castellón, Universidad de Valencia, Curso de Música Antigua de Aracena (Huelva), Conservatorio Superior Manuel de Falla (Buenos Aires).

Entre sus proyectos presentes, propuestas tan diversas como En Alas del espíritu, con música gregoriana meditativa a voz sola, dirigir la obra Membra Jesu Nostri de Buxtehude en el Monasterio de las Huelgas (Burgos) o el rol principal en la ópera Ahna Refugjati, del maltés Mario Sammut, una superproducción que tuvo lugar en Malta 2018.

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