Compositor, organista, clavecinista y teórico francés nacido el 25 de septiembre de 1683 en Dijon (Francia) y fallecido el 12 de septiembre de 1764 en París.

Recibió sus primeras lecciones de música de su padre, que era organista profesional.

También pasó un corto periodo estudiando música en Italia y tocó el violín en una orquesta hasta que, en 1702, ocupó el puesto de maestro de música de la Catedral de Aviñón.

En 1706 publicó su Primer libro de piezas de clavecín.

Entre 1708 y 1714 fue organista de la catedral de Notre-Dâme de Dijon, en sustitución de su padre.

Después, entre 1715 y 1722, pasó a ejercer ese mismo trabajo en Clermont-Ferrand y lo compaginó con investigaciones teóricas sobre la armonía y otros aspectos musicales.

En 1722 decidió regresar a París, ciudad en la publicó su Tratado de armonía y su Segundo libro de piezas de clavecín, lo que le hizo adquirir una excelente reputación como teórico y pedagogo, pero aún no como compositor, a pesar de estar cerca de los cuarenta años.

En 1726 se casó con su talentosa alumna Marie-Luoise Mangeot y tuvo que esperar hasta 1730 para que el magnate Alexandre Le Riche de La Pouplinière le nombrara director musical de su orquesta y le presentara al escritor Voltaire, que colaboraría con Rameau en cuatro óperas como libretista.

En 1733, a instancias de la hija de La Pouplinière, que era alumna suya, logró estrenar su primera ópera, Hippòlyte et Arice.

El estreno fue tan exitoso como polémico, ya que cierto sector del público sólo aprobaba las óperas de J. B. Lully, que triunfaban por aquella época, y encontraban extravagantes las innovaciones armónicas de la música escénica de Rameau.

Éste se vio envuelto en la llamada «Querella de los Bufones» (Querelle des Bouffons), que dividía a los seguidores del estilo francés y a los del italiano y en la que fue blanco de los defensores de la música italiana y de la melodía sobre la armonía, entre los que se encontraba el filósofo y enciclopedista Jean Jacques Rousseau.

A partir de ese momento compuso óperas trágicas, líricas, ballets y óperas bufas al ritmo de dos o tres por año, entre las que destacan:

Castor et Pollux (1737),Dardanus (1739), Zoroastre (1749), Les Indes galantes (1735) y Les paladins(1760).

En 1745 fue nombrado compositor de la cámara real, lo que le llevó a estrenar ese mismo año su comedia-ballet La Princesse de Navarre, con libreto de Voltaire, en la boda del hijo de Luis XV con la infanta española María Teresa.

A partir de 1750 sólo escribió dos obras, debido a su creciente interés por la teoría.

Falleció en 1764 víctima de unas fiebres tifoideas.

Obra

Rameau cultivó diferentes géneros musicales, entre los que se halla la música para clave solo.

Publicó en vida tres colecciones para clavecín (1706, 1724 y 1728) y un conjunto de piezas para clave en concierto (Pièces de clavecin en concert).

Estas últimas están escritas para clave, un violín primero o flauta travesera y una viola o segundo violín y, por primera vez en una obra camerística de la época, el clave no se limita a ejecutar el acompañamiento o bajo continuo, sino que ejecuta pasajes solistas de verdadero virtuosismo.

En general, su música para clave es rica y variada en texturas y posee gran originalidad y libertad armónica.

También escribió gran cantidad de música para la escena en la que utilizó la plantilla orquestal de manera variada y poco escuchada hasta el momento.

Sus recitativos son expresivos y en las arias utiliza la forma importada de Italia llamada aria da capo.

Asimismo, Rameau escribió algunas obras sacras como sus colecciones de motetes, si bien en este último género su estilo es más convencional.

La originalidad de su música reside, sobre todo, en la transformación de los elementos heredados de sus predecesores (Lully, Collase, Destouchess y sobre todo Campra), a los que estudió detenidamente en sus años de aprendizaje.

Los fundamentos de su obra, expresados en sus obras teóricas, justificaban la práctica armónica con la expresión de una teoría coherente que tiene en cuenta tanto los principios sonoros, como los físicamente auditivos.

Como estudioso de la armonía profundizó en el estudio de las octavas y defendió, frente a la simplicidad que preconizaban Rousseau y los ilustrados, una armonía llena y expresiva, que en todas sus obras basó siempre en los bajos.

Con ellos consiguió trascender a la música «entretenida» típica del XVIII francés, para crear una obra más profunda.

4 comentarios en «Jean-Philippe Rameau: el gran maestro del barroco francés»

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *