Junto con Juan del Encina, Francisco de Peñalosa es una de las grandes figuras musicales de la era de los Reyes Católicos, en cuya corte ejerció de cantor y profesor de música.
De hecho, algunos autores le consideran el compositor más relevante de su época.
Paradójicamente, sabemos de su vida más bien retales sin un hilo cronológico claro, pero en cambio nos ha llegado su obra de forma bastante completa.
Tanto es así que se le considera uno de los músicos más prolíficos de su generación.
Han llegado hasta nosotros seis misas completas firmadas por él, una misa ferial, varias partes sueltas de misas, siete magníficats, tres lamentaciones, cinco himnos y veinticinco motetes. Y en la música secular nos ha legado canciones, villancicos y hasta una ensalada titulada Por las sierras de Madrid.
Lo significativo es que haya sobrevivido tanta obra suya teniendo en cuenta que toda procede de manuscritos, pues la edición musical no comienza en España hasta 1535.
Por otra parte, diez de sus composiciones engrosan el famoso Cancionero de Palacio, la recopilación de la música que se escuchaba en la corte de Isabel y Fernando.
Francisco de Peñalosa fue muy considerado profesionalmente en vida, como demuestra el hecho que se le nombrase profesor de música del Infante Fernando, nieto de los Reyes Católicos y nada menos que hermano del futuro emperador Carlos I.
Al morir su protector Fernando de Aragón en 1517, nuestro hombre pasa a formar parte de la Capilla Papal, el máximo honor al que podía aspirar un músico en su época.
Se convirtió en el cantor favorito de León X hasta algo antes del fallecimiento de éste en 1521.
Probablemente un año antes vuelve a Sevilla para volver a ocupar la canonjía en la catedral que antaño le otorgo el rey Fernando.
Toda su obra presenta un valor incalculable, pero sin duda destaca su sistematización de la música de misa, que antes que él se formaba como una suerte de rompecabezas compuesto de trozos sueltos.
La catedrática de Musicología de la Universidad de Berna, Cristina Urchueguía, lo expone de la siguiente manera:
“Partiendo prácticamente de cero, Peñalosa logra con sus seis misas ofrecer una suerte de panóptico de los estilos y técnicas que había inventado la generación de compositores franco-flamencos anterior a él.”
Y en efecto, su obra se reconoce deudora de las composiciones de maestros como Josquin des Prez, Jacob Obrecht y Johannes Ockeghem.
Muere Peñalosa en 1528 y es enterrado en una nave de la catedral hispalense, un privilegio reservado a bien pocos. Su fama queda patente por detalles como que, más de diez años más tarde en 1539, el escritor Cristobal de Villalón escribe sobre él:
“Muy poco há que murió aquel famoso varón don Francisco de Peñalosa, Maestro de capilla del cathólico Rey don Fernando, el qual en la Música en arte y boz escedió á Apolo su inuentor.”
Su música es maravillosa
Conozco su musica y doy fe que era maravillosa…….!
Sublime….. 🙂
(Y)