El Cancionero de Gandía (Barcelona, Biblioteca de Catalunya, M. 1166 / M. 1967), es un manuscrito musical del periodo renacentista, de mediados del siglo XVI, con obras polifónicas de carácter religioso, vinculadas a Valencia.

Se le relaciona con la riquísima biblioteca musical de la capilla del virrey de Valencia, Fernando de Aragón, duque de Calabria.
El manuscrito es de notables dimensiones (415 x 260 mm) y se encuentra bastante deteriorado.

Consta actualmente de 190 folios de papel, habiéndose perdido algunos de los folios originales.

El cancionero contiene más de 60 composiciones musicales religiosas.

Debido al deterioro que ha sufrido y a que está incompleto, algunas de sus obras son ilegibles.

Las obras se deben a diversos compositores vinculados a la corte valenciana de Fernando de Aragón, como Bartomeu Cárceres.

Entre los géneros musicales representados, encontramos salmos, villancicos, motetes, himnos y misas.

Algunas obras del «Cancionero de Gandía» (S. XVI) están relacionadas con el «Cancionero de Uppsala o del Duque de Calabria» (S. XVI), también de origen valenciano.

Por ejemplo, algunos villancicos profanos del Cancionero de Uppsala como «Soleta so jo ací» y «Falalalanlera» aparecen también en el Cancionero de Gandía, pero con el texto cambiado «a lo divino», convertidos en villancicos de Navidad: «Soleta y verge estich» y «Falalalanlera».

Escribe Carles Magraner («La recuperación del Cançoner de Gandía»): «El Cançoner de Gandia es una colección de más de sesenta composiciones musicales religiosas (Salmos, motetes, villancicos, himnos…) de diversos autores del siglo XVI vinculados a la corte valenciana del Duque de Calabria.

El manuscrito original, que se conserva en la actualidad en la Biblioteca de Catalunya, después de desaparecer de Gandia e ignorarse su paradero durante muchos años, está incompleto.

Por ese motivo y por el proceso de deterioro natural por el paso del tiempo, algunas de las obras son ilegibles y por lo tanto irrecuperables. A pesar de ello el original nos permite reconstruir la mayoría de la música allí compilada, muestra de la más rica polifonía del S.XVI valenciano.

Aún hoy en día es objeto de estudio e investigación musicológica la vinculación entre el manuscrito mencionado y la ciudad de Gandía.

Algunos musicólogos buscan en el Cançoner la relación entre las capillas musicales de Gandia y Valencia comparando el repertorio del Cançoner de Gandia con el del Cançoner del Duc de Calábria y sus autores, los más prestigiosos de la Corte de Fernando de Aragón (Cárceres, Joan Pérez, Cepeda, Pastrana…).

Algunas de las obras del Cançoner del Duc de Calábria se vuelven a lo divino en el Cançoner de Gandía conservando la misma música con distinto texto, ese es el caso de «Soleta i verge estich» y «Falalalán» que de villancicos profanos se convierten en villancicos de Navidad en la versión conservada antiguamente en la Colegiata de Candia.

Otros investigadores musicales opinan que el manuscrito es originario de la Corte valenciana del Duque de Calabria habiendo aparecido en Gandia después de muertos los Duques y después de haber pasado por diversas manos.

Todos ellos, sin embargo, lo vinculan a Gandia de una forma u otra y por eso no dudamos nosotros en nombrarlo Cançoner de Gandia, como todos lo conocen, deseando al mismo tiempo que todas estas recientes investigaciones abran nuevas posibilidades de profundización en la historia de la música valenciana del renacimiento.»

Veamos las dos versiones de «Falalalanlera»: la pieza 33 del «Cancionero de Uppsala» (villancico profano), y la 43 del «Cancionero de Gandía» (villancico navideño).

La música concuerda, y del texto sólo el estribillo permanece inalterado.

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Falalalán (Anónimo) – Cancionero de Upssala o del Duque de Calabria (S. XVI)


Intérprete: Joculatores Upsalienses.

LETRA:

Falalalanlera,
de la guarda riera.

Quando yo me vengo
de guardar ganado,
todos me lo dizen:
«Pedro el desposado».
¡A la hé!, si soy,
con la hija de nostramo,
qu’esta sortijuela
ella me la diera.
Falalalanlera,
de la guarda riera.

Alla rriba, rriba,
en Val de Roncales,
tengo yo mi esca
y mis pedernales,
y mi çurronçito
de ciervos cervales,
hago yo mi lumbre
siéntome doquiera.
Falalalanlera,
de la guarda riera.

Viene la quaresma,
yo no como nada,
ni como sardinas,
ni cosa salada,
de quanto yo quiero
no se haze nada,
migas con azeyte
házenme dentera.
Falalalanlera,
De la guarda riera

Escribe Margit Frenk (MUCHO VA DE PEDRO A PEDRO, «Poesía popular hispánica: 44 Estudios», 2006): «Comentaba el admirable Gonzalo Correas, en su «Vocabulario de refranes» (1627) «Algunos nombres los tiene recibidos y calificados el vulgo en buena o mala parte y significación […] Pedro, por taimado, bellaco y matrero; Juan, por bonazo, bobo y descuidado; Marina, por malina y ruin; Rodrigo, por el que es porfiado y duro negando […] y con tales cualidades andan en los refranes».

Quizá no fueran únicamente «algunos refranes»: quizá en los refranes, cantares y cuentos folclóricos los nombres propios de los personajes nunca sean casuales ni arbitrarios, que algo signifiquen siempre, aunque se trate de una significación genérica.

[La polisemia de los antropónimos]:

La mayoría de los nombres propios que adquieren significación en determinado ámbito cultural ‘no tienen un solo sentido’, sino varios.

En el refranero y cancionero popular españoles de los siglos XVI y XVII, los nombres más corrientes van cambiando de significación, o más bien, tienen varias a la vez, que pueden incluso contradecirse unas a otras.

Pedro es uno de los nombres más frecuentes en el refranero y cancionero antiguos, y las distintas modalidades que presenta el nombre -Pedro y Pero; Perico, Periquito, Periquillo, Perucho- no necesariamente significan los mismo […]

Es posible que cuando en el antiguo cancionero aparecía un «Pedro» rústico y casado, la asociación automática fuera «cornudo».

Si ello fuera así, cambiaría de pronto nuestra apreciación del cantar del Cancionero de Upssala que dice:

Cuando yo me vengo
de guardar ganado
todos me lo dicen:
«Pedro el desposado»

Y dentro de ese contexto deberíamos entender también por qué después dice el pastor que tiene su «zurroncito de ciervos cervales».

El caso es interesante porque muestra cómo operaban las connotaciones de ciertos nombres en ciertos contextos, sin necesidad de aclararlas explícitamente». – [Poesía Popular Hispánica]

Como vemos en este villancico, cuando Pedro regresa de la montaña de cuidar su ganado, era recibido por todos a la voz de «Pedro el desposado», en un toco chismoso y burlesco que el ‘buenazo’ de Pedro no parece captar (algo muy habitual, por cierto, cuando hablamos de infidelidades).

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FALALALANLERA – Bartomeu Cárceres (fl. 1546). («Cancionero de Gandía» – S. XVI).


Intérpretes: La Capella Reial de Catalunya – Director: Jordi Savall
(http://www.alia-vox.com/)

Imágenes: Pintura Renacentista Española (El Greco).

LETRA:

Falalalanlera,
de la guarda riera.

La natura humana
queda trihunfante,
pues esta mañana
nasció tal infante,
y la gran errada
atán lastimera,
será reparada
por nuestra partera.
Falalalanlera,
de la guarda riera.

Esta noche santa,
ya por la mañana,
parió la infanta,
hija de Sant’Ana,
sin corrompimiento
y queda entera,
según que yo siento,
Dios y hombre era.
Falalalanlera,
de la guarda riera.

Es aquel que quiso
vestir encarnado
y abrir paraíso,
qu’estava çerrado
por el gran peccado
de Adán, nuestro padre,
y Eva, nuestra madre,
que tan grave era.
Falalalanlera,
de la guarda riera.

En Belén Judea
dizen qu’es nascido;
de nuestra librea
viene revestido,
allí está metido,
entre animales,
con pobres pañales,
atán pobre era.
Falalalanlera,
de la guarda riera.

Los ángeles santos
con gran alegría,
cantan dulces cantos
de gran melodía,
con un’armonía
sones agudillos ,
flautas, caramillos,
allá en l’alta [e]sphera.
Falalalanlera,
de la guarda riera.

Roguemos, señores,
la Reyna de Gloria,
que tenga memoria
de los peccadores,
por cuyos errores
meresció ser madre,
con su Hijo y Padre
sea medianera.
Falalalanlera,
de la guarda riera.

Bartomeu Cárceres (S. XVI, ¿?), fue un compositor renacentista español, vinculado a la corte valenciana de Fernando de Aragón.

El único dato histórico que hace referencia al nombre de Bartomeu Cárceres, se encuentra en una carta de pago del salario de 1546, a los miembros de la capilla musical del Duque de Calabria.

Cárceres está ahí mencionado como «pautador de libros» (copista de música). Por lo demás, no sabemos casi nada de la vida de éste músico, aunque a juzgar por su producción, se puede considerar de origen valenciano y relacionado con la corte del Duque de Calabria en Valencia y del Duque de Gandía.

Su nombre aparece en diversas composiciones del Cançoner de Gandía («Cancionero de Gandía» – Barcelona, Biblioteca de Catalunya, M. 1166 / M. 1967), y antes de la Guerra Civil, se conservaban diversas composiciones suyas en la colegiata de Gandía.

Se le atribuyen además algunos villancicos anónimos del «Cancionero de Uppsala o del Duque de Calabria».

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FALALALANLERA – Bartomeu Cárceres (fl. 1546).

Intérprete: La Capella Reial de Catalunya – Director: Jordi Savall.
Imágenes: Concierto en el MIDEM (Cannes, 1991) – (Francia).
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Enlaces:

Cancionero de Gandía:

Cancionero de Uppsala o del Duque de Calabria

Rafael Mitjana: “Cincuenta y cuatro canciones españolas del S. XVI” (1909): (PDF)

Maricarmen Gómez Muntané: «Opera omnia – Bartomeu Cárceres» (1994)

Carles Magraner: «La recuperación del Cançoner de Gandía»

Artículo escrito por Camilo López García

2 comentarios en «FALALALANLERA (S. XVI): Un villancico a lo «humano» y a lo «divino»»

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