La biblioteca de la Abadía benedictina de Montserrat (Barcelona) guarda como primer volumen de su fondo manuscrito el codex que actualmente es conocido como Llibre Vermell. Este códice, que debe su título al color de sus cubiertas de terciopelo rojo, se copió alrededor de 1399, escrito en la suntuosa caligrafía gótica de finales del siglo XIV, y con bellas iniciales miniadas de gran interés artístico, es un ejemplar único de gran relevancia.

Su contenido es de amplia variedad, con una miscelánea de textos teológicos y devocionales destinados, originalmente, a los monjes y preveres seculares encargados de la cura pastoral de los peregrinos de Montserrat. El compendio, a pesar de la voluntad del compilador, constituye un libro singular tanto en sí mismo y por lo relativo a la expresión de la piedad popular, como por lo que atañe a su cualidad de testimonio y reflejo de la cultura de una época.

El propósito del compendio era entretener con cánticos y danzas a los peregrinos que llegaban a la Abadía, quienes se protegían en la iglesia durante la noche y en las plazas cercanas durante el día, según se explica en el folio 22:

Quia interdum peregrini quando vigilant in ecclesia Beate Marie de Monte Serrato volunt cantare et trepudiare, et etiam in platea de die, et ibi non debeant nisi honestas ac devotas cantilenas cantare, idcirco superior et inferius alique sunt scripte. Et de hoc uti debent honeste et parce, ne perturbent perseverantes in orationibus et devotis contemplationibus.

Era costumbre pasar las noches velando a Santa María, los peregrinos cantaban y bailaban mientras pasaban las horas. De aquí que fuera necesario encarrilar también las expresiones musicales piadosas y festivas con la creación de un repertorio de cantos populares adecuadas al lugar. Las canciones del Llibre Vermell toman la música popular, de los trobadores, sin dejar de ser poemas de alabanza a la Virgen María, de acuerdo con el ambiente que querían los monjes para su monasterio.

El cancionero montserratino de los folios 21v. al 27 es la parte más famosa del Llibre Vermell. LosGotx (gozos) que cantaban los escolanes, los primeros conocidos en catalán, estaban acompañados por instrumentos, respondiendo los peregrinos después de cada estrofa. Otros títulos son O Virgo Splendens y Stella splendens in monte, en latín; Imperaytriz de la ciutat joyosa, en occitán…etc. Todos ellos de autor desconocido. El cancionero termina con un canto sobre la muerte del que hablaremos más abajo, una miniatura muestra un cadaver en un sepulcro.

Al interés poético y musical se añade el de las danzas, que hacen de este códice un testimonio único de danza religiosa de la Europa de finales del siglo XIV.A pesar de que la colección fue copiada a finales del siglo XIV, la mayor parte de la música se cree que es anterior. Por ejemplo, el motete anteriormente citado Imperaytriz de la ciutat joyosa, posee un texto distinto para cada una de las dos voces, estilo que ya no se utilizaba cuando el manuscrito fue copiado.

Pero, como decíamos, es este canto sobre la muerte el que nos atrae con más atención, pues está en concordancia con el tema de las Danzas de la Muerte, desarrolladas sobre todo alrededor del siglo XIV en la literatura europea.

El tema de la muerte dominó la Baja Edad Media, y frente a ella no había resignación cristiana, sino terror ante la pérdida de los placeres terrenales. Presenta, por un lado, una intención religiosa: recordar que los goces del mundo son perecederos y que hay que estar preparado para morir cristianamente; por otro lado, una intención satírica al hacer que todos caigan muertos, con independencia de su edad o posición social, dado el poder igualatorio de la muerte.Lo más curioso de la Danza de la Muerte del Llibre Vermell es que está en relación directa con otra representación hallada algo más al sur en la geografía hispana, concretamente en el Convento de San Francisco de Morella (Castellón). Encontramos en su sala capitular unos frescos con un Contrafactum musicado con notación cuadrada gregoriana con la misma melodía montserratina, y la representación figurativa de esta Danza de la Muerte, en la que se hallamos personificados a cada unos de los estamentos sociales, cadaver incluido.

Son estos los dos únicos ejemplares que encontramos en la Península de esta particular Danza de la Muerte que comparte melodía.

En 2002 Capella de Ministrers reunió en un mismo disco las piezas del Llibre Vermell y el Contrafactum de Morella, manifestando así la íntima relación que ambas fuentes musicales tienen. En nuestra página web encontraréis los interesantísimos textos de la musicóloga que más ha investigado este tema: Maricarmen Gómez Muntané, así como una selección de videos de las primeras representaciones de Capella de Ministrers de este repertorio:

http://capelladeministrers.com/index.php/discografia/42-llibre-vermell-musica-en-la-cataluna-medieval.html

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