A pesar de lo reducido de su producción (pintaba una media de dos cuadros por año), Johannes Vermeer (1632-1675) dedicó especial atención a representar instrumentos musicales con un dominio magistral de la luz y las texturas.
También ayudante ocasional en la taberna que regentaba su madre en Delft (en el sur de Holanda) y tasador experto de arte para poder llegar a fin de mes y mantener a su numerosísima familia —tuvo 15 hijos— tal vez por deformación profesional pintaba los instrumentos destacando sus características artesanales, mostrando la pieza en su complejidad mecánica.
La atmósfera sin embargo era la propia del maestro que fue: con una asombrosa sensibilidad, el artista introducía en cada obra bañada por la luz, un fuerte elemento sensual: en sus varios retratos de mujeres jóvenes con instrumentos y en las escenas de corte, las delicadas manos de los intérpretes y la suavidad de las superficies convierten el casual encuentro con la música en un instante sublime.
La Galería Nacional de Londres dedica su exposición del verano al genio de la pintura flamenca y a sus coetáneos del Barroco con Vermeer and Music:
The Art of Love and Leisure (Vermeer y la música: el arte del amor y el ocio).
Recién inaugurada y en cartel hasta el 8 de septiembre, la muestra explora la significativa presencia de motivos musicales en la pintura de los Países Bajos en el siglo XVII con algunas de las mejores obras del periodo.
Virginales, cistros, violas da gamba…
En las refinadas pinturas flamencas del barroco, la presencia de un instrumento o un libro de partituras se asociaba al talento y a la sofisticación del retratado.
En las naturalezas muertas y las escenas cotidianas los entonces populares virginales, tiorbas, cistros y violas da gamba eran metáforas de armonía, símbolos de la fugacidad de los placeres de la música e incluso indicadores del nivel educativo y la posición social de quienes los rodeaban.
Los conciertos resucitan la música que sonaba en los años en que se pintaron las obras Junto a una selección de pinturas entre las que hay trabajos de artistas como Pieter de Hooch, Jan Molenaer, Jacob van Velsen y Gabriël Metsu el museo exhibe una selección de instrumentos y libros de partituras de la época.
Tres días a la semana, la exposición se convierte en concierto cuando la Academia de Música Antigua, de Cambridge, ofrece actuaciones que recrean los sonidos (algunos relegados al olvido) y las piezas más populares en los Países Bajos en los años que corresponden a los cuadros.
Escrito por HELENA CELDRÁN (20minutos.es)
Me encantaría verla. Vermeer es uno de mis pintores favoritos.