Llegamos hoy a una obra que no solo es curiosa sino también conocida del maestro.
Hay cantatas que verdaderamente lo son a pesar de que Bach compuso más de doscientas.
La de hoy se ha impuesto (de alguna forma) por encima de otra.
Y por méritos propios.
Se trata de la cantata titulada Christ lag in Todes Banden, BWV 4, que puede traducirse más o menos como «Cristo yacía amortajado» y que está considerada no solo como una de las obras para el domingo de Pascua más antiguas de Johann Sebastian Bach sino que probablemente se trate de la cantata más antigua por él compuesta.
Se trata de una cantata coral en su estilo más puro y que probablemente tome como modelo una del mismo nombre de Johann Pachelbel.
Bach usa un himno con el mismo título de 1524 de Martín Lutero y lo hace en forma de variaciones corales «per omnes versus», es decir, que usa cada estrofa del himno pero en cada uno haciendo distintas variaciones.
Fue compuesta para la Pascua en fecha temprana (entre 1707 y 1713) y su instrumentación es de lo más sobria, reforzando la sonoridad de las cuerdas (con dos violas) sin oboes ni flautas.
En ella se aprecia la ausencia del nuevo tipo de estilo de cantata que impuso Neumeister ni tampoco las distintas innovaciones del estilo napolitano, como arias da capo, recitativos, ritornelos, etc.
Curiosamente la liturgia luterana le da (o le daba) más importancia al Viernes Santo que al Domingo de Resurrrección (el día más importante para la liturgia católica) de ahí que se hayan conservado mayor cantidad de obras para aquel día (como las pasiones) frente a las de este.
Bach introdujo en 1725 alguns cambios en la orquestación de la cantata, con un coro de corneta y tres trombones tocando «colla parte» con el coro.
La instrumentación de la obra es, como se ha dicho, sobria: soprano, alto tenor, bajo, dos violines, dos violas y bajo continuo.
Las partes de esta cantata son:
1. Sinfonía: instrumentos
2. Christ lag in Todes Banden
3. Den Tod niemand zwingen kunnt
4. Jesus Christus, Gottes Sohn
5. Es war ein wunderlicher Krieg
6. Hier ist das rechte Osterlamm
7. So feiern wir das hohe Fest
8. Wir essen und leben wohl
La interpretación que te ofrezco es la de Emily Van Evera (soprano), Caroline Trevor (alto), Charles Daniels (tenor) y David Thomas (bajo), junto con los Taverner Consort & Players dirigidos por Andrew Parrott.
Escrito por Pepe Gallardo
hermoso
Toda ella es una obra maestra. Cuanto más la escuchas, más te gusta. Como cualquier composición de BACH
Estoy escuchándola con mucho gusto, es preciosa. Muchas gracias por poder acceder a este momento musical.
bellisima
Alguien que me pueda decir una innovacion de bach?
¡Hola Juliana! Espero que puedas leer mi tardío comentario.
De acuerdo a John Eliot Gardiner, la música de Bach, hecha en el «castillo del cielo», «nos da la voz de Dios, en forma humana». Bach es quien traza el camino, «mostrándonos como podemos vencer nuestras imperfecciones mediante las «perfecciones» de su música: hacer divinas las cosas humanas y humanas las cosas divinas». Esto solo, creo yo, sería suficiente para sostener la potente obra de Bach, aunque no seas una persona religiosa o creyente.
Musicalmente, Bach siguió un camino único que lo distingue entre otros compositores de su época (Handel, D. Scarlatti, Rameau o Telemann): se acopló a la reinvención del drama musical barroco sin seguir el camino de la ópera como los demás de su generación, encontró la manera de internalizar y dramatizar la situación del creyente, el espectador o de quien escucha. Bach trabajó y encontró el camino para liberar la potencia dramática de la música mucho más allá de lo que lograron sus pares. Un ejemplo. Bach, según Gardiner, siguió el pensamiento de Lutero quien entendía que los dones más potentes de la humanidad, las palabras y la música, se convierten en una fuerza invisible e indivisible: el texto apelando primariamente al intelecto, a la razón (pero también a las pasiones), mientras que la música se dirige primariamente a las pasiones (pero también a la razón). De hecho la cantata «Christ lag in Todes Banden» BWV 4, se basa en un himno de Lutero. Bach toma este himno, se aleja de la metodología imperante en su tiempo, y compone teniendo en cuenta sus propias e impresionantes dotes como ejecutante, crea patrones de sonido distintivos de su propio mundo musical y un modo de expresión musical que se apoya en una fuerte línea melódica. Es una respuesta imaginativa al texto de Lutero: Bach nos muestra que la música hace algo más que reflejar las palabras, puede atrapar nuestra atención y cautivarnos mediante metáforas que golpean como un rayo.
Todo estos comentarios se basan y en algunos casos copian frases de:
John Eliot Gardiner. 2013. «Bach: Music in the Castle of Heaven». New York: Alfred A. Knopf.
Es muy interesante lo que cita Gladys Villarroeal (respecto de la perspectiva de Gardiner) en relación al camino alternativo que toma Bach para generar el «drama» eludiendo lo recursos netamente operístcos.
Además de esto, me impresiona sobremanera la capacidad de Bach para adentrarse en esa constante tensión entre la vida y la muerte, des-cripta en los diversos estados emocionales en cada uno de los movimientos. Esa tensión me refleja a alguien que conoce la profundidad del dolor de la existencia…y sin embargo la compuso a la 22 años!
Soberbia obra maestra