Un sábado de este junio de 2014, ya a punto de acabar, tuvo lugar, dentro del Festival de Música antigua de Aranjuez, el tan ansiado Paseo Musical por el Jardín del Príncipe.

Fue Felipe II quien empezó a colonizar este jardín, a poblar de especies raras llegadas de los confines del mundo las 300 hectáreas que constituyen los jardines de Aranjuez y en particular el Jardín del Príncipe en el que nos encontramos paseando musicalmente.

La música vendrá después, en las tres paradas que haremos, pero entretanto, es Luis Atienza, el guía de árboles (hay 5 grupos de unas 40 personas por grupo, cada cual con su guía) quien ilustra lo que vemos.

Era una época en que los reyes tenían a su servicio a un arquitecto de jardines, un especialista en paisajes, considerados los jardines como una antesala del cielo y un refugio para el espíritu en la tierra, un microcosmos que, por ello, debía reunir y representar las características plurales del universo exterior.

El Estanque de los Chinescos, la Isla del ermitaño, ambos rincones donde nos detendremos para la música en directo, son nombres que ejemplifican la diversidad de entornos de este jardín, y La casita del Labrador, donde acabaremos con un tercer concierto, viene a corroborar la armonía que se pretendió dar a este conjunto donde nada se entregó al azar y todo era supervisado por el rey.

El programa musical lleva por título La ruta de las especias y ello da idea de las explicaciones que oiremos durante el paseo.

El aire todo huele a un dulzor casi comestible, menos mal que son las 5 de la tarde.

Los frutales cuelgan cargados de nísperos y albaricoques pero no se pueden tocar.

Si se pudiera, ahora mismo ya no habría nada.

O sea que Felipe II, en cuyos dominios no se ponía el sol, que andaba envuelto de contino en conflictos relacionales, reunía en torno a sí, o al menos éste era su empeño y su consuelo, a lo más excelso (Juan de Villanueva, El Greco, El Bosco) y vertía sus preocupaciones más queridas a través de cartas sobre este o aquel árbol predilecto, particularmente el pacano y el ahuehuete, ambos gigantes de este jardín.

En el Jardín pusieron su huella los Austrias que sucedieron a Felipe II y sus mujeres, aquí hacían teatro las que eran aficionadas a interpretar.

Después vendrían los Borbones e Isabel II impuso también sus gustos.

El grupo Tempus y su programa de música de las especias

El grupo Tempus está formado por Francisco Orozco, Álvaro Garrido y Alberto Barea y entre los tres, con la explicaciones del primero, ofrecieron un repertorio de un total de 14 piezas que van del XV al XVIII de autores mayoritariamente anónimos sacados de códices de palacio españoles y portugueses. Como ejemplo de los autores conocidos, el ya famoso Alonso de Mudarra y su Guárdame las vacas, el italiano Guillermo de Pesaro y su Ballo Francese y Juan Arañés con su chacona La vida bona.

Todo un repertorio alegre que celebra la vida y la memoria.

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