Almudena Herchiga Martín es especialista en música antigua e instrumentos de tecla. Licenciada en clavecín por el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid. Durante su trayectoria ha recibido consejos de maestros reconocidos internacionalmente y colabora con diversas formaciones de música antigua. Miembro fundador de la Asociación Cultural de Amigos del Clave de España. Ha sido profesora en conservatorios y escuelas de música donde también ha realizado responsabilidades de Dirección.
¿Qué te llevó a la música antigua? ¿Por qué elegiste especializarte en un instrumento del pasado como es el clavecín?
Desde mis inicios tuve la oportunidad de descubrir los diferentes instrumentos de tecla y realicé estudios de cada uno de ellos. Posteriormente, según avanzaba mi carrera, quería desarrollar mi criterio, tener reglas generales, mejorar mi toma de decisiones interpretativas y comencé a interesarme por la interpretación históricamente informada y terminé finalmente especializándome en clavecín.
En mi profundización en instrumentos de tecla tuve también influencia de intérpretes reconocidos como Jacques Ogg, Enrico Baiano, Sílvia Márquez, Alberto Martínez, Andrés Cea, Luigi Ferdinando Tagliavini, Sara Erro, David Largo, Bine Katrine Bryndorf, Jordán Fumado y Luc Beauséjour.
Todas estas experiencias tuvieron una gran repercusión en mi carrera como músico y en la actualidad recojo toda esa formación cuando tengo que tomar decisiones, diseñar un programa de concierto, investigar, impartir clase, etc.
Una de tus más recientes actuaciones ha tenido lugar en el Festival Internacional de Órgano y Música Barroca de Vicálvaro, en Madrid, interpretando música de Bach, Haendel, Telemann y Vivaldi. Cuéntanos sobre dicho programa ¿Qué tal resulta la experiencia de sacar la música de los teatros y auditorios para llevarla a las iglesias de los barrios o de los pueblos?
Como clavecinista colaboro con el grupo Exordium Musicae con el que hemos desarrollado un programa que reúne, entre otras obras, las nueve arias alemanas para soprano, instrumentos obligados y bajo continuo HWV 202-210 de Georg Frederic Haendel. En dicho programa colaboro con la soprano Julieta Viñas Arjona, el violinista barroco David Santacecilia, como traverso Antonio Campillo, de oboe barroco Valle González y a la viola da gamba Enrique Pastor.
Tocar en iglesias, en pueblos y diferentes entornos dota a la música de una variedad de experiencias y envuelve al sonido en un paisaje único. Desde mis inicios interpreté en diferentes espacios y creo que por ello cada concierto es único e irrepetible.
Cuéntanos cómo enfocas este 2022 que ahora comienza. ¿Tienes proyectos nuevos a la vista?
Si la situación de covid nos lo permite estaré en el Festival de Música Antigua de Lorqui, lugar de referencia en la Región de Murcia. Compartiré escenario con la soprano Mireia Latorre y Peter Krivda como violagambista. En este programa interpretaré algunas piezas como solista y el resto como continuista.
A lo largo y ancho de nuestra geografía se suceden los festivales dedicados exclusivamente a la música antigua ¿Crees que actualmente estamos viviendo en España una especie de boom en este campo? ¿Existe realmente un interés y un público que lo justifiquen?
Considero que una perspectiva histórica es siempre necesaria ya que interpretar con instrumentos de la época puede dotar a la música del impacto inicial y sentido de lo que el compositor escribió.
Si el público tiene la oferta a su disposición puede aprender muchísimo y conseguir así generar una cultura colectiva. En lugar de comparar si hay más festivales de música antigua habría que valorar si existe en general poca oferta cultural y cómo esto se podría mejorar. Creo que no hace falta un interés y público que lo justifiquen ya que precisamente dicho público no experimentado requiere de acudir a dichos eventos para tener mayor conocimiento.
Los músicos sabemos que las propias fuentes no son totalmente fiables y en algunos casos son contradictorias, por eso cada interpretación es una suma de decisiones que hace el músico. Es imprescindible que entendamos la interpretación como una riqueza y variedad del acontecimiento musical. Por todo ello, el número de conciertos debería crecer en todos los sentidos y modalidades para que valoremos la interpretación como se merece.
Eres una profesional polifacética, dado que, además de intérprete, impartes docencia y estás implicada en proyectos de investigación y difusión sobre el papel de la mujer en la música. ¿Cómo logras encajar entre sí todas esas líneas de trabajo?
En ocasiones la actividad profesional que realizo es complementaria entre sí y tiene relación en algún sentido. Por ejemplo, el curso pasado realicé unas Masterclass con los Conservatorios Profesionales de Música de Soria y Zamora sobre interpretación historicista e instrumentos de tecla por lo que la actividad reúne contenido de música antigua e interpretación con ser una actividad pedagógica.
Estas circunstancias han propiciado que pueda combinar diferentes líneas de trabajo. A la vez que investigo, realizo programas de concierto y después todo ello me sirve para mejorar mi calidad como docente, estar en un continuo desarrollo y ser un ejemplo para las futuras generaciones.
La mujer se ha visto históricamente menos valorada en el campo de la creación musical, de forma que, cuando pensamos en mujeres compositoras siempre nos vienen los mismos pocos nombres a la cabeza, Kassia, Hildegarda de Bingen, Barbara Strozzi, Francesca Caccini… ¿Crees posible que podamos recuperar la obra de muchas otras figuras femeninas hoy olvidadas? ¿Se trabaja en ese sentido?
Se han perdido muchas partituras de mujeres, pero creo que cada vez los intérpretes ampliamos nuestras investigaciones y su repertorio.
Gracias a la soprano Mireia Latorre, con la que comparto un programa de mujeres compositoras, estamos añadiendo repertorio de compositoras de música sacra ya que son creadoras que realizaron su composición musical en conventos religiosos como es el caso de Isabella Leonarda, Lucrezia Orsina y Chiara Margarita Cozzolani. El repertorio programado en conciertos de mujeres compositoras no suele incluir el repertorio religioso por lo que supone una singularidad interesante de nuestro programa.
El campo de la recuperación de músicas históricas está ahora mismo en pleno apogeo en nuestro país, pues numerosos intérpretes y estudiosos están incorporando en sus repertorios en directo o grabando piezas o nombres de compositores que habían caído en el olvido. ¿Cuál es tu experiencia en este sentido?
Rescatar repertorio e investigar nuevas fuentes es fundamental si queremos profundizar entre todos en nuestra área profesional. Existen muchos músicos que realizan sus estudios de postgrado y enfocan sus investigaciones en este camino. Es muy beneficioso que cada músico pueda aportar su conocimiento en pequeñas parcelas de las que sea más estudioso o experto ya que la música es una disciplina muy abundante en todos los sentidos.