La danza contemporánea, el teatro y la música barroca se dan la mano en un diálogo interdisciplinar que se adentra en la relación de seducción, de amor y de odio entre España y la Francia del Rey Sol: una coreografía que podrá disfrutarse los días 19, 20 y 21 de noviembre en la Sala Verde de los Teatros del Canal, en el marco del XXX Festival Internacional “Madrid en Danza”.

La compañía vuelve a proponer la disolución de las fronteras de la danza a través de su entrelazado con otras disciplinas, iniciativa ya explorada en trabajos anteriores como No Drama, Ignoto, Ojo, Libera Me! o Vaivén.

Los bailarines de Ruz unirán sus pasos a la música de un conjunto formado por una pléyade de grandes solistas expertos en interpretación barroca —Mariví Blasco (soprano), Enrike Solinís (laúd y guitarra barroca), Fahmi y Rami Alqhai, Johanna Rose y Rodney Prada (violas da gamba), Pedro Estevan (percusión) y Javier Núñez (clave)— para ofrecer la reposición madrileña de un espectáculo que fue estrenado, con gran éxito, en el último Festival Internacional de Música y Danza de Granada, con el que fue coproducido.

El espectáculo plantea la relación de fertilización mutua que se produce históricamente en el terreno de las artes y la cultura entre España y Francia, y particularmente en el Versalles de Luis XIV, lugar y momento fundamentales en la historia de la danza y de la influencia española en la sociedad francesa: tensiones diplomáticas, intereses y desencuentros hicieron que la moda española se instaurase en la Francia del Rey Sol.

Esta relación de seducción-rechazo, de adopción y transformación de las formas se materializó a través del las danzas venidas de América, asimiladas en España y adoptadas por la corte francesa, que nos sirven de inspiración para ofrecer un espectáculo en el que la danza contemporánea, el teatro y la música barroca se dan la mano: un apasionante experimento llevado a cabo por la Compañía Antonio Ruz en colaboración con el conjunto barroco Accademia del Piacere, dirigido por el violagambiasta Fahmi Alqhai.

EL MONTAJE

El montaje surge del deseo por llevar esa idea a la escena, así como de la fascinación de Antonio Ruz por la música barroca y la inquietud por apostar por el mestizaje de las artes que siempre ha caracterizado a Accademia del Piacere.

‘À L’ESPAGNOLE, fantasía escénica’ es, en palabras de Fahmi Alqhai, «un encuentro entre dos mundos, entre las músicas antiguas española y francesa, y también entre los músicos de antigua y la danza contemporánea«, integrados, dice Antonio Ruz, «a través de la voz y del movimiento».

Ruz destaca la relación directa con las culturas española y francesa y su interés por “una época crucial en la historia de la danza: el reinado de Luis XIV en la corte francesa, cuando el ballet y el arte coreográfico llegaron a su máximo apogeo.

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La curiosa presencia e imagen de España en la vida cultural francesa de la época nos ha dejado un repertorio dancístico-musical que sirve hoy de inspiración para abordar este proyecto desde la danza contemporánea y buscar otras formas de percepción”.

Trasladando al cuerpo los conceptos de seducción-rechazo entre ambos países, las fronteras, la copia o la apropiación de lo ajeno, “daremos como resultado una danza de una teatralidad abstracta.

Desde lo popular a lo cortesano, las coreografías, ya sea en forma de grupo o solo, se alejan de las danzas históricas sin evitar las referencias a este legado.

El empleo de la voz con pequeñas intervenciones, recitada, cantada a cappella o acompañada por instrumentos, se inspira en las famosas comédies-ballets de la época así como en los anteriores ballets de cour”, explica Antonio Ruz, coreógrafo y responsable de la puesta en escena del espectáculo.

Siguiendo la línea de investigación y creación colectiva con que la Compañía de Danza Antonio Ruz viene impregnando a todas sus producciones desde sus inicios y, sobre todo, teniendo en cuenta que estas músicas sientan las bases armónicas y rítmicas de lo que hoy conocemos como flamenco, este trabajo cuenta con la participación especial de los coreógrafos y bailaores Rafael Estévez y Valeriano Paños, asiduos colaboradores de Antonio Ruz, máximos exponentes de la danza española y el flamenco de vanguardia y defensores de la investigación y el estudio del género.

Accademia del Piacere

Accademia del Piacere es el grupo de referencia de la nueva generación de la música antigua española.

Centrado desde su origen en el estudio e interpretación de la música del Renacimiento y el Barroco, nuestro conjunto vocal e instrumental ofrece hoy día un amplio abanico de programas: desde la música virtuosa de la Italia de principios del siglo XVII hasta la músicas española y andaluza del Renacimiento y el Barroco, o su reciente incursión en el mundo del flamenco junto a Arcángel, premiada en la Bienal de Sevilla 2012.

El grupo que dirige Fahmi Alqhai combina la investigación musicológica y el rescate de música nunca interpretada con la gran capacidad técnica de sus componentes, tanto cantantes como instrumentistas y en su mayoría andaluces, que no en vano se cuentan entre los músicos más prestigiosos del panorama internacional de la música antigua.

Estos elementos, junto a la fuerte personalidad musical de sus fundadores, dotan al grupo de una inconfundible y poderosa identidad, como han coincidido siempre en destacar la crítica especializada y el público.

La Compañía Antonio Ruz

La Compañía Antonio Ruz, creada en 2009, está formada por bailarines y coreógrafos de una importante experiencia profesional y un alto nivel técnico e interpretativo que aportan, sin duda, calidad y originalidad al resultado final de las propuestas.

La compañía tiene como objetivo la investigación y la búsqueda en el campo del movimiento; huir de etiquetas, encontrar su propia identidad con la mezcla de lenguajes y colaborar con artistas de otras disciplinas como las artes plásticas y la música antiIgua y contemporánea para establecer un diálogo entre ellas.

El equipo participa de forma activa en cada aspecto del proceso creativo dando al trabajo un enfoque de 360 grados: desde la luz a la escenografía o la coreografía.

FICHA TÉCNICA

À L’ESPAGNOLE, fantasía escénica

ACCADEMIA DEL PIACERE
Fahmi Alqhai, viola da gamba y dirección musical
Mariví Blasco , soprano
Rodney Prada, Rami Alqhai, Johanna Rose, violas da gamba
Enrike Solinís, guitarra barroca
Javier Núñez, clave
Pedro Estevan, percusión

COMPAÑÍA ANTONIO RUZ
Antonio Ruz (director escénico y coreógrafo)

Melania Olcina, Carmen Fumero y Tamako Akiyama, bailarinas
Jordi Vilaseca, Manuel Martín e Indalecio Seura , bailarines

Rafael Estévez y Valeriano Paños, colaboración coreográfica
Daniela Presta, diseño de vestuario y atrezzo
Olga García, directora técnica e iluminadora
Pedro Aguilar, asistente teatral

Agradecimiento especial a Guadalupe Mera, profesora de Teoría e Historia de la Danza del Conservatorio Superior de Danza «María de Ávila» de Madrid

Una producción de Cía Antonio Ruz, Accademia del Piacere (director: Fahmi Alqhai) y Festival Internacional de Música y Danza de Granada, con la colaboración de:

Instituto de la Cultura y las Artes de Sevilla
Agencia Andaluza de Instituciones Culturales
Y el apoyo del Centro de Danza Canal, Madrid.

Programa musical

“Cessez mortels de soupirer”
Pierre Guédron (1570-1620)

“Frescos aires del prado”
Antoine Boësset (1586-1643)

Sarabanda
Danza del Hacha
Tono francés “Ay amor loco”
Luis de Briceño (fl.1610-1630)

Entrée Espagnole (L’Europe galante)
André Campra (1660-1744)

Premier Air pour les Espagnols
Deuxième Air pour les Espagnols
Marche
“Sé que me muero de amor” (Le Bourgeois gentilhomme)
Jean Baptiste Lully (1632-1687)

Sonade & Passacalle, L’Espagnole (Les Nations)
François Couperin (1668-1733)

Prelude (Livre III) & Sarabande à L’Espagnole (Livre II)
Couplets de Folies d’Espagne
Marin Marais (1656-1728)

Chaconne (Quatuor Parisien nº 12)
G.Ph. Telemann (1681-1767

NOTAS AL PROGRAMA: Danzas exóticas en la corte del Rey Sol

Descendiente de los Austrias y de reyes españoles, Luis XIV fue uno de los reyes más destacados de la historia de Francia, ejerciendo en su larguísimo reinado una enérgica protección a las artes cuyo máximo esplendor se reflejó en la corte de Versalles, que adoptó como propios los usos y modas culturales de España.

En este contexto, las danzas, hasta las más exóticas provenientes de las colonias de la Nueva España, fueron siendo asimiladas por el ceremonial de la corte en Versalles.

El caso más notorio fue el de la zarabanda, danza de compás ternario y movimientos obscenos y lúbricos, hasta tal punto que en el siglo XVI se fijó pena de azotes y galeras para quien se atreviera a bailarla. La domesticación de tan salvaje criatura, al ralentizar su tempo y suavizar sus acentos, la convirtió en la gran danza solemne del Barroco europeo, desde Lully a Bach.

Su compás y su característico acento en el segundo tiempo se mantuvieron en sus herederas, como la folía, forma de variaciones que también hizo fortuna y viajó desde Versalles a toda Europa.

Otras danzas —curiosamente casi todas en compás ternario— como la chacona o el pasacalle siguieron similar proceso: nadie reconocería esos bailes veloces y frívolos, de origen popular, en las graves series de variaciones que cerraban las imponentes tragédies lyriques versallescas.

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