Hermosa

Sirvan estas líneas como un modesto homenaje a esa persona que siempre va a estar a nuestro lado, que nos ha acompañado durante toda la vida y nos seguirá acompañando más allá de la vida; una persona que nos profesa un amor de verdad por y para siempre y que, además, nos envuelve en cariño, apoyo y protección.

Esa persona es una MADRE.

Quizás llevemos un tiempo pensando en escribir una carta para decir cuánto la queremos y cuánto agradecemos todo lo que ha hecho por nosotros.

Hoy es un buen día.

Muchas veces pensamos que eso lo dan por sentado, pero igualmente hay que decirlo y por supuesto demostrarlo, para que guarden siempre nuestras palabras y puedan acudir a ellas cuando lo necesiten.

Quizá no seamos capaces de expresar todo lo que queremos decir, pero tenemos que demostrarlas nuestra admiración por su valentía y por su fuerza para sacarnos adelante.

Las madres siempre están ahí, ayudándonos a dar nuestros primeros pasos, enseñándonos gran parte de todo lo que sabemos y animándonos a saber más; guiándonos cuando estamos confundidos y dándonos valor cuando estamos asustados; protegiéndonos de cualquier peligro y confiando en nuestras capacidades. Siempre!!!

No creamos que su trabajo como madre terminó en la infancia, porque cuando somos adultos seguimos necesitándolas y mucho, porque siempre son un referente para ayudarnos a ser mejores personas.

Su amor es incondicional, verdadero y su apoyo es constante, durante toda su vida y siempre necesitaremos que nos cuiden, que nos protejan y que nos guíen.

Muchas maravillas hay en el universo, pero la obra Maestra de todas ellas, es el corazón de una Madre.

Y no quisiera olvidarme de todos esos hijos modélicos que saben valorar día a día el tener a sus madres cerca, demostándolas un amor incondicional y devolviéndolas con creces todo lo que ellas les dieron.

Hijos ejemplares, de madres ejemplares.

MÚSICA ANTIGUA – Sancta mater istud agas

El maestro de hoy, es español, pero no es ni Victoria, ni Guerrero, ni Morales… ni siquiera Lobo.

Es otro de esos maestros que tienen muchísima calidad pero pasan silenciosamente.

Nuestra obra de hoy estuvo atribuída a otro de los grandes.

Te hablo de Francisco de Peñalosa (c1470-1528).

Fue un compositor renacentista nacido en Talavera de la Reina (Toledo).

A pesar de que muchas de sus obras se han perdido es el compositor español de su época del que han sobrevivido mayor cantidad de obras.

Antes de su nombramiento como maestro de música de la capilla real de Aragón no era muy conocido.

Fue nombrado maestro de capilla de la catedral de Sevilla, en la que terminó sus días, después de un paso por Roma.

Es posible que conociese a maestros famosos como Pierre de la Rue o Alexander Agricola cuando estos estuvieron en España.

De hecho (y no creo que este sea un dato debido al azar), tanto Peñalosa como De la Rue compusieron una misa basada en la canción de Juan de Urrede “Nunca fue pena mayor”.

Es uno de los compositores más destacables de su época y, debido a su establecimiento en Sevilla, pudo influir en el estilo compositivo que se iba labrando Cristóbal de Morales.

Hoy te traigo el motete Sancta mater istud agas.

Se trata de un fragmento extraído de la famosa secuencia atribuída a Jacopo da Todi (o Inocencio III) como es el Stabat Mater.