Fray Ambrosio Montesino, († 29 de enero de 1514) un clérigo, poeta y traductor español considerado popularmente como villanciquero de Isabel la Católica, que editó un cancionero, fundamentalmente de temas navideños.
Los artistas del tiempo de los Reyes Católicos sienten una intensa fascinación por lo popular.
La pintura, ya se trate de un libro de horas o de una tabla religiosa, se demora a menudo en la plasmación admirada de escenas cotidianas agrícolas o domésticas; unas veces se atisban a través de una ventana y otras saltan al primer plano celebrando la vida.
También poetas y músicos incorporan dentro de su arte refinado pequeñas joyas, a veces tan valiosas como breves, de un arte poético musical cuyo origen se remonta al propio nacimiento del idioma.
A las jarchas, a las cantigas de amigo…
Son muy especialmente los artistas vinculados a la orden franciscana, como fray Ambrosio Montesino (c.1444-1514), quienes más empeño ponen en recurrir a la sencilla eficacia de lo popular para expresar también los matices varios del sentimiento religioso.
Y por ello, como ocurre con los laude italianos y otras canciones de devoción de la Edad Media y el Renacimiento, no dudan en acudir a melodías famosas por su belleza o por haber servido de vehículo a poemas menos santos.
Respetando el metro y la rima del modelo, componen nuevas coplas y anotan: «cántanse al son de» y el nombre del romance o villancico original en cuestión.
No es sólo Fray Ambrosio, el conocido como «villanciquero de la Reina», quien pone su empeño en esta causa.
Se trata de una riquísima tradición de devoción no litúrgica, muy vinculada al universo femenino por cierto, que ha pasado algo desapercibida por no haberse plasmado en cancioneros musicales, pero que fue larga y abundante.
Es significativo el testimonio de fray Antonio de Valenzuela:
«…don Fernando y doña Isabel… mandaron a dos predicadores célebres de su capilla que compusieran romances y villancicos, en romance, de Christo y de su madre y de sus festividades y de los apóstoles.
Y otra cosa no se cantara en la Sala, como parece por el cancionero de Fray Ambrosio [Montesino] y fray Iñigo [de Mendoza], y otros célebres predicadores de aquel tiempo.»
Nuestro recital ofrece no sólo muestras de este repertorio piadoso salidas de la pluma del célebre optense, sino otras insertas en esa misma tradición.
Igualmente, extendemos el concepto de glosa al ámbito instrumental, alternando los pasajes vocales con otros tañidos por los instrumentos que conformaban el paisaje sonoro de la época.
CINCO SIGLOS
Delia Agúndez, soprano
Antonio Torralba, flauta
Gabriel Arellano, vihuela de arco
Miguel Hidalgo, vihuela y guitarra renacentista
José Ignacio Fernández, bandurria renacentista
Daniel Sáez, rabel bajo
Antonio Sáez, percusión
[Avance del programa]
Propiñán de Melyor
Anónimo
Aquella estrella del norte
Estas coplas del exalçamiento & dignidad de Nuestra Señora hizo fray Ambrosio Montesino por mandado de la muy magnifica señora doña Teresa de Toledo, Condessa de Osorno, cántanse al son de «Aquel pastorcico madre».
Nuevas te traigo Baptista
Fray Ambrosio Montesino hizo esta coplas del descabeçamiento de Sant Juan Baptista. Cántanse al son que dice «Nuevas te traigo, carillo» [de Juan del Encina].
Por mayo era por mayo
Anónimo
O coluna de Pilato
Fray Ambrosio hizo estas coplas de lamentación sobrel estar el Rey del cielo solo atado y açotado en la columna. Cántanse al son que dicen «O Castillo de Montánchez»
Allá se me ponga el sol do está el Redentor
CINCO SIGLOS al son de «Allá se me ponga el sol»
Qu’es de ti desconsolado
Juan del Encina
Pase el agoa
Glosas instrumentales sobre un Anónimo
Tres Marías m’enamoran en Bethlén
Pedro de Orellana, al son de «Tres morillas m’enamoran en Jaén»
Importante. Nunca fue confesor de los Reyes.