Una de las palabras y música que suenan esta Cuaresma y próxima Semana Santa es la del título de este post.
La música que te traigo hoy es de un debutante aquí.
¿Te has fijado en la cantidad de música que nos queda todavía por descubrir? El maestro de hoy, si no lo conoces, espero que te sorprenda para bien; su música merece mucho la pena.
Se trata de Philippe de Monte (1521-1603), maestro flamenco nacido en Malinas.
De Monte fue el más importante representante de la escuela flamenca de finales del Renacimiento y todo un experto en la composición de madrigales.
Es posible que recibiese su primera formación en Malinas.
Estuvo en Inglaterra en la capilla de Felipe II cuando fue a casarse con María Tudor; se supone que De Monte dejó la capilla porque era el único integrante no español de la misma.
Fue maestro de capilla del emperador Maximiliano II.
Pasó el final de sus días al servicio de la catedral de Cambrai.
Hoy te traigo su Miserere mei Deus que fue publicado en el Quinto Libro de Motetes de 1579.
Es de destacar el comienzo de la obra en el que De Monte crea un clima en suspensión y con una polifonía que refuerza el mensaje penitencial del texto.
La intensidad es uno de los elementos fundamentales de la obra de De Monte.
A propósito de ella Pietro Cerone dijo que al maestro le gustaban «las dulces y agradables progresiones cromáticas».
Prueba de ello es este Miserere de hoy, en el que texto y música se funden en una obra magistral.
Escrito por Pepe Gallardo (Aeterna Christi Munera)