El próximo 20 de marzo se inaugura el primer ciclo «De lugares e órganos. Músicas e outras paisaxes de Compostela», organizado por el Concello de Santiago de Compostela.
Esta nueva iniciativa cultural tiene como objetivo hacer visible el notable patrimonio organístico de la ciudad a través de múltiples actividades: talleres de organería para niños, danza, conversaciones con los músicos, exposiciones de instrumentos y una ruta guiada por los órganos de la ciudad, además de los conciertos de Vox Stellae, Ony Wytars, Martina Shobergsberger y el dúo formado por Marco Brescia y Rosana Orsini.
El concierto de inauguración, a cargo del coro de cámara Vox Stellae, dirigido por Luís Martínez, estará dedicado a la controvertida figura de María Magdalena.
La cita será a las 20:30 horas en la Iglesia de San Paio de Antealtares y contará con la participación del organista Joaquín Barreira al teclado del magnífico órgano barroco de la iglesia benedictina.
El mito de la Magdalena se ha ido configurando a lo largo del tiempo gracias a tres elementos fundamentales: sexualidad, pecado y redención. Cada época ha creado su propia Magdalena en función de sus necesidades pero, lejos de caer en el olvido, se mantiene el interés y siguen las especulaciones sobre su figura.
El programa escogido pretende ilustrar musicalmente las etapas de la vida de La Magdalena, desde las primeras informaciones bíblicas de la pecadora que unge los pies de Cristo hasta las leyendas que cuentan su huida Egipto en estado de buena esperanza fruto de su relación con Jesús, para recalar en el Sur de Francia, donde se dice que terminó su vida como eremita penitente, en el año 63, en la cueva de Sainte Baume.
Se abre y cierra el concierto con sendos himnos interpretados en alternancia de canto llano y canto de órgano. El primero, Mundi Secuta Lubrica (G. Fabricius), procedente de un salterio luterano del s. XVI, pero de raíces católicas. El último, Lauda Mater Ecclesia, con polifonía de F. Guerrero, compuesto sobre un atractivo cantus firmus en ritmo ternario.
Una curiosa muestra de la controversia generada por la figura de La Magdalena es la supresión, después del Concilio de Trento, de un verso de la secuencia Victimae Paschali Laudes, concretamente el que dice: Credendum est magis soli, Mariae veraci. Quam Judaeorum Turbae fallaci (Es mejor creer a María, que cuenta la verdad, que a la multitud de los judíos, que proclaman la mentira). Se interpretará la secuencia en la versión preconciliar del Monasterio de las Huelgas, precedida de la pieza para órgano Dic nobis María (A. de Cabezón).
Se completa el programa con composiciones de maestros de diferentes escuelas compositivas del s. XVI: Mouton, Attaignant, Morales, Guerrero, A. Gabrieli y Baglioni.
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