Cuando se habla de Siglo de Oro en Sevilla a la mayoría se le viene a la memoria los cuadros de Velázquez y Murillo.
Sin embargo, Sevilla, antes del Barroco, vivió durante el Renacimiento su Siglo de Oro musical, con compositores como Francisco Guerrero y Cristóbal de Morales, que trascendieron las fronteras de la España de su tiempo.
Su obra comenzó a recuperarse desde los años 70, fruto del movimiento historicista que en Europa volvió a interpretar a Bach y Monteverdi con instrumentos de época y a partir de estudios musicológicos, que desde entonces han reverdecido las composiciones anteriores al clasicismo.
Sevilla no ha sido ajena a esta corriente desde la creación en 1979 del Taller de Música Antigua de la mano de Rodrigo de Zayas, fundador de la Muestra de Música Antigua en 1983, germen del Festival de Música Antigua de Sevilla (Femàs) y donde ya estaba vinculado quien sería su director durante veintidós años, Juan Víctor Rodríguez Yagüe, ahora al frente del Lope de Vega.
La labor de estos pioneros, tanto en la interpretación, como en la creación de un público que apenas existía en los años 80, se ha ido incrementando con los años con nuevos intérpretes, formaciones y gestores, y donde el desarrollo del festival ha sido fundamental para consolidar esta escena.
El Femàs, cuya XXXIV edición arranca el viernes, es hoy día un certamen de referencia —la Asociación de Grupos Españoles de Música Antigua lo consideró el mejor en 2016— y tiene una ocupación por encima del 80%.
El dato da una idea del público que tiene la música antigua en Sevilla, pero también el hecho de que la Orquesta Barroca de Sevilla (OBS) tenga una temporada de abono. «Sevilla ha tenido una buena programación de música antigua desde hace tiempo.
El Femàs es la clave, porque ha permitido al público y a los músicos de la ciudad un contacto permanente con esta oferta musical», explica el coordinador y fundador de la OBS, Ventura Rico.
Público y tejido profesional
Junto al Femàs, destaca su director, Fahmi Alqhai, hubo otras iniciativas que «generaron público y tejido profesional que es bastante importante, como el ciclo de la Caja San Fernando o el circuito andaluz de música.
Y, evidentemente, la Orquesta Barroca generaba afición».
La OBS, Premio Nacional de Música en 2011, también sirve como termómetro del nivel de las formaciones y solistas sevillanos que se dedican a la interpretación historicista, equiparable al de las agrupaciones europeas.
Entre ellas se cuenta la Accademia del Piacere, con giras internacionales, que dirige el violagambista y director del Femàs.
«Público y tejido profesional se retroalimentan.
Cuanto más crece el público más crece el tejido profesional», explica Fahmi Alqhai.
Pero hay más agrupaciones, desde Artefactum a Vandalia, pasando por Armoniosi Concerti, por solo citar tres ejemplos.
Ese crecimiento ha sido progresivo y sostenido, y en el que el apoyo de las administraciones públicas no siempre ha sido suficiente, especialmente desde la llegada de la crisis.
Treinta y cuatro años atrás solo había un festival de música antigua en España, el de La Caixa en Barcelona, señala el director del Lope.
«No había público y ese fue el reto: hacer un ciclo que fuera atractivo con unos presupuestos que no eran boyantes.
Comenzó en lugares históricos, como el Real Alcázar e iglesias, buscando la acústica apropiada», explica Rodríguez Yagüe, quien tras la Expo trasladó el festival al Lope, adaptando la programación a las características de un teatro a la italiana.
«Para mí lo importante era traer grandes nombres, para que acudiera el público e ir aumentando el presupuesto.
Por el festival han pasado Harnoncourt, John Eliot Gardiner, Jordi Saball, Trevor Pinnock…», señala respecto a una programación que «creó afición a jóvenes músicos y alumnos del conservatorio que descubrieron esos instrumentos antiguos.
Cuando llegó la Expo el público se había creado».
El conservatorio de Sevilla también fue clave a finales de los 90 y primera década de este siglo en la formación de intérpretes.
«Muchos de los que fueron a conciertos comenzaron a querer tocar esos instrumentos.
Alonso Salas arrancó con el departamento de música antigua y allí estaban Ventura Rico (viola da gamba), Guillermo Peñalver (flauta), Juan Carlos Rivera (laúd)…
Después de eso había cantidad de sevillanos en los conservatorios de Europa.
El núcleo duro de la Accademia del Piaccere es producto de esa generación», señala Fahmi Alqhai.
«Fue pionero en clave, laúd, flauta de pico, viola da gamba…
Era una referencia en España.
De allí salieron Fahmi Alqhai, Sara Ruiz, Kalia Álvarez, Alfredo Barrales, Arquímedes Arta…
Pero después nos ha desbordado la Esmuc de Barcelona, que ha creado un departamento impresionante.
Aquí hubo una falta de convencimiento del valor de lo que se tenía.
Además, los conservatorios de Cataluña y el País Vasco son fundaciones y tienen unas contrataciones de profesorado más flexibles, que permite tener a grandes intérpretes», se lamenta Ventura Rico.
Este músico fundó, junto a Barry Sargent, la OBS en 1995, pero sería a comienzos de este siglo cuando se «profesionalizaron.
Fue cuando comenzamos a trabajar con la Caja San Fernando.
Entonces había colas en Santa Marina para asistir al “Réquiem” de Mozart».
Con la desaparición de las cajas, la orquesta inició una nueva etapa, con temporada de abono desde 2012-2013.
La OBS, de iniciativa privada, presenta esta temporada doce conciertos, gracias a aportaciones públicas de 77.250 euros este año, donde es fundamental el Ayuntamiento, que debe concretar su apoyo político para la próxima, según Ventura Rico.
«Nuestra calidad es homologable a cualquier orquesta europea.Ningún grupo de música antigua en España ha tenido este plantel de directores y solistas».
Uno de los alumnos de Ventura Rico es Fahmi Alqhai, uno de los grandes violagambistas españoles.
«La Accademia del Piacere irá el año que viene de Japón a EE. UU., pasando Europa», explica.
Sobre el Femàs destaca el crecimiento de los últimos años a partir de las «ideas renovadoras» que le imprimió como director Manuel Ferrand, quien lo «abrió más» a la ciudad y a los músicos sevillanos.
«Ahora es una referencia absoluta en toda España».
El reto de los es convertirlo en «una referencia a nivel europeo, lo que no es un problema de presupuesto, sino de funcionamiento, que cuente con un equipo estable».
Entre las ideas de futuro, está aumentar la colaboración con el Teatro de la Maestranza, «lo que será uno de los pasos importantes de la próxima temporada».
Festival y músicos muestran la vitalidad de la música antigua en Sevilla, esencial no solo para la interpretación de los grandes compositores barrocos europeos, sino para recuperar el rico patrimonio musical de la ciudad.
JESÚS MORILLO – abcdesevilla Sevilla
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