Escuchar músicas de Oriente y Occidente reunidas con sutileza por Jordi Savall no es una experiencia común.
Porque a la emoción estética se añade un sentimiento más intenso aún, el de comulgar, como por ensalmo, con una humanidad reconciliada.
¿Acaso no perdió esta una parte de su alma en la segunda mitad del siglo XV, con la muerte simultánea de Sefarad y Al Andalus, cuarenta años después de la caída de Bizancio?
Se destruyeron entre Oriente y Occidente unas pasarelas mentales y espirituales que desde entonces no han vuelto a repararse.
El Mediterráneo dejó de ser un mar nutricio situado en el centro de nuestro universo cultural, para convertirse únicamente en un campo de batalla y una barrera.
Jordi Savall es uno de los grandes nombres que siempre ha estado asociado al Festival Internacional En el Camino de Santiago y hoy por la noche regresa (iglesia de Canfranc-Estación, 21.00 horas, en directo por streaming en el canal de Youtube de la DPH) dirigiendo a Hespèrion XXI para ofrecer un concierto con el programa titulado Oriente-Occidente: Diálogo de las almas.
Savall es una de las personalidades musicales más polivalentes de su generación.
Sus actividades como concertista, pedagogo, investigador y creador de nuevos proyectos, tanto musicales como culturales, lo sitúan entre los principales artífices del fenómeno de revalorización de la música histórica.
Es fundador, junto con Montserrat Figueras, de los grupos musicales Hespèrion XXI (1974), La Capella Reial de Catalunya (1987) y Le Concert des Nations (1989), con los cuales explora y crea un universo de emociones y belleza que proyecta al mundo.
A lo largo de su carrera ha grabado y editado más de 230 discos de repertorios de música medieval, renacentista, barroca y del clasicismo con especial atención al patrimonio musical hispánico y mediterráneo.
Su fecunda carrera musical ha recibido las más altas distinciones nacionales e internacionales.
¿Cómo ha vivido estos meses tan extraños?
Encerrado en casa, estudiando, leyendo y haciendo ejercicio.
A nivel personal, estoy más sano que nunca porque he hecho una vida muy tranquila, sin tomar ningún avión.
¿Y a nivel profesional?
Ha sido un desastre.
2020 está siendo un año perdido.
Prácticamente el 85% de los conciertos se han anulado.
Yo vivo de los conciertos que hago, además de una modesta pensión de cuando era profesor en Basilea.
Tenemos una fundación en la que hay 17 personas trabajando.
Hay muchos gastos que hay que pagar cada mes y estamos creando un déficit muy importante.
Para todos los grupos independientes está siendo dramático.
Hay una gran diferencia respecto a las orquestas que están patrocinadas por los estados o por las ciudades.
¿Le inquieta el futuro a corto y medio plazo?
La situación es muy grave y nos estamos moviendo para tratar de arreglarlo.
Los grupos de música antigua hemos pedido una reunión con el Ministerio de Cultura.
Tenemos que buscar una solución que creo que pasa por la creación de un estatuto del músico independiente.
No puede ser que los músicos que están en una orquesta sinfónica tengan la vida resuelta y que los demás, que investigamos y creamos, estemos dejados de la mano de Dios.
En España hay 27 orquestas sinfónicas de cierto nivel.
¿Cuántos grandes compositores tenemos en España de la época del sinfonismo?
Las ciudades y el Estado pagan millones a esas sinfónicas que muchas veces tienen que contratar a músicos extranjeros para completar la formación.
Tenemos 1.000 años de patrimonio musical español que va desde las ‘Cantigas’ de Alfonso X El Sabio, los códices medievales y el Barroco hasta 1800, que no tienen el menor apoyo.
Es muy injusto.
El pasado 12 de julio volvió a tocar tras cuatro meses de parón en la catedral de Burgos. ¿Cómo fue el reencuentro?
Fue un gran placer, tanto por el espacio, que es una catedral maravillosa, como por el gusto de volver a tocar en público.
Teníamos tantas ganas de estar juntos y de tocar…
¿Imaginaba cuando comenzaba a reivindicar la música antigua hace varias décadas que hoy existirían festivales tan asentados como el Camino de Santiago en el que hoy participa?
Nunca pude imaginarme que esto llegaría tan lejos.
Nací en unos años muy difíciles, en 1941.
Mi padre era soldado republicano, refugiado en Cataluña procedente de Valencia.
Era considerado rojo por los franquistas.
Mi infancia fue dura y no alcancé a soñar que, primero con el violonchelo y después con la viola de gamba, cumpliría tantas metas y sentiría tanto respeto de la gente.
A los seis años, su primer profesor fue Joan Just. ¿Fue el responsable de inocularle la pasión por la música?
Fue muy importante en mi vida y en mi vocación.
Era una persona culta, compositor y director de orquesta que, tras la Guerra Civil, tuvo que quedarse en mi Igualada natal como director del coro de niños.
Me transmitió el cariño por la música y me hizo descubrir composiciones antiguas.
Me hizo entender lo importante que es sentir la música en tu alma.
Me educó y me guió para tomar un camino justo.
Comparece esta noche en la iglesia de Canfranc Estación con Hesperion XXI, uno de sus proyectos más longevos.
Vamos a Canfranc con un programa muy bonito, que ya presenté en 2006 con músicos occidentales y orientales.
Lo titulo ‘Diálogo de las almas’ porque presenta músicas de todas culturas: desde bizantinas a sefardíes, pasando por armenias, afganas, árabes…
Es un diálogo que hoy necesitamos más que nunca.
Debemos entender que tenemos muchas más cosas en común que las que nos separan.
Así podremos encontrar una vida en Europa y en el mundo en la que sea posible vivir en paz con personas de diferentes creencias.
A su faceta musical, se una la humanista y solidaria de la que ha hecho gala a lo largo de su carrera. ¿Es importante dotar al hecho artístico de un mensaje que trascienda?
Absolutamente.
Siempre lo he tenido muy presente.
Ya el primer álbum doble de Hesperion tenía en el primer disco las canciones cristianas de Isabel y Fernando y en el otro las músicas de la diáspora sefardí.
Tomé muy pronto conciencia de que la sociedad en la que vivimos es el resultado de muchos años de historia, de injusticias, de errores, de luchas… pero también de convivencia.
La música es lo que nos permite entender la parte más expresiva de la historia.
Cuando escuchamos una canción sefardí, estamos sintiendo lo que sentían aquellas personas.
La música es un puente de culturas, pero también entre nuestra alma y el mundo que vivimos.
¿Se siente impotente de que este mensaje conciliador no cale en nuestra sociedad?
Estos mensajes llegan a las personas, pero desafortunadamente no los reciben los que mandan y los que hacen los negocios.
Estamos en un mundo en que tenemos que diferenciar la vida cotidiana de la gente que lucha por sobrevivir con la vida de la gente que busca tener más poder y ganar más dinero.
Es un mundo en que hay dos planos totalmente opuestos: la sociedad que busca educar a sus hijos y trabajar para tratar de ser feliz; y una parte más pequeña que controla el mundo económico e incluso los políticos dependen de ellos.
Por eso el mundo va como va.
No vivimos en un mundo equilibrado.
Se nos ha escapado de las manos.
Hasta que no encontremos la forma de poner orden, iremos sufriendo.
No creo que los seres humanos aguanten demasiados años tanto conflicto y tanto sufrimiento.
Habrá un momento en que la gente dirá basta y habrá una revolución.
Entrevista realizada por J. F. LOSILLA para heraldo.es
HESPÈRION XXI
En 1974, Jordi Savall y Montserrat Figueras, junto con Lorenzo Alpert y Hopkinson Smith fundaron en Basilea el grupo Hespèrion XX, un conjunto de música antigua que pretendía recuperar y difundir el rico y fascinante repertorio musical anterior al siglo XIX a partir de nuevas premisas: los criterios históricos y los instrumentos originales.
Su nombre, Hespèrion, significa «originario de Hesperia», que en griego antiguo era la denominación de las dos penínsulas más occidentales de Europa: la ibérica y la italiana.
También era el nombre que recibía el planeta Venus cuando aparecía por Occidente.
Hespèrion XX, a partir del año 2000, cambia la denominación a Hespèrion XXI.
Hespèrion XXI es hoy día una referencia ineludible para comprender la evolución de la música en el periodo comprendido entre la Edad Media y el Barroco.
Su labor de recuperación de obras, partituras, instrumentos y documentos inéditos tiene un doble valor incalculable: por un lado el riguroso trabajo de investigación aporta nuevos datos e interpretaciones sobre los conocimientos históricos de una época, y por otro, la exquisita calidad de las interpretaciones pone al alcance del público la posibilidad de disfrutar con naturalidad de la delicadeza estética y espiritual propia de las obras de aquel tiempo.
Desde el principio, Hespèrion XXI tomó un rumbo artístico claro e innovador que acabaría creando escuela en el panorama mundial de la música antigua, ya que concebía y concibe la música antigua como instrumento de experimentación musical, y con ella busca la máxima belleza y la expresividad en las interpretaciones.
Todo intérprete de música antigua tiene un compromiso con el espíritu original de cada obra y tiene que aprender a conectar con ella a través del estudio del autor, de los instrumentos de la época, de la obra en sí y de sus circunstancias concretas.
Pero como artesano de la música, también está obligado a tomar decisiones sobre lo que está interpretando: de su talento, de su creatividad y de su capacidad de transmitir emociones depende su capacidad para conectar el pasado con el presente, la cultura con su divulgación.
El repertorio de Hespèrion XXI incluye entre otras, obras del repertorio sefardita, romances castellanos, piezas del Siglo de Oro español y de la Europa de las Naciones.
Algunos de sus programas de conciertos más celebrados han sido las Cantigas de Santa María de Alfonso X el Sabio, La Diáspora Sefardí, las músicas de Jerusalén, de Estambul, de Armenia o las Folías Criollas.
Gracias al destacadísimo trabajo de los numerosos músicos y colaboradores que han participado con el conjunto durante todos estos años, Hespèrion XXI tiene todavía un papel clave en la recuperación y la revaloración del patrimonio musical con una gran repercusión a nivel mundial.
Con más de 60 CDs publicados, a día de hoy la formación ofrece conciertos por todo el planeta y es miembro habitual de los grandes festivales internacionales de Música Antigua.
Ha dedicado su vida al rescate y la difusión de la música antigua.
Excelso violagambista, maestro y director de formaciones legendarias, Jordi Savall.