Pepe Gallardo | En la época prepolifónica lo dominaba todo el canto gregoriano (aunque absolutamente todo no era gregoriano).
Es curioso que un canto tan sencillo y tal litúrgico inspire tanto a muchos; ese es el poder del gregoriano.
Hoy vamos a traerlo presente para escuchar una pieza relacionada con el Adviento.
Como tiempo litúrgico fuerte, los cuatro domingos de Adviento cuentan con misas propias y no ordinarias, desde el punto de vista de su texto.
A la hora de ser cantada, la misa ordinaria se divide en los fragmentos habituales: kyrie, gloria, credo, sanctus, benedictus y agnus dei.
Sin embargo, el propio de la misa (es decir, aquellos días que cuentan con misas especiales, como el de los santos y mártires) en esos días especiales, solía dividirse en: introito, gradual-tracto-aleluya, secuencia (si la hay), ofertorio y comunión.
Hoy te traigo el gradual titulado Universe qui te expectant, es decir, «Todos los que en ti esperan». Quizá, de los cantos litúrgicos, el más antiguo sea el gradual.
El gradual se cantaba antes del aleluya y tras la epístola y, en aquellas misas en la que no está presente el aleluya (como en Adviento o en Cuaresma), se cantaba antes del tracto.
Los primeros graduales se remontan allá por el siglo IV.
Su nombre (que no puede darse hasta más o menos el siglo VI) proviene de «gradus», porque se cantaba mientras el lector estaba en los escalones del ambón.
Se trata de un canto para solista a modo de versículo, habitualmente en la voz del mejor cantor ya que no es un canto para solista y asamblea sino para proclamarse individualmente.
En el primer domingo de Adviento se canta este gradual que te traigo hoy, en el que ya se pone de manifiesto esa intensa espera que es el Adviento.
Su texto, que proviene del Salmo 25, es:
Todos los que en ti esperan
no quedarán confundidos, oh Señor.
Muéstrame Señor tus caminos,
y enséñame tus sendas.
La interpretación es del conjunto Cantori Gregoriani dirigido por Fulvio Rampi.
Escrito por Pepe Gallardo para Aeterna Christi Munera