Casi cincuenta años de incansable actividad artística como investigador, intérprete y director avalan la carrera de Jordi Savall (Igualada, 1941), un músico comprometido con el arte, la historia y la sociedad actual.

En el cuarto centenario de la muerte de Miguel de Cervantes, Jordi Savall, quien en 2005 dedicara ya un trabajo al escritor con motivo de la efeméride de la publicación de la primera parte de El Quijote, volverá sobre su figura para poner contexto sonoro a la peripecia vital y literaria de uno de los nombres esenciales de la cultura universal.

Contará para ello con las voces de La Capella Reial de Catalunya y los instrumentos de Hespèrion XXI, desde hace décadas dos de los conjuntos más renombrados y prestigiosos del orbe musical europeo.

Miguel de Cervantes: Viajes, sueños & utopías‘ dará la oportunidad de escucharle con su inseparable viola de gamba, verle dirigir a dos agrupaciones creadas y lideradas por él, y sobre todo, compartir su manera de entender la convivencia y la tolerancia en un encuentro de Kursaal Eszena y DSS2016.

– Hace algo más de un año lo escuchamos en el santuario de Aran-tzazu junto a Andrew Lawrence-King -arpa barroca y salterio- y el percusionista Frank MacGuire.

Esta vez actúa en el auditorio del Kursaal dirigiendo a dos de las agrupaciones que fundó y lidera, La Capella Reial de Catalunya y Hespèrion XXI. ¿Prefiere la faceta de intérprete o la de director?

– En esta ocasión tocaré la viola de gamba y dirigiré, lo cual me encanta, porque disfruto mucho haciendo las dos cosas.

Mi oficio es hacer, descubrir y permitir la belleza y combinar estas dos facetas me obliga a investigar, a estudiar continuamente.

Cada cosa me apasiona y sin una, la otra no podría ser posible.

Y también la parte de investigación.

Si no estudiara los manuscritos, por ejemplo, no podría tocar ni dirigir.

Sin embargo, estoy continuamente cambiando, si estoy dirigiendo unas semanas, a continuación hago recitales, procuro que no haya periodos de rutinas.

Por eso hago muchísimas cosas diferentes.

Así siempre mantengo el entusiasmo y las ganas perfectamente frescos.

– Una vez pasada la fase de investigación, ¿consigue expresarse de la misma manera en los dos casos?

– Cada cosa tiene su forma de ser.

Cuando uno trabaja con los manuscritos, tiene que imaginarse cómo van a sonar después, lo cual implica ya aspectos creativos, y por otra parte, cada concierto es diferente.

Estamos en un mundo en el que se requiere de una preparación y un trabajo de conjunto y como seres humanos buscamos siempre hacerlo lo mejor posible, aunque a veces no es viable por razones ajenas a uno mismo.

Creo que, en general, el músico que está bien preparado entra de lleno en la música en el momento del concierto y la comunica, al igual que en una obra de teatro, pero para ello hay que estar muy, muy dentro de la música y muy compenetrados.

Esa es la ventaja que tenemos los músicos con los que acudo ahora a San Sebastián, con los que llevo trabajando cuarenta años.

Tenemos una compenetración increíble.

– ¿Esa compenetración es lo que destacaría de las interpretaciones que consigue con formaciones como La Capella Reial de Catalunya y Hespèrion XXI?

– Por supuesto, pero me gustaría destacar que también colaboramos con músicos de reciente incorporación.

En el encuentro del Kursaal colaboran músicos orientales, un intérprete de guitarra morisca de Grecia, un instrumentista de Marruecos y otro de Siria.

Este último es un músico que hemos podido salvar de la guerra y que está residiendo en Barcelona.

Y si antes hablábamos de compenetración, que es importante, el hecho de colaborar con músicos de otros lugares y culturas es también una fuente de riqueza, porque aportan al programa una dimensión y una atmósfera totalmente distintas a la música española de la época de Cervantes que interpretamos en este programa.

– ¿Por qué esta apertura a otras músicas?

– Es una forma de establecer un diálogo con otras culturas y enriquecer también el hecho musical.

No podemos olvidar que estos músicos aportan una dimensión que existía antes, en la época que recreamos en el concierto, y que en la actualidad hemos perdido.

Cervantes tuvo contacto con el mundo oriental, y con estas músicas e intérpretes podemos recrearlo.

Yo, además, deseo entender y dialogar con otras culturas, intentar comprenderlas y demostrar que podemos entendernos con ellas.

Por eso, en este concierto no sólo tendremos los instrumentos propios de España en aquella época, sino también los que echamos de nuestro país, porque en la época de Cervantes se dio la expulsión definitiva de los moriscos, concretamente en 1609.

Por eso, en nuestro concierto, los músicos de Marruecos y Siria recrearán simbólicamente este hecho.

Tocarán y se irán para recordar que los echamos de aquí.

– Usted es un artista que además de rescatar la historia ha demostrado siempre una gran sensibilidad hacia los conflictos del mundo. ¿Diría que este concierto es, en este aspecto, una declaración de intenciones?

– Yo siempre defiendo que tenemos que recordar la historia porque es algo que nos enseña muchas cosas, y lo que ha ocurrido en el pasado puede servirnos para no repetir los mismos errores o para ser más justos.

Por ejemplo, cuando veo la manera en que nuestra policía trata a los pobres africanos que intentan pasar las rejas en Melilla, me pregunto si se acuerdan de que estuvimos traficando con más de 30 millones de seres humanos como esclavos en el pasado.

Si nos acordáramos de esto, nos daría vergüenza tratar así a las personas, nos avergonzaríamos de lo que hicimos en los siglos XVI, XVII y XVIII, seríamos más responsables e intentaríamos buscar soluciones más respetuosas para la dignidad humana.

– En el concierto combina palabra y música en torno a Cervantes bajo el sugerente título de ‘Viajes, sueños & utopías.’ ¿Cómo lo ha diseñado?

– Es una combinación de dos cosas.

Por una parte, evocamos la vida de Miguel de Cervantes y por otra, ofrecemos momentos del Quijote, utilizando tanto textos de la novela como otros que hablan de las experiencias de la vida del escritor, combinando estos textos con música de la época.

Es una forma muy bella de entrar dentro del mundo del Quijote y del Cervantes.

La música nos recuerda momentos como su nacimiento, la batalla de Lepanto, cuando está en Orán o rememora capítulos del Quijote combinando música instrumental y coral.

– Este concierto se enmarca dentro de las actividades que se desarrollan en la ciudad por la capitalidad cultural DSS2016. ¿Diría que es especialmente adecuado para este contexto?

– Opino que evocar a uno de los grandes genios de la literatura y su obra principal y todo lo relacionado con el mundo oriental es una muy buena forma de celebrar la capitalidad cultural.

El público percibirá toda la belleza de esta historia y viajará al tiempo de Cervantes.

Eso es lo verdaderamente maravilloso, este viaje que proponemos a la época de Cervantes, que permitirá vivir las mismas emociones de aquella época.

– La emoción es algo que ha marcado toda su carrera, así como su conocido compromiso con la tolerancia. ¿Todos los artistas deberían comprometerse con ciertos valores?

– En mi opinión, vivimos momentos muy difíciles, con muchos problemas de convivencia, de violencia, terrorismo, fanatismo de todo tipo, dramas tremendos con toda esta gente que muere cada día bajo las bombas…

Como personas públicas, los que tenemos el privilegio de actuar en público tenemos una responsabilidad mayor, porque tenemos que manifestar claramente cuál es nuestra posición.

No podemos vivir escondidos dentro del arte y de la belleza, porque el mundo necesita percibir cómo vivimos las cosas y tenemos que decir no cuando hay que decirlo y hacerlo claramente.

He ido a ver los campos de refugiados y he estado allí tocando para niños que han podido escuchar música durante un tiempo y olvidar un poco sus penas.

Lo que estamos haciendo con estas personas es horrible.

Ellos intentan reconstruir sus vidas, volver a empezar y no pueden.

Tenemos que imaginarnos cómo se sienten estas familias sin saber cuánto tiempo van a pasar en Grecia o Líbano; es un horror para todos, y sobre todo para los niños.

Dentro de los conflictos que existen, tenemos que ser siempre capaces de dialogar, siempre, aunque sea difícil.

Cuando ha habido dramas y se busca la reconciliación, solo es posible cuando cada parte del conflicto acepta lo que ha pasado; nunca habrá reconciliación en el mundo armenio mientras Turquía no acepte que en 1915 hubo genocidios, ni en Palestina si cada parte no acepta lo que ha hecho mal.

Y lo mismo ocurre en nuestro país, es fundamental aceptar con dignidad los errores.

En el momento en que se acepte esto se podrá encontrar el diálogo. Y cada uno encontrará la forma de curar sus heridas y de seguir adelante.

– ¿Y cree que la música puede ayudar a ello?

– Sí, claro, porque el acto de hacer música nos obliga a respetarnos, a escuchar.

La música no nos engaña, con ella no podemos mentir porque nos habla directamente al corazón.

La música es un bálsamo que necesitamos para sobrevivir.

No es suficiente, claro, porque hay que asumir responsabilidades y sobre todo ser coherentes con nuestras ideas.

Pero tenemos que conseguir que nuestro mundo sea mejor, y el esfuerzo comienza en nuestra casa, con nuestra familia y en nuestra ciudad.

Entrevista realizada por MARÍA JOSÉ CANO | Dariovasco.com

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