El conjunto de ministriles La Danserye y su grupo vocal asociado: Capella Prolationum, acaban de lanzar al mercado una grabación discográfica monográfica dedicada al compositor Gaspar Fernández, publicada por el sello IBS Classical. El interés de ambos conjuntos en la recuperación, estudio e interpretación de músicas inéditas, ha hecho posible que, además de disfrutar de una música de gran calidad, se puedan conocer historias tan increíbles como la que ha dado lugar a este proyecto; una nueva historia de idas y vueltas entre España y sus colonias en México en el siglo XVII, un ejemplo de cómo músicas compuestas sobre textos creados a miles de kilómetros de distancia reflejan un común denominador en la cultura hispanoamericana desde tiempos remotos.
En 1614 el poeta Alonso de Bonilla y Garzón (ca. 1570-1635), natural de la ciudad de Baeza (Jaén, España) daba a la estampa en los talleres de Pedro de la Cuesta, en la propia ciudad de Baeza, su primera gran antología literaria: Peregrinos pensamientos de misterios divinos en varios versos y glosas dificultosas. Este grueso volumen, con sus 688 poemas, constituye uno de los ejemplos más tempranos y acabados de la corriente literaria conceptista, como ya declara su título, en el que lo peregrino es sinónimo de lo raro y extraño, lo velado e ingenioso, lo interpretable de diferentes formas o lo de significación inexacta. Su maestría fue alabada ya en su época por el mismo Lope de Vega. Pero lo que quizá ni el mismo Bonilla esperaría es que el mismo año de la edición de su libro, en la Nochebuena de 1614, el compositor criollo Gaspar Fernández (1563/71-1629) pondría en metro músico algunos de sus poemas para ser cantados en la Catedral de Puebla (México), donde ejercía como maestro de capilla.
En total, son 19 los textos de Bonilla musicados por Gaspar Fernández que se encuentran hoy día hacia la parte final del conocido como Cancionero poético-musical de Gaspar Fernández, un cuaderno manuscrito autógrafo, de uso personal, que contiene casi 300 composiciones sacras en distintas fases de acabado, en su mayoría en romance y fechadas en orden cronológico estricto entre 1609 y 1616. El cuaderno fue llevado poco después, quizá en 1620, a la Catedral de Oaxaca, donde aún se conserva. Su pequeño tamaño y la ilegibilidad del texto hacen suponer que no se trata de una fuente práctica para cantar o tañer la música directamente, sino que serviría para extraer “papeles” sueltos o libretes para cada voz desde donde se interpretarían.
Para recrear la práctica musical se han realizado papeles sueltos de cada una de las partes, basados en la notación musical y caligrafía de uso en la época de Gaspar Fernández en Puebla (ca. 1615). Los modelos utilizados para copiar el estilo de la notación, dimensiones, pentagramas, textos, etc. se han obtenido de partes de uso en Puebla en fechas parecidas o ligeramente posteriores, lo cual ha permitido obtener una importante información y ofrecer una verosimilitud de las copias que se han realizado hoy día. El resultado final del proceso de copia manual ha sido del todo satisfactorio y ha permitido enfrentar a la capilla musical (cantores y ministriles) a una interpretación muy rigurosa sobre la notación y textos originales. Este hecho constituye una forma pionera de abordar este tipo de repertorios, que ha necesitado de un nuevo aprendizaje sobre proporciones musicales y figuraciones que quedan diluidas o inexistentes en las transcripciones modernas.
En la presente grabación, aparte de los propios instrumentos de viento de los que disponían los conjuntos de ministriles (cornetas, chirimías, sacabuches, bajoncillos y bajón, flautas), se ha incorporado la presencia esporádica del arpa y de la guitarra, como ejemplo de su utilización ocasional en las más solemnes festividades (como por ejemplo en el Corpus Christi). En el caso del arpa, su presencia en Puebla se remonta a documentos fechados en 1595, aunque hasta 1634 no formaría parte de la capilla musical. Por otra parte, documentos fechados en 1609 atestiguan la presencia en la Ciudad de México de la guitarra junto al arpa en los villancicos, “animando con sus chanzonetas y villancicos” en las festividades de la octava del Corpus Christi. En último lugar, se ha preferido no utilizar instrumentos de percusión en los villancicos dada la falta de información concluyente sobre su uso. No obstante, sí se han incluido en dos de las obras instrumentales, una de las cuales es una danza, tal y como se indica en el manuscrito.
En conclusión, en este proyecto nos encontramos a un Gaspar Fernández de fina sensibilidad para la elección y tratamiento de los textos, con vivacidad rítmica cuando se requiere y con un sutil manejo de la textura, articulada por juegos retóricos de pregunta-respuesta. Destaca la expresividad de sus desnudas melodías y la teatralidad inherente a los diálogos de sus chanzonetas, que expresan elevados conceptos teológicos a través de rústicos personajes y situaciones. En definitiva, peregrinos pensamientos y juegos de ingenio y agudeza pues, no sólo en el texto sino también en su realización musical, contribuyen a formar la imagen mítica que hoy se tiene de Puebla de los Ángeles como baluarte contrarreformista y ciudad prodigiosa del Nuevo Mundo.
Texto:
Javier Marín López/Fernando Pérez Valera
http://www.javiermarinlopez.com