Me imagino que los que tengan niños pequeños y les guste la música antigua en alguna ocasión se habrán planteado esto.
Pues bien, decir al respecto que para ellos puede ser un rollo o una experiencia fantástica que les permita disfrutar y descubrir que no es una música aburrida, depende de como lo planteemos.
Lo importante a la hora de abordar este asunto, es ir poco a poco y elegir un concierto con un programa sencillo, con piezas cortas y a ser posible con algún tipo de recreación entre pieza y pieza.
Cuando los peques son bastante jovencitos (menores de 6 años), podemos optar por quedarnos sólamente media parte o no permanecer en el concierto más allá de los 20-30 minutos (recordemos que los niños no pueden mantener la atención y la concentración durante mucho rato seguido).
Este ejemplo viene al caso:
Hace tiempo hubo un concierto en Alcalá de Henares con motivo del XVII Festival de Plectro en la Cuna de Cervantes…
El concierto interpretado por Emilio Villalba y Sara Marina fue maravilloso y toda una delicia para los peques que había por allí.
Emilio y Sara hacen que los conciertos sean un espectáculo en sí, integran al público y le hacen partícipe…
Entre las piezas, cuentan historias, hablan de los instrumentos, de sus formas, sonidos… cuentan anécdotas, hablan de la música a través del paso del tiempo…
Son muy amenos y entrañables, toda una recomendación para cualquier aficionado, y todo un ejemplo para cualquier músico e intérprete que quiera hacer que sus conciertos sean mucho más entretenidos, didácticos y que tengan mayor alcance de público.
A través de la música antigua los niños tienen la oportunidad de poner melodías a los sentimientos, o sentimientos en las melodías.
Los niños imaginan historias… muy importante elegir obras animadas de alguna manera, que despierten sus ilusiones, y que contagien a sus ánimos.
Hablarles de Castillos, de princesas, de batallas, de instrumentos antiguos les llama mucho la atención y es además una forma de expresión emocional muy atractiva.
Con la música antigua el espectáculo está asegurado.
Recordemos que la música antigua engloba casi diez siglos de historia y eso da para mucho.
Ir a un monasterio, un castillo, una ermita o una iglesia debería convertirse ya de por sí en una aventura para ellos, si además le sumamos cuentos, historias y leyendas aderezadas con música, pienso que cualquier niñ@ puede disfrutar.
Es evidente que si llevamos a un «peque» a un concierto sin más, y pretendemos que esté quieto y sin poder decir «ni esta boquita es mía» durante 1 ó 2 horas, lo más seguro es que no quiera volver.
Preparar el terreno es importantísimo, y por supuesto, como dije antes que el programa sea adecuado para que poco a poco vaya sintiendo curiosidad y no le genere rechazo.
Tiene que hacerlo algo suyo, y sentirse de alguna manera identificad@.
Hay que conseguir que le encuentren el atractivo, que quieran volver, que sepan que se lo van a pasar bien la próxima vez y vayan con ganas e ilusión.
También es recomendable escoger un lugar cercano al escenario para que se puedan ver bien tanto a los músicos como a sus instrumentos.
Y siempre que podamos, comentemos a nuestros hijos qué pieza están oyendo y quién es el compositor; conocer alguna anécdota de éste o del proceso de creación de la obra les encantará y les ayuda a recordarla.
Y pensad que los niños pequeños disfrutan mucho repitiendo una actividad una y otra vez…
Evidentemente esta tarea es de los papis.
Es importante que en casa vayan escuchando piezas, aunque no sea de forma directa, pero que su oído se vaya familiarizando.
Una buena manera es contarles algún cuento, y poner música bajita de fondo.
Su cerebro lo asociará a un momento de placer en el que papá o mamá les dedica toda la atención.
Asistir a conciertos pedagógicos para el público infantil es otra buenísima opción.
Emilio Villalba y Sara Marina, hacen este tipo de conciertos en escuelas (son una maravilla).
También es buena idea consultar la programación de conciertos de alumnos de escuelas de música y conservatorios…
Los niños que ven a otros niños siendo protagonistas aplaudidos puede motivarles, y mucho.
Así que…¡música, maestro…!
En mi ultimo concierto viendo a Capella de Ministrers habia una niña a mi lado con su madre que estuvo bastante callada
<3
PERO…. CLAAARO!!!!!!!!!!!!
por supuestillo . mis niños ya tararean las cantigas jajajajaja
A un niño no le va a gustar la Música Antigua, ¡¡¡¡le va a fascinar!!!!. Juro que los niños se embelesan con la música antigua…. Tengo gratas experiencias. Es como si fuera una música especial para ellos.
Por supuesto¡ por qué no? De hecho creo que los padres deberían llevar a los niños desde pequeñitos a estos eventos para que se eduquen también en esto..
Me parece fantástico! Excelente propuesta!
Siempre que estén callados
Jose Luis Vega mira !
Mi experiencia al respecto es que no es raro que a los niños pequeños (de 2 a 5 años especialmente) les guste, les encante, incluso, la música barroca y renacentista. Es más tarde cuando los prejuicios imbuídos por los padres (en muchos casos) y por los medios de comunicación, y, a su vez, asumidos y repetidos por los compañeros de colegio, les llevan a alejarse de estas músicas para «entregarse» a las «modas» emanadas de las «radio-tv-fórmulas» comerciales.
Yo ya los lleve les explique de que se trataba mi hija se durmió en medio del concierto y mi hijo lo disfruto. Es una forma de educar sus oídos.
Es estupendo. A mi nieta la llevó su tia al Palau, aunque no era música antigua , era música para iniciar a los niños y le fascinó.
es la clave …es importantisimo…los niños aunque esten dormidos en el concierto, estan escuchando y se va formando en ellos el gusto por la musica antigua…igual pasa con la lectura, con lo sagrado o mistico….pero eso no lo entienden muchos …