No son muchas las leyendas que, independientemente del género que toquemos, sigan sobre un escenario día sí, día también.

Él es una de ellas, promediando como promedia 150 conciertos por curso a sus 74 años.

En la figura de Jordi Savall se suman el concertista, el pedagogo, el investigador y el impulsor de proyectos musicales y culturales.

Entre todas sus facetas sobresale su infatigable tarea para revalorizar y popularizar la música histórica.

Su trabajo busca la máxima fidelidad y una curiosidad que le ha llevado a rescatar del olvido un rico patrimonio musical mediterráneo, europeo y de todo el mundo.

Estudioso de la música antigua, intérprete de viola da gamba y director de Hespèrion XXI, la Capella Reial de Catalunya y Le Concert des Nations, Jordi Savall (Barcelona, 1941) toma el testigo en el ciclo ‘Salamanca Barroca’.

Y lo hace a la carrera.

Recién llegado de Malta y Colombia, hace parada en Salamanca y León, y el lunes viajará hasta Nueva York.

–Con una agenda tan apretada, ¿tiene tiempo para proseguir su labor de investigación?

Cuando no lo hay, el tiempo se busca, y yo siempre viajo con la maleta llena de libros y partituras.

Ya sea en París, Nueva York o Salamanca, siempre llevo el ordenador para conectarme al servidor y acceder a partituras o estudiar a través de microfilms.

–¿Ya no es necesario viajar al lugar de origen para ser fiel a la partitura?

Viajé muchísimo los primeros diez años, y pasaba semanas enteras en París, la Biblioteca Nacional, el British Museum, Bolonia, Madrid, Bogotá, Puebla,…

Después, con el paso del tiempo y la ayuda de los microfilms, todo se ha hecho mucho más cómodo.

Háblenos de su último estudio.

Este año he terminado un programa sobre la ruta de los esclavos basado en manuscritos de las islas Canarias, Bogotá, México, etcétera, y músicas de tradición africana, Madagascar, Brasil o Colombia, y ha sido un trabajo arduo que me ha llevado dos años escuchando todo tipo de músicas y voces, más de quinientos cincuenta villancicos de principios del XVII hasta 1750.

Hay que tener en cuenta que no todo es de primerísima calidad y ahí es donde entra la función del intérprete.

¿Se ha detenido a pensar que sería de toda esa música si Jordi Savall no hubiera existido?

Seguro que hubiera habido otro loco que se hubiera dedicado a ello.

Ésta es una pasión que llevo dentro desde hace ya medio siglo y que me sigue fascinando.

Tenemos muchísimo que aprender de estas músicas antiguas y de la historia.

Nos aportan algo único, y es importante mantener este recuerdo.

En la actualidad ya no me atrae hacer un programa para lucirme sino profundizar en la historia.

El de Salamanca, por ejemplo, es un programa que presenta una Europa unida musicalmente.

Un espíritu común, y este mensaje existió durante muchos siglos.

Teníamos músicos españoles que estaban en Italia, italianos que estaban en España, alemanes en Francia, o ingleses en Italia.

El cambio era constante.

«La riqueza de un país no depende de su patrimonio sino de cómo lo valora»

¿Busca un mensaje en sus conciertos más allá de la calidad de la música?

No imagina la reacción del público en Cartagena de las Indias, que es uno de los lugares donde hay mayor desigualdad, con músicas de los esclavos.

Siguen llegando miles de subsaharianos y la gente piensa que es una barbaridad, cuando nos hemos olvidado de que España, como la mayoría de los países europeos, ha participado de una manera brutal durante tres siglos a esclavizar más de treinta millones de africanos.

Les hemos hecho trabajar sin pagar nada, siendo una gran fuente de riqueza en Europa, y hoy en día nadie se acuerda de esto.

Ahora no somos capaces de tener un poco de comprensión y generosidad porque nos hemos olvidado de lo que hicimos.

De que fuimos a Sudamérica y les hicimos trabajar en las minas para apoderarnos de su oro.

El mundo no funciona bien porque no tenemos memoria.

¿Tiene su música una función social?

Es que cuando escuchamos una música del tiempo de los esclavos, sentimos las mismas sensaciones.

O cuando escuchamos una Pavana de Luis del Milán, estamos en la España de 1530 y esto nos permite tener una visión de lo que fue nuestra cultura hace siglos.

¿Por qué hay más respeto por la pintura del siglo XVI o XVII que por la música de ese tiempo?

Porque en música estamos aún viviendo en el siglo XIX.

Es decir, España tiene un proyecto cultural musical que es el que se inventó en Alemania en el siglo XIX, cuando había los sinfonistas más grandes del mundo, Beethoven, Mozart, Schubert, Haydn, Brahms, Mahler, etc.

No busque un sinfonista español de nivel internacional del siglo XIX porque, a excepción de Arriaga, no tenemos a nadie.

En cambio, nuestro sistema cultural está basado en ese sistema europeo del XIX, es decir, en todas las ciudades tiene que haber una Orquesta Sinfónica y un teatro de ópera.

Sin embargo, toda la revolución de la música antigua es de los años 50.

Y ningún ministro en España se ha enterado de esto.

Sin embargo usted no se cansa de decir que nuestro patrimonio es riquísimo al lado de otros países en música antigua y renacentista.

Pero ahí está la clave.

La riqueza cultural de un país no depende de de la grandeza de su patrimonio, depende de cómo lo valora.

Si tú tienes una fortuna en algo que no rinde y no puedes utilizar, serás un pobre desgraciado.

Ningún ministro de Cultura ha ayudado a los grupos que hacen música antigua a defender su patrimonio.

¿Ese fue el motivo que le llevó a rechazar el Premio Nacional de la Música?

En efecto.

Porque llevo cuarenta años visitando al director o secretario de Estado de turno para escuchar siempre lo mismo, que no hay dinero para la música antigua.

¿Siente sana envidia cuando viaja fuera de España?

Le comento solo un detalle.

El 11 de febrero me recibirá el primer ministro de Francia para hablar de mis proyectos. ¿Cree que me ha recibido algún ministro de Cultura en España?

Estamos en otro mundo, y la causa de todo esto tiene una palabra: ignorancia.

No tenemos políticos que conozcan nuestro potencial.

Si retrocedemos varios siglos en el tiempo, nos sorprendería ver cómo las propias iglesias se peleaban por contar con los mejores compositores.

Exacto.

Y hoy, estos compositores son ignorados.

Si usted hace una estadística de cuantas personas han tenido la ocasión de escuchar una obra de Tomás Luis de Victoria o Francisco Guerrero, dos de los tres polifonistas más grandes de todos los tiempos, quizás daríamos con un centenar de personas.

Pero la música sigue atrayendo y la respuesta del público es muy buena, pero lo que nos frena es la política.

Es la que, por desgracia, no está a la altura del país.

Una de las espinas que aún le quedan es Tomás Luis de Victoria, un compositor que guarda un vínculo especial con Salamanca…

De hecho tuve un gran proyecto para hacer su obra completa, porque sinceramente es una vergüenza que no exista, pero no recabamos ni un solo apoyo.

Ningún interés.

Si no hay interés por sus grandes maestros, no voy a hacer yo de quijote.

ENTREVISTA REALIZADA POR LUIS MIGUEL DE PABLOS | SALAMANCA | elnortedecastilla

9 comentarios en «¿Qué sería de la música antigua si Jordi Savall no hubiera existido?»
  1. Es esperanzadora, maestro, la cantidad y calidad de músicos españoles que están siguiendo tus pasos y los de otros ilustres investigadores y apasionados de esta música, y las buenas respuestas del público a conciertos y festivales.
    Por otro lado, es cabreante la incapacidad o el desinterés ministerial por la materia.
    Supongo que hace falta mucho temple para seguir llamando a puertas que en realidad apetecería tirar a patadas.

  2. Bellísimo, gracias. Me da pena la España de hoy donde lo cool es ser antiespañol. Casi puedo imaginar a los socialistas arrojando los cuerpos de Don Fernando y Doña Isabela a la calle, como hicieran la gentuza francesa con sus reyes hace dos siglos en Saint Denis.

  3. Sin quitarle mérito al gran Maese Savall (cuyas grabaciones me encantan), en españa ha habido gente desde hace mucho tiempo partiéndose la cara por la música antigua y dándole prestigio por todo el mundo con gra rigor y seriedad… Atrium Musicae de Madrid, por ejemplo, o el Cuarteto de Madrigalistas de Madrid son un buen botón de muestra, y actualmente Cinco Siglos y muchos otros que lo hacen con gran rigor y seriedad, en fin… no nos pongamos apocalípticos…

  4. Si tuviera poder, a este señor le pondría un instituto a su entera disposición. Seguimos ignorando la calidad de nuestros científicos y artistas, porque Savall es un brillante ejemplo de ambos. Todo mi apoyo, Maestro, aunque no le sirva de mucho…

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