El patio del Palacio de Velarde del Museo de Bellas Artes sirvió el pasado jueves nuevamente de acogedor escenario para el emprendedor ciclo de Música Antigua que en su primera edición programa y desarrolla la Joven Asociación de Musicología de Asturias hasta febrero.
Precisamente uno de sus miembros, la profesora e intérprete Noemí González Sagüillo, protagonizó la velada dedicada al universo de la vihuela acompañada por Carlota Iglesias Pajares y Manuel López Zürcher, dos de sus muy jóvenes alumnos, para dejar constancia de una de las pretensiones de este programa de la JAM: la didáctica, evocación y divulgación de las músicas antiguas.
Y si se pone sólido basamento desde la edad temprana aún mejor, como quedó reflejado en la audición.
Con este último pase se cerró el programa de conciertos, a manera de nexo entre los dos ya ofrecidos con gran respuesta de público, las próximas conferencias del ciclo en el RIDEA y la visita guiada al patrimonio musical de la Catedral.
Noemí González comenzó explicando al público el valor de la vihuela como instrumento imprescindible en la vieja historia musical española y la necesidad apremiante de recuperarla para hacer visible un repertorio que casi se daba por perdido.
«La abuela vihuela», proyecto tutorial, didáctico y divulgador que encabeza Noemí González con el luthier Carlos Ardura en conexión con la laudista francesa Pascale Boquet en la Escuela «Miguel Barrosa» de Carreño parte desde Asturias hacia el logro de esas plausibles metas como pionero y único en la enseñanza de la música antigua para niños en España.
La intérprete indicó lo complejo que es «desempolvar» y hacer visible desde «el olvido» un instrumento tan puramente patrimonial español como es la vihuela, protagonista durante la época del Renacimiento y que se vio postergada por laúdes o instrumentos similares.
Y aún más complejo (y por ello de agradecer y aplaudir) que sus jóvenes alumnos-acompañantes (de ocho años de edad) sean a su vez pioneros con ella desde Asturias y en un deseable futuro cercano para el resto del mundo a través del método que preparan y protagonizan junto a su profesora, «robando» pequeños momentos a sus estudios de guitarra para acercarse con gusto al claro y seductor sonido de la vihuela y su rica historia.
Noemí González, indicó instantes antes de las interpretaciones que sólo se sabe de tres vihuelas en el mundo y los instrumentos que se construyen hoy en día parten de la imaginería clásica, cuadros o retablos como ocurriera -con mayor repercusión futura en este caso- con la gaita o la zanfona por citar ejemplos parejos.
Explicaciones sobre el cuerpo del propio instrumento (origen, forma, cuerdas, mástil, rosetón, construcción artesana o fabril de algunas piezas hoy en día para facilitar su acceso o tablatura en letras y colores para la transcripción francesa al método español) dieron paso al protagonismo de los niños y de su maestra quien subrayó «que mientras no sea posible una recuperación casi total de piezas para vihuela del Cancionero de Upsala, Colombina o Medinaceli bastaría para esa tarde y como ejemplo la muestra de piezas populares francesas» que coparon casi la totalidad del corto pero instructivo concierto.
Con las lógicas limitaciones de la edad y el tiempo de dedicación dado a este instrumento los dos niños y Noemí González jugaron con el claro contraste de tres vihuelas (modelos Milán, Guadalupe y Nassarre) para abrir con el anónimo «Passamezzo antico», seguir con una lucida «Romanesca», intercalar una «Allemande» (devuelta en el bis) y plasmar todo un repertorio de canciones infantiles, danzas y piezas populares de la tradición francesa como «Melocotón, manzana y pera», «Campanita», «El baile de la capuchina», «Luz de luna», «Estaba una pastora» o «Uno dos y tres» a la que sumaron «Linda amiga», ejemplo de las citadas pretensiones por lo «hispano del instrumento» puesto que pertenece al Cancionero de Palacio Español.
Piezas muy breves y aplaudidas que con estos dos jovencitos pioneros asturianos de la vihuela y su mano maestra auguran éxitos futuros para este imprescindible instrumento protagonista de la singular velada del jueves en el Museo de Bellas Artes.
fuente Ine.es