Así comenzaba este reportaje al que el Diario El Mundo dedicó un amplio artículo sobre el PROYECTO VICTORIA del Coro de Cámara de Madrid.
«La piratería musical no nació con el CD, sino con la partitura. Hace cuatro siglos el negocio de la música dependía del número de libros de composiciones vendidos. Entonces, cada nuevo volumen del compositor abulense Tomás Luis de Victoria (Ávila 1548-Madrid 1648) era celebrado como todo un acontecimiento. Él mismo publicitaba su recopilación de obras fechada en el año 1600 como «lo nunca hecho antes». Tenía razón.
Pero siempre había quien copiaba burdamente esas partituras, que este autor mimaba y daba a editar a los más selectos impresores de Italia y España. Victoria se quejó al Papa y, tal era el reconocimiento del que gozaba el mayor maestro de la polifonía que, de forma inmediata, el pontífice promulgó una orden de excomunión para quien atentara contra los derechos del creador «y de sus herederos».
Ése era el alcance del impacto de la obra de Tomás Luis de Victoria en su época. El próximo noviembre, los mejores especialistas mundiales en su legado se reunirán en León para conmemorar el cuarto centenario de la muerte del que consideran como la más alta figura musical del Renacimiento, clarividente explorador de las formas del Barroco y el mayor compositor español.
Los ecos de Victoria hoy
La directora Ana Fernández-Vega
Entre otras cuestiones, los estudiosos abordarán, precisamente, la repercusión de la música de Victoria en nuestro tiempo: su influencia en los tradicionales coros de Inglaterra (Britten fue rendido admirador); en Alemania, en donde surgió en el siglo XX el Celianismo, que recuperaba la polifonía; en España, en las versiones realizadas por Manuel de Falla, para quien Victoria era cumbre insuperable; y, además, su influencia en la creación actual.
Pero, fuera de la órbita de los expertos ¿y el impacto a pie de calle? El pasado sábado, en Segovia, unas 200 personas materializaron la atracción minoritaria pero indestructible de oír la música de Victoria en vivo. Asistieron al segundo de los cuatro conciertos que, a lo largo del año y bajo el titulo común Proyecto Victoria, se celebrarán en la ciudad del Acueducto. Todos ellos interpretados con admirable empaste y limpieza por el Coro de Cámara de Madrid APM, gracias al patrocinio de Caja Segovia, justificado por el vínculo materno con la ciudad del compositor.
En las sombras del templo surgió, de nuevo, la luminosa revelación. En la primera parte, la coral dirigida por la joven segoviana Ana Fernández-Vega entonó excelentes piezas de contemporáneos de Victoria como Morales, Vivanco o Lobo. Sin embargo, al inició la Misa Ave Regina del abulense los demás compositores parecían aquejados de una extraña afonía ante Victoria. La textura sonora extendida por la piedra y el artesonado de San Millán estaba cargada de energía y vitalidad de la que desbordan los 15 volúmenes de sus obras completas, sobre todo si, como era al caso, tenían como inspiración a la Virgen María.
Su prioridad, componer
«La estatura de Victoria es muy fácil de medir: es el Cervantes de nuestra música». Esta certeza proviene de Ana María Sabe Andreu, autora de Tomás Luis de Victoria, pasión por la música, editada por la Diputación de Ávila. Pero lo cierto es que Victoria no alcanza, ni de lejos, la mínima popularidad en la población que el escritor: «En España la música no se valora lo suficiente, y menos si es antigua y sacra».
Además, en apariencia, y al contrario que Cervantes, Tomás Luis de Victoria era un sacerdote de vida gris. Pero la biógrafa discrepa: «Fue valiente, discreto, constante, perfeccionista e inteligente en los negocios. No es decir poco de un hombre». Victoria, en efecto, tras educarse espiritual y musicalmente en la Catedral de Ávila, decidió arriesgarse a emigrar a Roma para aprender de los mejores, como Giovanni da Palestrina.
Su prioridad fue siempre la composición y por ello escogió trabajos -como el de capellán de Felipe Neri o de la emperatriz María de Austria- que le permitían tiempo libre para un talento que siempre atribuyó, con modestia, a un don divino. Y supo incrementar su patrimonio y el de su familia, de madre viuda y numerosos hermanos.
El impacto de Victoria en las mesas de los poderosos de hoy en día ya no es el que era. Tibia repercusión local y autonómica. «Con la crisis hemos topado», señala Ana Fernández de la Vega, al recordar que su Proyecto Victoria fue rechazado en numerosas ciudades, incluida Ávila, hasta que Segovia apostó por ellos.
Por fortuna, la Sociedad Española de Musicología celebrará un congreso internacional en Ávila (23 y 24 de septiembre) al que seguirá otro, en octubre, organizado por el Centro Nacional de Difusión Musical, una de cuyas sedes está en León. La ciudad se verá recompensada por ello con 8 conciertos del Victoria 400, un ciclo de 30 recitales de distintos puntos de España (dos de ellos en Ávila y otros dos en Zamora). En él se reunirán las mejores formaciones de música antigua del panorama nacional e internacional como Les Arts Florissants, Ensemble Plus Ultra, The Sixteen o The Hilliard Ensemble. El repertorio será abrumador: dos oficios de difuntos, 18 responsorios, siete misas y numerosas piezas breves.
No escucharle, como no oír a Bach
Pero hasta ahora ha sido Segovia la que ha tenido la primicia, con sencillez y profundidad: cuatro recitales en cuatro templos, siguiendo el año litúrgico.
Al finalizar el concierto, Ana Fernández-Vega y su grupo toman una cerveza en un bar cercano a San Millán.
Podría decirse que aún resuenan los fervorosos aplausos pero, en verdad, sobre ellos se sobreponen aún las voces, como si el oído fuera una caracola del océano creativo de Victoria. «No escucharle por antiguo o religioso es como no escuchar a Bach por las mismas razones. Y no es una comparación porque sí: todo lo que hacen ambos, siempre, es exquisito«.
Esa será la sustancia del homenaje a pesar de sus vicisitudes. Tomás Luis de Victoria se hará de nuevo oír.
Y quien así lo quiera podrá disfrutar de una experiencia musical de la que nunca ha existido copia: el impacto, en vivo, de lo exquisito.
qué interesante!!!
Muy interesante. En la Catedral Metropolitana de la CDMX se está realizando trabajo sobre música, músicos durante los siglos XVI, XVII, XVIII y XIX