La música esconde numerosas propiedades terapéuticas y pedagógicas que resultan muy beneficiosas para las personas con alguna discapacidad física o, sobre todo, intelectual.
Sacar lo mejor de todos…
Escuchar música es un placer y, en determinadas situaciones, un espectáculo.
Esta finalidad lúdica no puede esconder, sin embargo, las múltiples propiedades de este arte en muchos otros frentes.
Así, un gran número de instituciones sanitarias han corroborado que la música tiene efectos terapéuticos de primer orden, lo que ha contribuido a consolidar la musicoterapia entre otras técnicas.
Del mismo modo que las melodías musicales activan distintos resortes del cerebro que producen una sensación profundamente placentera, estas mismas vibraciones actúan como un estímulo en los sistemas nerviosos de las personas intelectualmente discapacitadas.
Dado que en muchos de estos casos concurren serios problemas de comunicación y expresión, la música se convierte en un recurso para favorecer el desarrollo emocional y sensorial muy efectivo.
Recordemos que las vibraciones pueden ser percibidas incluso por personas sordomudas.
En cualquier caso, la musicoterapia no se circunscribe exclusivamente a sus posibilidades para estimular intelectualmente a personas discapacitadas.
Cada vez son más los colegios y centros de enseñanza que incorporan estas técnicas para promover un desarrollo integral de la persona desde su más tierna infancia.
Factores como el control de la ansiedad o la adquisición de una mayor sensibilidad son tenidos en cuenta por muchos pedagogos.
Oír e interpretar música con discapacidad
Y si la musicoterapia es la expresión teórica de la música terapéutica, la interpretación pone la nota práctica.
El contacto con un instrumento musical ayuda potenciar las capacidades motrices y las reacciones corporales de los niños, especialmente los de percusión.
Aspectos como el seguimiento de un ritmo o la coordinación en la interpretación entre varios alumnos entrenan habilidades muy útiles en otros ámbitos de la enseñanza y de la vida.
La incorporación de la audición y la interpretación musicales en planes de estudio generales y en programas de atención a la diversidad particulares es una tendencia constatable en España.
Así, en autonomías como la Comunidad Valenciana la música ocupa un puesto muy destacado dentro del programa lectivo de Educación Secundaria y regiones como Galicia también empiezan a valorar en su justa medida esta disciplina como herramienta pedagógica.
Junto con estos planes generales, conviven iniciativas tanto públicas como privadas para trabajar la musicoterapia con las personas discapacitadas.
La Fundación Adecco, por ejemplo, ha financiado programas de este tipo en distintos centros de Educación Especial en Zaragoza.
Otros proyectos representativos son los de la Asociación Música y Discapacidad, que lleva a cabo talleres periódicos de esta naturaleza en Madrid, y la organización de profesionales del canto Voz sin Barreras.
Música y Discapacidad DISCAPNET
Fuente SocialMusik
En algún momento tenemos que retomar la idea de la musicoterapia en el cole…un curso que te encuentres con fuerza, tiempo y ganas! 🙂
Silvia Durán