Toledo, ciudad caracterizada por ser centro y referencia para el arte y la música a nivel nacional, destaca en el siglo XVI por tener un alto porvenir político y económico.
Sin embargo, su condición de urbe imperial se ve decaída a partir de la asignación de Madrid como capital de España en 1561.
Una vez entrado el siglo XVII se comprueba la decadencia de la ciudad.
Comienza un proceso de despoblación; a su vez, el declive económico, político y comercial se evidencia en el primer tercio de esta centuria.
A pesar de la grave situación en la que se encuentra Toledo, la catedral no escatimó en gastos.
Pintores, escultores y arquitectos se reúnen durante el siglo XVI en una ciudad que no sólo se nutría de los mejores maestros del Renacimiento, también creo escuela.
Dentro del ámbito musical se confirma la llegada de grandes maestros de capilla.
La catedral de Toledo se consolida como la gran aspiración de los músicos españoles de los siglos XVI y XVII.
Tener un puesto en la capilla musical del templo primado de España se considera un gran honor para cualquier músico, ya sea maestro de capilla, cantor o ministril.
Tan sólo la Capilla Real se posiciona por encima de este centro religioso.
Grandes maestros del siglo XVI dejaron su huella en la catedral toledana.
Este hecho ha permitido la conservación de un amplio patrimonio musical, cuya importancia refleja la profesionalidad de los músicos exigida por el cabildo.
Maestros como Cristóbal de Morales o Alonso Lobo son piezas clave en la producción musical y que, a día de hoy, aún se conservan obras suyas en el archivo catedralicio.
A su vez, según avanza el siglo XVII, los maestros de capilla y el propio cabildo adquirían libros de polifonía de otros maestros como Vivanco.
¿Qué ocurre realmente con la música en Toledo? Uno de los centros más importantes de la cristiandad debe tener los mejores compositores, la mejor música y los mejores intérpretes.
El siglo XVII se nutre de otros maestros relevantes, como fueron Luis de Garay, Tomás Micieces o Pedro de Ardanaz.
Este último, educado como seise durante su infancia en Toledo, destaca por ser el introductor de la modernidad en la capilla de música durante el último tercio de este siglo, tanto por las composiciones que realiza como por la introducción de nueva instrumentación que, teniendo como referencia la Capilla Real, hará que Toledo se encamine hacia la vanguardia del siglo XVIII y se sitúe en la élite musical de España y Europa.
Investigadores como Michael Noone, han trabajo por sacar a la luz la historia y la música del siglo XVI; por ello, podemos destacar una labor muy importante realizada por este especialista, y ha sido resucitar la música de Cristóbal de Morales en Toledo.
Noone ha hecho un trabajo estupendo, y lo sigue haciendo con viajes constantes desde su Australia natal a España. A gente como él, Harry Christophers y tantos otros musicólogos y músicos extranjeros que han hecho tanto por la recuperación y la difusión del patrimonio musical español habría que darles la nacionalidad española y todas las facilidades para asentarse aquí y trabajar y crear escuela aquí; y no a futbolistas, delincuentes y gente que lleva 20 años en el país y no ha aprendido ni a hablar nuestro idioma