¿Cree que no se valora de la misma forma la música del siglo XVI o XVII que la pintura o la arquitectura perteneciente a estos siglos?
En nuestro país, la música siempre ha tenido un rol de pariente pobre por el hecho de que necesita siempre de un intérprete.
Así, si no tenemos intérpretes que la ejecuten bien no podemos conocer y apreciar la música del Renacimiento o la antigua.
Todavía es necesaria una labor muy importante para desarrollar esta interpretación y muchas veces las personas que no son conocedoras no consideran esos patrimonios tan importantes como en realidad son.
Creo que España tiene un gran repertorio medieval, renacentista, del siglo XVIII…Todo lo perteneciente al medievo y al Siglo de Oro.
Es un patrimonio que en gran parte aún está por conocer y aquí las autoridades tienen una responsabilidad muy grande porque tendrían que ayudar a los intérpretes a estudiar, a grabar y dar a conocer estos patrimonios.
¿Se necesitan más escuelas de música antigua para estos intérpretes?
En este momento hay muchos intérpretes que han estudiado en grandes escuelas en España como la escuela Superior ESMUC o incluso fuera: en Suiza, en Holanda, en Bélgica, en Alemania… Ese no es el problema.
El problema es que muchos intérpretes no pueden ganarse la vida haciendo conciertos porque no tienen ninguna ayuda, porque sus medios para crear conjuntos y trabajar son insuficientes, y no tienen ningún apoyo de las ciudades en las que están trabajando.
Creo que estos instrumentos antiguos requieren de una tarea para la que habría que concienciar a los responsables culturales: ya sea del Estado, ya sea de las provincias, de las diputaciones, etc.
Usted, que está más fuera que en España, ¿en qué lugar estamos en relación a otros países de Europa en cuanto a música antigua se refiere?
España, con relación a otros países, tiene uno de los patrimonios del medievo renacentista más importantes del mundo.
En el Barroco ya tenemos menos importancia y en el siglo XVIII no tenemos el mismo impacto quizás que los compositores de países como Italia, Francia o Alemania.
Pero a nivel de intérpretes, en España, aunque hay buenas formaciones y también buenos solistas y pequeños grupos estables, no hay una presencia española en el exterior que sea realmente fundamental.
Quizás mis grupos y yo seamos los que tenemos una presencia constante porque llevamos una media de 140 conciertos al año y esto nos sitúa con regularidad en Roma, en París, en Ámsterdam… También es cierto que hay algunos grupos que están empezando y que están haciendo cosas interesantes, aunque les falta este apoyo institucional.
Todas las orquestas del mundo están ayudadas por las instituciones estatales y por eso la competencia es imposible. Es algo que hay que tener muy en cuenta.
En España ayudamos a todo el repertorio clásico o romántico y lo que es más nuestro, ese repertorio barroco y renacentista, no tienen ayudas. Creo que esto es una falta grave realmente.
¿De dónde saca tiempo para 140 conciertos al año, seis grabaciones de discos y un sello propio?
Cuando hay mucha ilusión, cuando hay mucha pasión y cuando uno disfruta mucho haciendo las cosas, se saca tiempo.
Además, tengo un equipo de 14 personas en Barcelona que ayuda a que esto funcione. Mis tres conjuntos ya tienen una antigüedad y los músicos ya nos conocemos desde hace años.
Esto es una maquinaria bien rodada y que funciona muy bien.
Entrevista a Jordi Savall (3º Parte): El nuevo Mundo