La carencia humanística y cultural en materia sacra es cada día mayor.
Sin embargo, en la Murcia de los siglos XVII y XVIII no se concebía la vida sin religión, a pesar de que la mayoría de nuestros antepasados no sabían leer ni escribir.
Este analfabetismo era compensado con la transmisión oral de los textos sagrados que realizaban en aquella época los sacerdotes así como con la contemplación de las imágenes escultóricas, arquitectónicas y pictóricas que legaron los artistas.
Si nos trasladamos a la Austria del siglo XVII, nos encontramos con una situación similar, en la que les destacaría el papel que jugó la música junto a las demás disciplinas para acercar las Sagradas Escrituras al pueblo.
Eran los días de la persecución de las brujas en Viena y las autoridades religiosas fomentaban el rezo de Rosario para ofrecer la figura de la Virgen como la ideal.
Las personas que recuperan esas obras tan importantes en la cultura que van quedando olvidadas no tienen precio y en este sentido les destaco a la violinista ibicenca Lina Tur Bonet, que nos trae a Murcia una de las obras más singulares de la Música Antigua como son las Sonatas del Rosario de Einrich Ignaz von Biber (1644-1704) compuestas en 1676 y dedicadas al Príncipe Arzobispo Maximilian de Salzburgo, ciudad donde el maestro trabajaba de Kapellmeister.
Para interpretar estas Sonatas del Rosario de Biber hay que ser una violinista tan virtuosa como lo era el propio compositor, ya que tienen una gran dificultad técnica que trataré de explicar.
La obra se compone de 15 partes que se corresponden con 5 Misterios Gozosos, 5 Misterios Dolorosos y 5 Misterios Gloriosos, de los que Lina Tur y Musica Alchemica interpretarán una selección de ellos (La Anunciación, La visitación, La presentación en el Templo, La agonía de Jesús en el Huerto de Getsemaní, Jesús con la cruz a cuestas, La crucifixión y muerte de Jesús, La Asunción de la Virgen y la Pasacaglia en sol menor para violín solo, dedicada al Angel de la Guarda).
Esta obra es particularmente complicada porque cada sonatas es interpretada con una scordatura distinta en el violín, salvo la Pasacaglia final que se toca con la afinación normal y sin acompañamiento.
Este concepto musical se refiere a la distinta afinación a la que se somete cada una de las cuatro cuerdas del instrumento para lograr un efecto determinado.
Además, cada una de las partituras de los quince misterios hay que tocarla como si el violín estuviera afinado de la forma normal y esto ocasiona que el intérprete lea -y por tanto piense- notas que escucha de una manera distinta, lo que es un reto para el músico y para el instrumento, sometido a grandes tensiones y al riesgo de una inoportuna desafinación.
La scordatura tiene un efecto mágico ya que dota a las sonatas de un colorismo, virtuosismo y expresividad espectaculares.
Además, guarda un paralelismo con la historia de cada Misterio y consigue alusiones muy claras al Cristo Resucitado, a la Cruz, al aleteo de las alas del Ángel de la Anunciación o al terremoto de la Crucifixión, que serían objeto de un análisis más detallado.
Por todo ello, cuando las Sonatas del Rosario de Biber se tocan con un único violín, los inevitables momentos en los que el oyente debe esperar se ven finalmente gratificados.
En palabras de Lina Tur, “la experiencia como intérprete de las sonatas es única, tanto emocional, física como mentalmente, significando un antes y un después el hecho de vivirlas, como en ninguna otra ocasión, en primera persona de un modo absoluto”.
Les recomiendo este concierto. Como oyentes, lo tendrán todo: virtuosismo en una violinista que los llevará de la mano por la senda de la humanidad, la espiritualidad y del arte.
Miércoles, 16 de marzo, 20h. Conjunto Monumental San Juan de Dios.
Sonatas del Rosario de Biber. (selección).
MUSIca ALcheMIca (Anne Marie Dragosits, clave; Eugène Michelangeli, clave y órgano; Lina Tur Bonet, violín barroco y dirección).
Entrada 10 euros (Estudiantes 6 euros).
Escrito por Carlos Escobar | Laverdad