Cristóbal de Morales es el principal representante de la escuela polifonista andaluza, y uno de los tres grandes, junto a Tomás Luis de Victoria y Francisco Guerrero, de la composición polifónica española del Renacimiento.

Su música es vocal y sacra, con sólo un par de excepciones.

Es, sin duda, el mejor compositor español de toda la primera mitad del siglo XVI y su fama, que se extendió inmediatamente por Europa, pervivió durante los siglos siguientes.

LA LITURGIA DE DIFUNTOS

Escribe el musicólogo portugués Rui Vieira Nery: «La liturgia de difuntos –que incluye, concretamente, la misa de réquiem, el oficio del sepelio y el oficio de los muertos– recibió en España, desde una época muy temprana, una considerable importancia por parte de las autoridades eclesiásticas y los compositores de las iglesias locales.

A lo largo de toda la Edad Media, según se desprende de las descripciones documentales de que disponemos, la muerte de un gran señor, como por ejemplo el CConde de Barcelona o el soberano de alguno de los reinos de León, Castilla, Aragón o Navarra, era llorada por medio de impresionantes ceremonias en las que la solemnidad de la liturgia se veía a menudo subrayada por el añadido de el planctus, un largo lamento opcional que se cantaba en monofonía, y del que nos han llegado varios ejemplos.

Cuando a finales del siglo XV, y siguiendo los ejemplos de Dufay y Ockeghem, empezó a usarse la polifonía para las misas de réquiem, los músicos españoles fueron de los primeros en adoptar esta práctica de un modo sistemático; y así, casi todos los grandes compositores ibéricos del siglo XVI, desde Pedro de Escobar y Juan García de Basurto, nos han dejado por lo menos una versión polifónica de la Missa pro defunctis.

Sobre esta cuestión tendría una influencia directa la atmósfera de profundo misticismo que dominó gran parte de la cultura española durante esta época como resultado de la confusión espiritual y la crisis de valores en las que se vio sumida Europa tras la aparición de la Reforma.

En realidad, el contenido excepcionalmente dramático de los textos de réquiem parecía abarcar todos los temas que polarizaban los grandes miedos y las grandes dudas del hombre del siglo XVI: el paso rápido del tiempo, la naturaleza transitoria de la vida terrena, los misterios opuestos de la mortalidad y la eternidad, los sentimientos de culpa de un alma frente a Dios, el rigor del juicio final o la súplica humana de clemencia divina.»

Cristóbal de Morales escribió tres composiciones relacionadas con la liturgia de difuntos: dos Réquiem o Missa pro de Defunctis, y un Officium defunctorum (Oficio de Difuntos); a saber:

– la «Missa pro defunctis» a cinco voces, que se publicó en 1544 como parte de su «Christophori Moralis Hispalensis Missarum liber secundus«, imprimido en Roma por Valerio y Ludovico Dorico.

En 1552 Jacques Moderne volvió a imprimir el volumen en Lyon, y existen por lo menos tres copias manuscritas de la misa: en Madrid (Biblioteca de los Duques de Medinaceli), Múnich (Bayerische Staatsbibliothek) y Toledo (Archivos de la Catedral).

No conocemos la fecha exacta de composición de esta pieza, aunque lo mas probable es que fuera escrita durante la estancia de Morales en Roma como cantante en la capilla papal, puesto que obtuvo el 1 de septiembre de 1535 y que dejó el 1 de mayo de 1545.

– una segunda «Missa pro defunctis«, para cuatro voces: Según parece, compuso el réquiem para cuatro voces tras su regreso a España, mientras oficiaba como maestro de capilla en la corte del duque de Arcos en Marchena, entre mayo de 1548 y, al menos, febrero de 1551, antes de aceptar un puesto similar en la catedral de Málaga.

El teórico y compositor Juan Bermudo menciona, en su Declaración de instrumentos musicales (Osuna, 1555), que esta obra estaba dedicada al conde de Urueña e incluso reproduce en ese mismo tratado un fragmento de la partitura.

– y una serie de versiones polifónicas de temas pertenecientes al «Officium defunctorum».

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«Officium Defunctorum» de Cristóbal de Morales (ca.1500-1553), Celebrado en la Ciudad de México, en Noviembre de 1559 para conmemorar la muerte de Carlos V (+1558).
(«Archivo musical de la Catedral de Puebla», México).

Intérpretes: La Capella Reial de Catalunya – HESPÈRION XX – Dirección: JORDI SAVALL.
– Cantor: Josep Cabré
– Continuo: Alberto Rasi (violón), Guido Morini (órgano)
(http://www.alia-vox.com/)

«OFFICIUM DEFUNCTORUM»:

AD MATUTINUM
1. Circumdederunt me gemitus mortis (1’54)

INVITATORIUM
2. Regem cui omnia vivunt (11’13)
Psalmus 94: Venite, exultemus Domino

IN PRIMO NOCTURNO
3. Versiculum: A porta inferi (3’16)
Lectio I [Job 7, 16-21]: Parce mihi Domine
4. Lectio II [Job 10, 1-7]: Taedet animam meam vitae (3’37)
5. Lectio III [Job 10, 8-12]: Manus tuas (1’59)

IN SECUNDO NOCTURNO
6. Versiculum: Collocet eos cum principibus (4’42)
Responsorium III: Ne recorderis

LETRA:

– AD MATUTINUM:

Circumdederunt me gemitus mortis,
dolores inferni, circumdederunt me.

– INVITATORIUM:

Regem cui omnia vivunt,
Venite adoremus.

PSALMUS 94

Venite exultemus Domino,
jubilemus Deo salutari nostro:
praeocupemus faciem ejus in confessione,
et in psalmis jubilemus ei.

Regem cui omnia vivunt,
Venite adoremus.

Quoniam Deus magnus Dominus,
et Rex magnus super omnes deos:
quoniam non repellet Dominus
plebem suam,
quia in manu ejus sunt omnes fines terrae,
et altitudines montium ipse conspicit.

Venite adoremus.

Quoniam ipsius est mare,
et ipse fecit illud,
et aridam fundaverunt manus ejus:
venite, adoremus,
et procidamus ante Deus:
Ploremus coram Domino, qui fecit nos:
quia ipse est Dominus Deus noster,
nos autem populus ejus,
et oves pascuae ejus.

Regem cui omnia vivunt,
Venite adoremus.

Hodie si vocem ejus auditeris,
nolite obdurare corda vestra,
sicut in exacerbatione
secundum diem tentationis in deserto:
ubi tentaverunt me patres vestri,
probaverunt et viderunt opera mea.

Venite adoremus.

Quadraginta annis proximus fui
generationi huic,
et dixi: Semper hi errant corde:
ipsi vero non cognoverunt vias meas,
quibus juravi in ira mea,
si introibunt in requiem meam.

Regem cui omnia vivunt,
Venite adoremus.

Requiem aeternam dona eis Domine,
et lux perpetua luceat eis.

Venite adoremus.

Regem cui omnia vivunt,
Venite adoremus.

– IN PRIMO NOCTURNO:

VERSICULUM

A porta inferi
Erue Domine animas eorum.

LECTIO I [Job 7, 16-21]

Parce mihi, Domine: nihil enim sunt dies mei.
Quid est homo, quia magnificas eum?
Aut quid apponis erga eum cor tuum?
Visitas eum diliculo et subito probas illum.
Usquequo non parcis mihi, nec dimitis me,
ut glutiam salivam meam?
Peccavi, quid faciam tibi, o custos hominum?
Quare posuisti me contrarium tibi,
et factus sum mihimetispsi gravis?
Cur non tollis peccatum meum,
et quare non aufers iniquitatem meam?
Ecce, nunc in pulvere dormiam,
et si mane me quaesieris, non subsistam.

LECTIO II [Job 10, 1-7]

Taedet animam meam vitae meae:
dimittam adversum me eloquium meum,
loquar in amaritudine aniame meae.
Dicam deo: Noli me condemnare.
Indica mihi, cur me ita iudices.
Numquid bonum tibi videtur,
si calumnieris me et opprimas me,
opus manuum tuarum,
et concilium impiorum adiuves.
Numquid oculi carnei tibi sunt,
aut sicut videt homo et tu videbis?
Numquid sicut dies hominis dies tui,
et anni tui sicut humana sunt tempora,
ut quaeras iniquitatem meam,
et peccatum meum scruteris?
Et scias quia nihil impium fecerim,
cum sit nemo qui de manu tua possit eruere.

LECTIO III [Job 10, 8-12]

Manus tuae fecerunt me,
et plasmaverunt me totum in circuiti:
et sic repento praecipits me?
Memento, quaeso,
quod sicut lutum feceris me,
et in pulverem reduces me.
Nonne sicut lac mulsisti me,
et sicut casum me coagulasti?
Pello et carnibus vestiti me:
ossibus et nervis compegisti me.
Vitam et misericordiam tribuisti mihi,
et visitatio tua cuodivit spiritum meum.

– IN SECUNDO NOCTURNO:

VERSICULUM

Collocet eos Dominus cum principibus.
Cum principibus populi sui.

RESPONSORIUM III

Ne recorderis peccata mea, Domine,
Dum veneris judicare saeculum per ignem.
Dirige, Domine Deus meus,
In conspectu tu viam meam.
Dum veneris judicare saeculum per ignem.

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[TRADUCCIÓN]:

– AD MATUTINUM:

Me rodean los gemidos de los muertos,
los dolores del infierno me rodean.

– INVITATORIUM:

Al Rey, por quien todo vive,
venid y adoremos.

SALMO 94

Venid y aclamemos al Señor,
cantemos a Dios nuestro Salvador;
acudamos ante su rostro en confesión,
y con salmos cantémosle.

Al Rey, por quien todo vive,
venid y adoremos.

Porque el Señor es un gran Dios,
y un gran Rey sobre todos los dioses:
porque no rechaza el Señor a su pueblo,
pues tiene en su mano los confines de la tierra
y suyas son las cumbres de los montes.

Venid y adoremos.

Porque suyo es el mar, que él mismo hizo,
y asentaron sus manos la tierra firme;
venid y adoremos,
y caigamos ante Dios;
lloremos ante Dios, que nos hizo;
pues él es el Señor nuestro Dios;
y nosotros su pueblo,
y las ovejas de sus pastos.

Al Rey, por quien todo vive,
venid y adoremos.

Hoy, si oís su voz,
no endurezcáis vustros corazones,
igual que en la provocación,
como el día de la tentación del desierto:
cuando me tantaron vuestros padres,
me probaron y vieron mis obras.

Venid y adoremos.

Cuarenta años junto a esa
generación estuve,
y dije: Siempre vagan en sus corazones,
no conocieron mis caminos,
a ellos juré en mi cólera
que no entrarían en mi descanso.

Al Rey, por quien todo vive,
venid y adoremos.

Dales, Señor, el descanso eterno,
y luzca sobre ellos la luz perpetua.

Venid y adoremos.

Al Rey, por quien todo vive,
venid y adoremos.

– IN PRIMO NOCTURNO:

VERSICULUM

De la puerta del infierno,
arranca, Señor, sus almas.

LECTIO I

Aléjate, Señor, pues mis días no son nada.
¿Qué es el hombre, para que lo exaltes
y para que pongas en él tu corazón?
Lo visitas de madrugada y de repente lo pruebas.
¿Hasta cuándo no te alejarás ni me dejarás,
para que pueda tragar mi saliva?
Si he pecado, ¿Qué te he hecho,
oh! Guardían de los hombres?
¿Por qué te pones contra mí
y me vuelves carga de mí mismo?
¿Por qué no quitas mi pecado
y perdonas mi iniquidad?
Ahora, pues, dormiré en el polvo
y, si me buscas mañana, ya no existiré.

LECTIO II

Mi alma está hastiada de mi vida,
contra mí soltaré mis palabras,
hablaré con amargura de mi alma.
Diré a Dios: No me condenes,
explícame, ¿Por qué me juzgas así?
¿Acaso te parece bien
calumniarme y oprimirme,
obra como soy de tus manos
y favorecer a los impíos?
¿Acaso son carne tus ojos
y ves como ve el hombre?
¿Acaso son tus días como días del hombre,
y tus años, como tiempos humanos,
para que inquieras mi iniquidad
y escudriñes mi pecado?
Sabiendo que nada impío he hecho,
cuando nadie puede arrancarme de tu mano.

LECTIO III

Tus manos me hicieron
y modelaron todo mi contorno,
y ¿Así de repente me destruyes?
Recuerda, te lo ruego,
que del barro me hiciste
y ¿Al polvo me devuelves?
¿No me vertiste como leche,
y como queso me cuajaste?
De piel y carne me vestiste,
de huesos y nervios me tejiste.
Vida y misericordia me otorgaste,
y tu providencia guardó mi espíritu.

– IN SECUNDO NOCTURNO:

VERSICULUM

Lo coloca el Señor entre los príncipes,
con los príncipes de su pueblo.

RESPONSORIUM III

No recuerdes mis pecados, Señor,
cuando vengas a juzgar el mundo por el fuego.
Dirige, Señor Dios mío,
hacia tu mirada mi camino
cuando vengas a juzgar el mundo por el fuego.

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Un comentario en «El OFFICIUM DEFUNCTORUM (1ª Parte)»

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