EMILIO VILLALBA | “¡Apresuraos! el duque está enfermo.”

Mientras terminaba de vestirse, Henri, de mala gana, se afanaba por guardar en su maleta el instrumental médico, ungüentos y medicinas varias.

Probablemente, tan solo se trataba de otra indigestión más de su alteza, por lo que se sentía profundamente ofuscado.

Y es que siempre requerían sus servicios cuando estaba concentrado en su taller, inmerso en la talla de un clavijero, o cepillando una tapa armónica, o realizando precisos cálculos y escribiendo y dibujando planos de un nuevo instrumento musical…

Henri Arnaut de Zwolle era el Magister Medicus de esta localidad al norte de los Países Bajos a mediados del s.XV. Fue médico, astrónomo, astrólogo, inventor y organista en la corte de Felipe el Bueno.

Mucho antes que Leonardo de Vinci, Henri ya dejaba plasmados en papel sus inquietudes como inventor: una escalera plegable, instrucciones para tallar el cristal de roca…

Su tratado más célebre es el Speculum Musicae, que contiene instrucciones sobre la construcción de instrumentos musicales: un laúd, un órgano y los planos más antiguos de instrumentos de tecla: un clavicordio y un clavisimbalum.

Aparecen descripciones muy detalladas sobre el teclado y la acción de este sobre las cuerdas, longitudes, medidas, proporciones, etc.

Un trabajo fundamental que se sigue utilizando, más de 500 años después, para construir estos instrumentos de tecla.

No se sabe mucho sobre sus métodos médicos, pero seguramente serían al puro estilo de su época medieval, donde la sanación se basaba en equilibrar los cuatro humores del cuerpo.

Y con una suerte de terapia que mezclaba la elaboración de medicinas con hierbas, la lectura de los astros y algo de musicoterapia aprendida en tratados andalusíes y orientales.

Para Henri Arnaut, la mejor medicina fue sin duda la música.

Lástima que su talento como músico e inventor fuese superior al de sus conocimientos médicos.

En 1466 se contagió de la peste, muriendo en pocos días.

Ni la musicoterapia, ni la astrología podían hacer frente a tamaña enfermedad.

Al menos nos quedan sus planos de instrumentos.

Música para curar el alma.

Para Saber Más

Felipe el Bueno, duque de Borgoña.

Gran mecenas de las artes, gozó de gran popularidad entre la nobleza de la época por sus fiestas, excentricidades y torneos que organizaba.

Cuatro humores del cuerpo: desde la antigüedad y durante la Edad Media, se pensaba que la salud física estaba comprometida por el equilibrio de los cuatro humores que habitan el organismo: bilis negra, bilis amarilla, la sangre y la flema. Esta creencia existió entre los médicos hasta la aparición de la medicina moderna a mediados del XIX.

Clavicordio: instrumento de tecla. Es una evolución del monocordio, donde todas las teclas funcionan como palancas que golpean una cuerda transversal, resultando distintas notas según a la altura que golpee cada tecla.

Clavisimbalum: instrumento de tecla.

Su evolución respecto al clavicordio es que cada tecla tiene asignada una cuerda propia.

Las teclas impulsan un martinete que lleva un plectro que pellizca la cuerda.

Taller de Rafael Marijuán, constructor de este clavisimbalum.
Texto extraído de la WEB EmilioVillalba.com

3 comentarios en «El médico que quiso curar con música»
  1. es una realidad que si se cura, con sonido, cada nota musical con un color, determinado cura unaparte de el cuerpo, recordemos que en la creacion primero es el sonido y despues la forma, el sonido crea una onda y la onda va creando formas de acuerdo al sonido, el color esta relacionado con los astros.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *