La producción musical en la España del siglo XVII se desarrollaba simultáneamente en dos ámbitos: por un lado en la Corte madrileña y por otro en la Iglesia.

Cada uno se encargaba de crear música apropiada para sus usos específicos.

Sin embargo hay un tipo de forma musical que convive en los dos ámbitos: el tono.

Hasta principios del siglo XVII el tono era una composición profana que se escribía generalmente para varias voces, pero hacia mediados de siglo se generaliza la costumbre de escribirlos para una sola voz con bajo continuo, es decir, con acompañamiento de uno o varios instrumentos, de los cuales el más popular solía ser la guitarra, tocándose con frecuencia varias de ellas a la vez, aunque también se usaban arpas u otros instrumentos polifónicos.

Se trataba de canciones con melodías sencillas pero muy ricas rítmicamente.

Era música que gustaba mucho tanto en la Corte y entre la aristocracia, como entre el pueblo llano, y tenían un marcado carácter y personalidad propia que los caracterizan como parte del repertorio más representativo del barroco español.

Aunque, en principio, los tonos eran canciones profanas, pronto se comenzaron a escribir también para la Iglesia, en este caso con textos religiosos.

De ahí la distinción entre «tono humano» y «tono a lo divino».

Los tonos humanos a diferencia de los tonos a lo divino, eran canciones sobre temas seculares y mundanos como el amor.

Generalmente pertenecían a las zarzuelas o actos teatrales escritos en la época, aunque podían ser también piezas sueltas; también se les llamó tonadas o tonadillas.

Se consideran a los más importantes compositores de este género a Juan Hidalgo, Juan del Vado, Sebastián Durón, José Marín y Juan de Lima Serqueira; todos ellos españoles a excepción de Serqueira, de origen portugués.

En otro artículo de esta revista, hemos hablado de una colección de tonos compilada en el primer tercio del siglo XVII por el copista de la Real Capilla Claudio de la Sablonara («El Cancionero de la Sablonara«).

Veamos ahora otra compilación musical de tonos, ya de la segunda mitad del mismo siglo (c. 1680), y realizada por José Miguel de Guerra, también copista de la Real Capilla, y denominada: «El Manuscrito Guerra» o «Libro de tonos de José Miguel de Guerra».

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SOBRE LAS RAMAS DE UN SAUCE (Anónimo) – «Manuscrito Guerra» (S. XVII).



Intérpretes:
– Marta Almajano (Soprano)
– Juan Carlos Rivera (Guitarra barroca)
– Mike Fentross (Guitarra barroca)
– Ventura Rico (Viola da gamba)
– Luz Martín (Castañuelas)

LETRA:

El Manuscrito Guerra, Vol. 1. Música vocal profana española de la siglo XVII» ()

– José Ángel Vilas Rodríguez: «El Manuscrito Guerra, Vol 2. Música vocal profana española de la siglo XVII» (

– Lola Josa – Mariano Lambea: «La voz del silencio en el Libro de tonos de José Miguel de Guerra» ()

– Mariano Lambea: «Nuevo Íncipit de Poesía Española Musicada (NIPEM)» ()

– «Cancioneros y recopilaciones poético-musicales más relevantes del siglo XVII y principios del XVIII» ()

http://fundacionmapfreguanarteme.es/uploads/ac_encuentro_musica_religiosa.pdf

Escrito por Camilo López García

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