De nuevo aparece esa palabra mágica que lo dice todo, ese canto a la Virgen.
Con esa excusa te traigo hoy una obra estupenda de un compositor poco conocido pero que en su tiempo lo fue muy conocido.
Desgraciadamente, como es el caso de otros muchos, el tiempo poco a poco lo fue relegando al olvido.
Intentaré paliar eso con mi modesta contribución.
Se trata de Alexander Agricola (?1445-1506).
Era neerlandés (posiblemente nacido en Gante), pero desarrolló su labor en los Países Bajos, Francia e Italia.
Casi compuso para todos los géneros y su música era muy conocida.
Parece que fue cantor en la iglesia de san Nicolás de Gante.
Los documentos más antiguos que aluden a él provienen de la catedral de Cambrai, aunque se conocen pocos datos.
Parece ser que estuvo en Italia pero luego regresó a Francia.
Aceptó un puesto en la corte de Borgoña pero regresó a Gante donde estuvo al servicio del rey Felipe el Hermoso.
Con este viajó a España y murió en Valladolid.
Su música guarda relación con la de Johannes Ockeghem pero también con la de Josquin.
Como compositor de transición en la escuela borgoñona también recogió influencias de Binchois.
Hoy te ofrezco este Magníficat, himno de vísperas por excelencia interpretado por al conjunto Huelgas Ensemble dirigido por Paul van Nevel.
Alexander Agricola
Famoso compositor en su tiempo, nacido en Gante (Bélgica), probablemente en 1446 y fallecido en Valladolid (España) en 1506.
Su auténtico nombre era Alexandre Ackerman. Fue discípulo del compositor Johannes Ockeghem. Pocos datos de su persona han llegado hasta nosotros.
Se sabe que fue educado en Holanda, donde vivió su infancia.
Ya en plenitud se traslada a Italia donde fue un magnífico y refinado cantante en Milán hasta 1474.
Después se puso al servicio del Duque de Mantua y de Felipe I de Castilla como original compositor.
Al final de sus días vive en Valladolid donde muere a la edad de sesenta años.
En su época, fue un compositor muy estimado.
Gran número de sus composiciones se hallan en las bibliotecas de España esperando ser publicadas y analizadas con profundidad.
De entre las conocidas y rescatadas, destacan Petrucci (impresa en 1552 y 1553) y Treinta y Una Canciones; también cuenta con un volumen con cinco misas que tienen los títulos Le Serviteur, Je ne demande, Malheur me bat, Primi toni y Secundi Toni.
Escrito por Pepe Gallardo (blogs.periodistadigital.com)
Habría que poder oírlo en por ejemplo en la catedral de Sigüenza.