La denominada canción del alba es un género de poesía trovadoresca provenzal centrado en el tema de los amantes que, tras pasar la noche juntos, deben separarse con la salida del sol.
El profesor Fuente Cornejo de la Universidad de Oviedo amplía la definición con los siguientes términos: “el acento, por tanto, recae en la separación de los amantes que provoca una tensión psicológica”.
La poesía galaico-portuguesa importa el género de la chanson d´ aube de la vecina Francia y la renombra como alvorada en el siglo XIII. Un ejemplo de esto es el siguiente poema de Nuño Fernández Torneol:
Levad, amigo que dormides as manhanas frías:
Toda-las aves do mundo d´amor dizian.
Leda m´and´eu
Levanta, amigo que duermes en las albas frías:
todas las aves del mundo de amor platican.
Alegre yo voy
Factor de crucial importancia en el ejercicio de estas actividades amorosas ilícitas era el despertar a tiempo de no ser descubierto por el padre, el marido, el tutor o cualquier otro factor aguafiestas de la líbido.
Parece ser que esta función recaía sobre los guardas de las torres altas del castillo, los gaite de la tor.
Los vigías velaban los juegos de los amantes, a menudo a petición de éstos, como en el poema anónimo francés llamado precisamente Gaite de la Tor:
Vigía de la torre,
vigilad alrededor
de los muros, ¡Dios os proteja!
porque ahora reposan
dama y señor
y los ladrones van de caza.
Pues bien, de acuerdo con lo expuesto por el musicólogo Adolfo Salazar, el origen del término “gaita”, instrumento musical tan fuertemente asociado a la cultura gallega ancestral, no derivaría de orígenes celtas, como se acepta comúnmente, sino de estos “vigilantes del amor” de la poesía trovadoresca.
De acuerdo con su tesis, “gaita” tiene una raíz común en distintos idiomas relacionado etimológicamente con la guardia:
“…garde y gardien en francés; guarda y guardar en castellano; warnen, avisar, prevenir y warte, atalaya; warten, cuidar, tener cuidado de algo o alguien, en alemán (la contigüidad semántica de atalaya y avisar es significativa), así también wärter, guarda; wait (pronunciado guait), aguardar, cuidar, servir, en inglés, de donde waiter, camarero, el servidor de cámara.”
A juicio de Salazar, en aquellos siglos de la baja Edad Media no se aplicaba el nombre “gaita” al instrumento de viento compuesto para tocar melodías floridas y una larga nota pedal a la vez que alimenta sus tubos con un odre que almacena el aire.
Se apoya en la falta de referencias al respecto en la obra de los poetas de época, y en concreto, del Arcipreste de Hita, que era un gran conocedor de los instrumentos juglarescos, como ya indicamos en otra ocasión.
Las miniaturas de los libros de la época presentan instrumentos que se pueden asociar a la gaita pero no los denominan como tal, como es el caso del odrecillo mencionado en el Libro de Buen Amor.
Concluye Adolfo Salazar que en Galicia habría adquirido un instrumento el nombre de lo que en principio fue una función: poner en aviso a los amantes.
En catalàn: Guaitar=vigilar
Es verdad, gracias Luis. 🙂
Wait se pronuncia güéit, no guáit. Y no parece posible una metátesis «uéit-uáit-gáit».
Joan Corominas propone Gaita del gótico «Gaits», cabra, por el animal de cuya piel se hace el odre o fuelle. Son numerosas las cornamusas europeas que llevan nombre de cabra, tanto en lenguas romances como en eslavas: Cabrette, chabrette, crabo, boha (gascón, en francés: Bouc: chivo), bock, gaida, gajda, etc.
No conozco ninguna proposición de origen celta de la gaita ni de ninguna otra cornamusa.
La hipótesis de Salazar de que el nombre del instrumento deriva de la función de avisar a los amantes es descabellada.
Y además, hay otras formas más discretas y eficaces de avisar que hinchar un fuelle, en vez de soplar directamente.
Aplíquese, sencillamente, el principio de la Navaja de Occam.
No entro a evaluar la veracidad de cada versión, pero la de Salazar me parece más interesante y más bonita, que la de las cabras, a pesar del principio falsamente atribuído Occam de que la solución a cualquier problema es la más simple.
En cualquier caso, se agradece otro punto de vista, Alfonso.
Un abrazo
Jo, pues yo creo que sí que toca entrar en la veracidad de las teorías. Si no, es preferible decir que es una bonita fantasía. Los lectores tendemos a dar por cierto lo que se publica y se nos viene abajo la credibilidad cuando nos dicen, a posteriori, que tampoco importa tanto el rigor. No sé, creo que no me pasa a mí sólo.
Creo que me he explicado mal. Por supuesto que no defendería un cuento de hadas por bonito que sea. No defendería el Creacionismo frente a la Teoría de la Evolución, por poner un ejemplo. Pero creo que no es el caso. Considero que el Sr. Salazar aventuró en su momento esta explicación y la razonó, por lo que entiendo que es una opción válida, aunque haya otras más «probables», no pasa nada porque sea difundida.
A la hora de escribir este post me ha resultado atractiva y por eso la he plasmado aquí. No creo que los lectores deban dar por cierto lo que se publica y para eso medios como el blog permiten llevar acabo un debate sano, como el que estamos manteniendo.
No sé los otros redactores de Música Antigua, pero yo no pretendo sentar cátedra sobre los temas sobre los que escribo, primero, porque no soy más que un aficionado, y segundo, porque en este campo de la música antigua todavía quedan muchas cuestiones «en estudio» sujetas a distintas visiones e interpretaciones.
Y aprovecho para daros las gracias por vuestros comentarios y «contrateorías» 🙂 , que como he dicho, me parece que dan lugar a un debate sano sobre estos temas que nos gustan.
Un abrazo
Aclarado el tema 🙂 se agradece mucho que compartas estas informaciones/historias tan chulas y sugerentes que, a mí particularmente, me entretienen los momentos. Un abrazo!
Muchas gracias Maritxu. 🙂
Os juro que no pretendo dármelas de nada… Cuando empecé a escribir sobre música antigua mi única intención era acercársela y hacerla atractiva a toda aquella gente que no la conoce. Lo que pasa es que he acabado escribiendo en este medio que es seguido por profesionales que a lo mejor exigen un mayor rigor y conocimiento del que hago gala yo.
Un abrazo
Era de esperar. Casi nada de lo que conocemos comúnmente como Celta es realmente Celta. Eso sí, el término vende mucho.
¿Que «gaita»no viene del gótico «gaits» (cabra)?