Francesca Caccini, nacida en Florencia en 1587, es una de las compositoras más importantes de la historia de la música.
Está considerada como una de las primeras mujeres que escribió una ópera.
Contaba con un catálogo muy extenso, aunque la mayoría de sus partituras no han llegado hasta nuestros días.
Tocaba una gran variedad de instrumentos, cantaba de forma prodigiosa, escribía poesía, fue profesora de música y abrió su propia escuela de canto.
En su época fue muy valorada y contó con gran éxito, pero el tiempo hizo que tanto su figura como sus obras cayeran en el olvido.
Durante los festejos que tuvieron lugar el 17 de diciembre de 1600 con motivo del enlace entre Enrique IV de Francia y su segunda esposa María de Médicis, una jovencita de apenas trece años encandiló a todos los presentes con su hermosa voz.
Aquella niña iba acompañada por su propio padre, un compositor que había sido contratado para la ocasión.
Eran una familia de artistas provenientes de Florencia.
La pequeña, a la que los suyos llamaban cariñosamente Cecchina, se llamaba Francesca Caccini y pasaría a la historia como la primera compositora de óperas.
Dotada de grandes dotes musicales, tocaba varios instrumentos y compuso muchas obras.
Solamente una ópera ha llegado hasta nuestros días.
Su memoria, fue también olvidada.
Francesca Caccini nació el 18 de septiembre de 1587 en Florencia.
Su padre, Giulio Caccini, era cantante y compositor reconocido en la corte florentina de los Médici.
Su madre, Lucía Gagnolanti también se dedicaba al canto.
Francesca recibió una amplia educación humanista así como una extensa formación musical de manos de su propio padre.
Fue en la boda de Enrique IV donde actuó por primera vez en público, encandilando de tal modo a la nueva pareja real que pidió a su padre que permanecieran en la corte francesa, a lo que se negaron las autoridades florentinas quienes reclamaron la vuelta de la familia Caccini junto a los Médici.
Francesca dedicó aquellos años a ejercer como profesora de música, a tocar varios instrumentos, como el laúd y el arpa, y a cantar y empezó a componer.
En 1607 se casaba con otro músico de la corte florentina llamado Giovanni Battista Signorini, con quien tendría una hija, Margherita.
Sobre las excepcionales cualidades humanísticas de Francesca tenemos el testimonio de Cristofano Bronzini, compañero en la corte de los Médicis.
Escribe de ella que no sólo es un enorme talento en la música, sino que además dispone de una excelente educación en idiomas, aritmética, astrología y alquimia.
Es también una instrumentista de primera clase, ya que domina con igual soltura el arpa, el laúd, la tiorba y el clave.
Conjuntamente con el libretista Michelangelo Buonarrotti, Francesca escribió música para muchos intermedios en la Corte de los Médicis.
También fue pionera al crear una escuela de canto tal como ahora las conocemos y en 1615 se representó en el palacio Pitti «Il ballo delle Zigane«, una especie de ópera, forma musical que por entonces acababa de nacer, compuesta por ella.
Antes de 1618 era uno de los empleados mejor pagados de la corte y cobraba más que su padre.
En 1619 puso música a «La fiera» con letra del propio Michelangelo.
En aquellos años, además de abrir una escuela de música, Francesca se convirtió en una de las músicas mejor pagada en Florencia y en una compositora prolija.
En febrero de 1625 estrenaba La liberazione di Ruggiero, considerada como la primera ópera compuesta por una mujer, y la única de las cinco que compuso Francesca que sobrevivió.
La obra, compuesta en ocasión de la visita del príncipe Ladislao Segismundo a Italia, tuvo tanto éxito que se convertiría también en la primera ópera italiana en interpretarse fuera de las fronteras italianas, concretamente en Varsovia, en 1628.
En diciembre de 1626 fallecía su esposo y pocos meses después volvía a casarse con un noble originario de Luca, Tommaso Raffaelli, con quien tuvo un hijo.
Tommaso fallecería cuatro años después, dejando a la joven viuda en una situación bastante acomodada.
De vuelta a Florencia con sus dos hijos, hacia 1634, Francesca Caccini volvió a trabajar al servicio de los Médici.
Cuando en mayo de 1641 dejaba la corte, la pista de Francesca desaparecería para siempre.
Francesca escribió cinco óperas, cuatro de las cuales se han perdido (solamente ha sobrevivido La liberazione di Ruggiero).
Igualmente compuso obras religiosas, seculares, vocales e instrumentales.
La única colección que perdura es una publicación de 1618, Il primo libro delle musiche.
Me ha encantado conocer historia, gracias
Na elevação das ditas «Mulheres», já não bastava as belezas de sedução físicas e atractivas que carregam de autênticas artistas, assim como aqui se demonstram através da Francesca Caccini de Florence, que nos apresenta estes trechos de música belíssima com algumas centenas de anos e sua história de vida em tempos mais remotos, em que apresenta uma sensibilidade abismal no campo dos verdadeiros saberes de elevação intelectual. Parabéns a todas as mulheres dignas destes reconhecimentos, por vezes por elas completamente desconhecidas de tanto de seus valores e de seus maravilhosos dotes. À sua Paz.
(P. S.) A todos os técnicos envolvidos neste digníssimo projecto de alto nível cultural da MUSICAANTIGUA.COM, os meus sinceros agradecimentos pelas Vossas digníssimas e fantásticas apresentações musicais acompanhadas de maravilhosos textos narrativos e muito elucidativos. A todos Vocês o meu Obrigado e Parabéns.
Muchas gracias, me encanta la página y en particular, saber de estás prodigiosas mujeres. Aprendo y disfruto. Saludos