TAMARA GARCÍA CÁDIZ / DiarioDeCadiz.es Cuando Arcángel conoció a Fahmi Alqhai le costó creer que el sevillano de padre sirio y madre palestina fuera uno de los intérpretes de viola de gamba y de música antigua más prestigiosos de su generación (1976).
«Es un tipo muy natural, estupendo, y desde el principio muy abierto a lo que yo hacía y a lo que podíamos hacer juntos», relataba el cantaor onubense que, también desde el principio, se mostró abierto a entablar «un natural diálogo entre el flamenco y la música barroca» en Las idas y las vueltas, el espectáculo que protagoniza junto con la Accademia del Piacere, comandada por Alqhai, mañana en el Gran Teatro Falla dentro del XI Festival de Música Española.
«Natural». Es el principal adjetivo que Arcángel utilizaba para hablar de esta propuesta musical conjunta que se creó «hace dos años y medio» y que ya ha conquistado al público y a la crítica especializada, de hecho, Las idas y las vueltas consiguió «el Giraldillo a la mejor música» en la Bienal de Sevilla, como recordó ayer el intérprete durante la presentación del espectáculo a la prensa en la que estuvo acompañado de la delegada territorial de Educación, Cultura y Deporte, Cristina Saucedo, y la directora del Instituto Andaluz del Flamenco, María de los Ángeles Carrasco, que patrocina el concierto.
«Ha sido una experiencia satisfactoria, muy positiva», valoraba Arcángel que, junto a la Accademia del Piacere, ha intentado «hacer de verdad un espectáculo donde se fundan nuestros dos universos». «Muchas veces -explicó- en este tipo de conciertos estamos demasiado acostumbrados a que se hagan un par de temas que justifiquen la fusión y, luego, cada uno hace una reseña de lo suyo. Con Las idas y las vueltas nos hemos planteado justo lo contrario. Hacer una fusión de verdad en el 80 o 90% del concierto para después cada uno dar una pequeña pincelada de lo que hacemos por separado, ellos, música barroca y yo, flamenco».
A juicio del artista, los puntos en común de uno y otro género «son más de los que al principio podríamos creer». Así, aunque Arcángel piensa «que el flamenco nació más directamente del folklore y no de una música culta» sí cree que han tenido «una convivencia férrea» por lo que surgen «muchas melodías coincidentes».
Pero Las idas y las vueltas, su propio nombre lo indica, también tiene como «referencia» la América colonizada. Esos cantes que fueron y vinieron, enriqueciéndose y creciéndose en sus viajes a través del Atlántico. «Así es, si hablamos de mestizajes hay que mirar la referencia americana», acertó Arcángel que explicaba que en este concierto escucharemos «la milonga, la guajira, la guaracha, la jácara», además de otros palos tradicionales del flamenco patrio como «bulerías, tangos, seguiriyas y soleá».
Todos ellos llevados a cabo por una voz flamenca tan personal como la de Arcángel que se ha adaptado de manera «natural» a los compases barrocos de la Accademia del Piacere. «No ha sido un esfuerzo tremendo, para nada. El flamenco tiene esa magia, esa cosa, que al final acaba acaparando todo», resolvía un cantaor ducho en maridar su arte con otras sonoridades. «Mi sino es meter la pata, así que lo seguiré haciendo», planteaba con ironía.
De hecho, Arcángel adelantó que su próximo proyecto será «con las voces búlgaras». Y es que «acudiendo a otras músicas se aprende mucho más de la tuya», defendía el cantaor que mañana estará en ese «teatro de los sueños» que es el Falla para «cualquier intérprete». «Llego con mucha ilusión y con mucho respeto», culminó.
Fuente: TAMARA GARCÍA CÁDIZ / DiarioDeCadiz.es